Categorías
desarrollo personal emprendimiento negocios

Las 5 MILONGAS MÁS COMUNES de los expertos en «EMPRENDIMIENTO»

Hoy he decidido rescatar un post de hace unos meses que esta vez no iba sobre publicidad sino sobre emprendimiento.  Porque como empresario que soy (microempresa pero empresa al fin y al cabo), suelo leer mucho de lo que cae en mis manos sobre emprendimiento, start ups, modelos de negocio, etc.

Y he de decir que la mayor parte de lo que leo es decepcionante.  La literatura de desarrollo empresarial muestra poderosas analogías con la de desarrollo personal, y como ésta, está habitualmente repleta de clichés, promesas vacías y banalidades. No sé si alguna vez habéis llegado a la conclusión de que algunos libros no son más que una copia de otros, y la única innovación que aportan es un título diferente.

Por mi propia experiencia como empresario (tuve una primera empresa que cerró, como cuento en "Game Over"), hay cinco grandes milongas que aparecen en este tipo de libros de forma recurrente:

1. Si quieres alcanzar el éxito, visualiza el éxito

Gran patraña donde las haya. 

Desde luego que para ejercer cualquier actividad con un mínimo de garantías, primero tenemos que poner en orden nuestra casa (cómo estamos por dentro), pero esto no equivale a buscar el karma en posición de loto, sino a descubrir qué tipo de vida queremos llevar y si nuestro proyecto profesional encaja con ese modelo.

No podrás visualizar el éxito si nunca te has planteado qué es para ti el éxito (“tu éxito”).

2. El éxito es un éter en el que flotan billetes de 500 euros, fama y poder

Depende.  Quizá para ti no. (Comparto contigo que para mí tampoco).  

Si consideras por un instante que todos vamos a morirnos, es fácil reconocer en cadena que:  1. el tiempo es el regalo más valioso que tenemos y que: 2. mi proyecto de vida no puede consistir en una carrera asfixiante en la que sacrifico mis días, uno tras otro, en pos de un objetivo que jamás alcanzaré.

Y no lo alcanzaré porque en el momento que trinque los billetes de 500 euros, querré más billetes de 500 euros.  En el momento en que de mí dependa un departamento de 20 personas, aspiraré a dirigir uno de 50.  En el momento en que me entrevisten en TV gallega, ansiaré ser entrevistado en TVE.

E.d. si somos totalmente sinceros con nosotros mismos, el éxito no puede ser un objetivo sino un viaje continuo.  El éxito es lo que haces cada día, en tu actividad profesional pero también en tu ámbito personal.

3. Cualquiera puede convertirse en emprendedor.

Falso. 

Cualquiera puede convertirse en empresario (titular de una empresa).  Cualquiera puede montar una empresa orientada a permitirle ejercer su profesión (panadero, publicista, electricista, abogado…) por su cuenta y sin jefes.

Pero convertirse en emprendedor es algo muy diferente.  Según la RAE un emprendedor es quien acomete acciones dificultosas o azarosas.   Es decir, un tipo como Bear Grylls el de “Superviviente”.  

Superviviente
No es que para ser empresario tengas que comer orugas, nadar entre tiburones o dormir en la copa de un árbol, pero sí atesorar las cualidades para convertirte en un pionero en terra incognita (el mercado al que decidas lanzarte).

Porque eso es exactamente un empresario en nuestros días, un gladiador sobre un suelo tan poco firme que parecen arenas movedizas. 

4. La ilusión lo puede todo.

Falso.

La ilusión puede ser tu peor enemigo por dos razones:

  • Porque si no la controlas, la ilusión puede hacer que te tires desde un quinto piso pensando que puedes volar.  Y no es el caso: yo lo hice una vez y me estampé sobre el suelo.  Ilusión sí, pero limitada por el más sincero realismo.
  • Porque la ilusión nunca viene sola.  Igual que cuando abrimos un huevo la clara viene acompañada de la yema, la ilusión siempre viene acompañada del temor

POTENCIAL EXITO

El temor a fracasar y a ser señalado por todos los demás como un inútil.  El mismo temor que te mueve a seguir adelante cuando en tu fuero interno sabes que el juego se ha acabado y deberías batirte en retirada.

5. Un empresario nunca se rinde

Afirmación muy socorrida para vender libros o arrancar aplausos de una audiencia pero escasamente ajustada a la realidad.

No pasa nada por batirse en retirada.  Hace un par de años leí un libro fantástico de Seth Godin titulado The Dip sobre este mal endémico del mundo empresarial: nadie quiere equivocarse, nadie quiere reconocer que su barco se hunde y este pavor al error y al fracaso a menudo ejercen como un lastre personal, empresarial y hasta social. Recuerda la gestión de nuestro último gobierno, el escándalo de Bankia, los desplomes de Martinsa o de Spanair, la sonrojante situación de los clubes de fútbol…

La clave del progreso en cualquier ámbito de la vida consiste en reconocer un error cuando lo cometemos.  Nuestra vida es como un videojuego en el que cada día vamos haciéndonos más expertos: sin error, y sobre todo, sin el aprendizaje que se deriva del error, la especia humana no conocería el progreso y no podríamos ascender al siguiente nivel del videojuego.

No pasa nada por abandonar un proyecto o una empresa cuando llega el momento de hacerlo.  Eso no nos convierte en peores profesionales ni nos invalida para otros proyectos futuros.

Resumiendo

No dejes que esos libros te marquen el camino por muchas copias que hayan vendido. Todos quieren mostrarte lo que debes hacer, pero eso es imposible.  Tu camino solo puedes encontrarlo tú mismo:

  • ¿Qué eres feliz haciendo hasta el punto de que admitirías trabajar gratis en ello?
  • Objetivamente, ¿podrías ganártela vida haciéndolo?
  • ¿Esa actividad te permitiría equilibrar tu vida laboral y personal o terminarías colapsando? (no es coña, a mí me ha pasado)
  • Si ya lo tienes, lánzate.  Pero no confíes en tu ilusión, ni en tu perseverancia, ni en tu trabajo duro: ninguno de esos ingredientes te garantizan la receta perfecta.  Confía en tu capacidad para tomar muchas decisiones y quizás equivocarte todos los días.  Y en tu lucidez para aprender de ello porque ese es el principal activo de un emprendedor en un contexto de cambio continuo como el actual.

Mi opinión es que es vital buscar ese camino: ese modelo de negocio sostenible, compatible con nuestra propia vida y con nuestro entorno:

  • Vital para ti si el trabajo que estás desempeñando en este momento no te hace feliz.
  • Vital para el país en el que vivimos, porque ni los bancos ni las grandes multinacionales ni el gobierno de España ni el de la Unión Europea van a sacarnos de ésta.  Solo pueden sacarnos 500.000 nuevas PYMES y autónomos que sustituyan a los 500.000 que el tsunami de la crisis se llevó.

Saludos a todos.

Categorías
desarrollo personal negocios

Cerrar una empresa que no funciona: ¿rendirse «como un cobarde» o abandonar una quimera?

La trampa de la perseverancia

Estaremos de acuerdo en que la educación industrial que recibimos en el colegio y en la Universidad no nos programó para ser emprendedores sino trabajadores por cuenta ajena.   En ausencia de un bagaje académico que nos enseñase por dónde tirar, los que un día decidimos dejar nuestros salarios, comodidades y corbatas para emprender, no tuvimos otra fuente de la que aprender que los libros de emprendimiento.

En  ellos descubrimos que al parecer existía una fórmula mágica para emprender:

Idea genial + esfuerzo continuado = éxito seguro

Una fórmula que si seguíamos a pies juntillas no nos permitiría fallar.


Perseverancia
Pues no.  No funciona así.  

No hay nada esencialmente malo en trabajar con determinación, pero lo que es importante entender (y a mí me ha costado tiempo y dinero hacerlo) es que se trata una condición necesaria pero no suficiente.  Hay momentos en los que no vas a alcanzar los objetivos que te has marcado, independientemente de lo duro que te lo curres.  Independientemente de tu determinación y tu capacidad de aguante. Luego te doy mi opinión de por qué.

Montando sobre un caballo desbocado

En estos casos la perseverancia, el afán por seguir adelante (que es hermano de la autoexigencia y el miedo a fracasar) puede ser tu peor enemigo.

Ayer en Sant Cugat hablaba a un espléndido grupo dejóvenes emprendedores de Yuzz sobre estos temas. Les explicaba que apenas he montado a caballo un par de veces en mi vida.  Y que la experiencia (precisamente por mi inexperiencia) ha sido más que negativa: el caballo trotando libremente y yo botando encima, acojonado como un pelele.  

Es la imagen más clara que se me ocurre para explicar el efecto adverso que el exceso de ambición puede causar en vuestras vidas: hacer que subáis a un caballo desbocado, que no podéis controlar y que os lleva irremediablemente al desastre.


Caballo
Un negocio siempre se puede abandonar

Se atribuye a Woody Allen la frase de que "un hijo es el único acontecimiento de la vida que luego no se puede rectificar".  E.d. podemos cambiar de trabajo, hasta de profesión, emparejarnos, incluso casarnos, y con mayor o menor frustración, si la cosa no va bien es posible soltar…alejarnos de aquello que nos hace daño paraemprender un nuevo camino.  

¿Por qué un negocio funciona de modo diferente?  ¿Por qué sus tentáculos nos enganchan de tal modo que no podemos soltarnos?  Fundamentalmente porque en nuestra sociedad la principal vara de medir del éxito personal es:

Dinero + Poder + Reconocimiento ajeno

Todos ellos logros fácilmente asociables con un emprendedor exitoso.  No con uno que fracasa.  

Una visión parcial consecuencia de los valores que nos han inculcado desde niños.  La realidad es otra: no pasa nada por rectificar una mala decisión empresarial, abandonando un proyecto en un momento dado. Cuando cerré mi primera empresa me di cuenta que mi carrera no era una línea recta que se dirige a la cima o al precipicio, sino una línea en zig-zag donde a veces a un avance le sigue un retroceso.  O vicecersa.

"La línea entre el éxito y el fracaso es muy fina" 

La única manera que conozco para saltar de ese caballo desbocado que es la autoexigencia por el miedo a fracasar es relativizar el miedo a fracasar.  Dándonos cuenta de que siempre hay un mañana, un nuevo proyecto y hasta una nueva empresa.  Siempre.

El fracaso es un concepto relativo y la línea que lo separa del éxito es muy fina.  Esta frase no es mía, sino de Sir Richard Branson, un reputado empresario, padre de sonoros éxitos empresariales como Virgin Atlantic o Virgin Money, pero también de sonoros fracasos como Virgin Cola, Virgin Records o los deficitarios y criticadísimos Virgin Trains.

¿Cuándo decir basta?

La respuesta es bastante más sencilla de lo que parece.  

El mundo del emprendimiento se parece más a un arte (tienes que lidiar con cientos de variables, muchas de las cuales dependen del impredecible comportamiento de tus clientes) que a una ciencia.  Si yo tuviese la fórmula mágica para no volver a fracasar, no estaría al frente de una PYME en Madrid, sino asesorando a Obama en Washington, o mejor aún, a algún mandatario caribeño (el clima es mejor y se puede echar la siesta bajo un cocotero).

Tal fórmula simplemente no existe.  Pero lo que sí aprendemos los que hemos sufrido un serio revés en una actividad empresarial, es que nada justifica una situación de sufrimiento continuado.  

Si a la pregunta que formulaba Steve Jobs en su célebre charla de Stanford, respondes que "si hoy fuese el último día de mi vida no querría dedicarlo a trabajar en mi empresa", es que has llegado a ese momento de decir basta.  No esperes más.

Bonus: 4 lecturas que te recomiendo sobre cuándo/cómo/por qué cerrar un negocio/proyecto que no funciona:

  • The Dip (Seth Godin):  breve y conciso (quizá algo falto de rigor) como son todos sus libros, pero tremendamente original e inspirador.  Para entender cuando hay que "chapar".
  • Game Over: los 13 errores que me llevaron a cerrar mi empresa (servidor).  De lo único que me arrepiento en relación a la empresa que tuve que cerrar destruyendo más de 20 empleos y sufriendo importantes pérdidas personales, es de que mi exceso de autoconfianza (llamadle soberbia si queréis) me impidiese ver que debía cerrar mucho antes.  Los quebraderos de cabeza habrían sido mucho menores.
  • El hombre que tuvo la fortuna de fracasar (José Luis Montes): ayuda a entender que tomar la decisión de "soltar" puede ser un verdadero paso adelante.
  • Why Smart executives fail (S Fieldkestein): aquí sí que hay rigor.  Es un estudio en profundidad de 50 empresas americanas durante 6 años que analiza las causas más recurrentes de los colapsos empresariales.  Os adelanto que, de un modo u otro, todo tiene que ver con el ego y la incapacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes.

Saludos a todos.