Categorías
formación gestión del tiempo innovación

10 maneras «LOW COST» de investigar a tu target si trabajas en Marketing o Publicidad

Supongo que a estas alturas del cuento todos estamos de acuerdo en que la manera de atraer clientes fieles es desarrollar relaciones sinceras y equilibradas con ellos.

En un mundo hiperconectado donde cualquier usuario tiene una audiencia potencial a la altura de la marca más gigantesca (el poder de Internet y los Social Media), exagerar, mentir y contar milongas en general es un camino seguro hacia un único lugar: el desastre.

Hablar desde la soberbia

El problema principal que tenemos los que trabajamos en esto de comunicar mensajes de marca es la soberbia.  Esto se lo he oído decir a los profesionales que más admiro del sector, tanto españoles como extranjeros.  Medimos nuestra creatividad por los premios que ganamos en los Festivales y no por los productos que venden nuestros clientes.  ¿Para qué sirve entonces la creatividad? ¿Para arrancar aplausos a nuestra competencia o para que nuestros clientes se desmarquen de la suya?

El problema que tenemos se parece mucho al que tienen gran parte de los diseñadores de moda que están zozobrando en este momento por toda Europa:  están tan convencidos de su talento único y de su capacidad para arrastrar a las masas como si fueran el flautista de Hamelin, que llegan a despreciar lo mucho que la moda rápida le está dando al consumidor (en términos de variedad, inmediatez, conexión con la calle…).

A diferencia del Sr Amancio Ortega y su guerrilla de cazadores de tendencias que pululan todos los días del año por los principales centros de la moda (hablo de las calles, no de las pasarelas) a nivel mundial, estos diseñadores dan la espalda al consumidor por una sola razón: creen saber mejor que el propio consumidor lo que éste necesita.  El diseñador es el ojo que todo lo ve, el consumidor es solo parte de una masa informe que comprará lo que le ofrezcamos.

Una mentalidad del siglo pasado que, repito, nos condena al desastre.  Porque en nuestra sociedad sobresaturada los únicos impactos que nos interesan no son los impactos masivos, los puñetazos a lo bestia (lo que siempre hemos hecho) sino la sutilidad de los golpes de karate (sólo sabiendo dónde dirigirnos y cómo hacerlo podemos centrar el tiro allí donde es más efectivo).

Basta pensarlo un poco para darnos cuenta de que las marcas no son tanto nuestras sino de los clientes que las descubren y prefieren.  Por tanto es mucho más útil entender cómo transmitirlas mejor que manosearlas desde nuestro propio criterio contaminado.

Así que mejor mirarnos menos el ombligo y mirar más al consumidor.   Menos lanzarnos a hablar y más sentarnos a escuchar.

Ombligo

…o hablar tras una escucha paciente

Y me diréis: ok, fantástico, las grandes agencias y los grandes fabricantes tienen enormes presupuestos de investigación con los que invertir en los más incisivos estudios de mercado…, ¡pero yo no! Y armados con toda esa información, mis competidores son invencibles… 

Discrepo.

La ventaja que tiene la morfología de los mercados hoy día es que todo cambia constantemente.  No es posible detener el tiempo para sacar una foto estática de un segmento poblacional, y pretender que los resultados que obtengamos sean verdad durante mucho tiempo.  De hecho, tiendo a pensar que la mejor metodología que tenemos a nuestro alcance es la observación.  Estudiar al consumidor sin meterle en un focus group donde le coartamos, sin torpedearle con cuestionarios.  En definitiva, en las condiciones más neutrales y parecidas a sus hábitos cotidianos de consumo.

Esta realidad, no tengáis ninguna duda, explica el auge de disciplinas como el coolhunting (pura observación) o las encuestas digitales que pretenden monitorizar el comportamiento online del usuario.

Coolhunting

La buena noticia es que salir a escuchar a tus clientes a la calle es gratis.  Y hacerlo en Internet frecuentemente también.  

Y aún así no lo hacemos y nos ponemos a elucubrar estrategias de Power Point (el Power Point todo lo aguanta) sin antes hacer el más mínimo esfuerzo por googlear siquiera un par de horas…

10 recursos para empezar

Si como yo, trabajas en una PYME y tienes el presupuesto justo para investigación, ello no excusa para trabajar de espaldas al consumidor.  Aquí tienes 10 cosas que yo intento hacer con toda la regularidad que puedo para tener siempre ideas frescas de las que tirar:

  1. Para aprender un poco de coolhunting "casero" recomiendo el libro de Víctor Gil (elemental, pero precisamente por eso fácil de entender y aplicar).
  2. No te dejes nunca el smartphone en casa.  Fotografía aquello que te llame la atención.  Asocia.  Y si esto de asociar te parece muy abstracto, habla de esas cosas que te han sorprendido con tus amigos.  Y seguro que de vez en cuando ellos te ayudarán a asociar esas cosas con alguno de los proyectos que te quitan el sueño.
  3. Para ordenar la información que encuentras en Internet sin que se convierta en un tormento, sin petar tu barra de marcadores y por supuesto sin tener que imprimir los artículos que te han interesado, puedes utilizar un servicio de gestión de marcadores como Delicious o Digg.  A lo mejor estás pensando, ¡menuda novedad!  Cierto, llevan unos cuantos años disponibles. Pero cuando pregunto a alumnos de Máster entre 20 y 30 años que están preparando proyectos fin de máster y deben manejar ingentes cantidades de fuentes bibliográficas, ¡nadie los conoce!
  4. Google Alerts.  Otra obviedad que usamos muy poco.  Tú marcas la periodicidad de los avisos para que algo útil no se convierta en un incordio.
  5. Utiliza alguna herramienta de escucha en Redes Sociales.  Al final Facebook o Twitter es donde nos arremolinamos a hablar de lo que nos gusta o nos disgusta, en cierto modo es un segundo hogar en el que nos sentimos cómodos y nos explayamos.  Y podemos acceder a él y escuchar.  Como no soy el más indicado para recomendar este tipo de herramientas, te recomiendo a uno de los muchísimos artículos interesantes que escribe Juan Marketing en su blog.
  6. Fuentes RSS: otro ejemplo de una herramienta que está cayendo en desuso, opino que porque no siempre es fácil explicar su utilidad a terceros.  Para los que nunca las habéis usado, con estas fuentes a las que te puedes suscribir en la mayor parte de blogs, periódicos online, etc., te puedes configurar tu propio diario digital a medida.  De forma que cuando te sientes ante tu ordenador cada mañana puedes leer sobre cualquier cosa, tan general como "Branded content" o tan específica como "eventos musicales de marcas de cerveza".
  7. Benchmarking: esto suena genial en un artículo como este.  Hace que parezca muy sofisticado.  Cuando en la práctica se trata simplemente de fisgar lo que hace tu competencia para intentar hacerlo tú mejor la próxima vez.  Tan sencillo como eso.  La clave para mí?  Tener un concepto lo más amplio posible de "competencia": si te limitas a fijarte en lo que hacen los tres de al lado, probablemente veas bastante poca innovación alrededor.  Piensa en sectores colindantes al tuyo o por qué no, en innovaciones aportadas por empresas que directamente no tienen nada que ver contigo.  ¿Qué hacen increíblemente bien y cómo eso puede inspirarte a ti?  Cuando trabajaba en NIVEA solíamos escaparnos un día al mes a visitar el punto de venta por equipos, hacer de "mistery shoppers", mangar folletos, etc.  Un día al mes es seguramente bastante menos de lo que deberíamos salir a la calle a observar, pero es mejor que nada.
  8. Suscríbete YA a Trendwatching.com si no lo has hecho.  Inspiración pura para estar al tanto de lo que pasa alrededor, desde la óptica de la sociología al servicio del Marketing.
  9. ¿Necesitas números para sustentar un argumento en una de tus presentaciones o propuestas?  En internet tienes plataformas que te permiten crear encuestas de forma gratuita o casi gratuita.  Prueba en Feebbo o Evalandgo.
  10. Y sobre todo, consíguete una vida! :) Si trabajas en publicidad o en marketing, no puedes permitirte el lujo de pasarte 12 horas diarias en el curro.  A mí me sucedió en mi primer trabajo en publicidad.  Trabajaba como un cabrón: entraba a las 9 y rara vez salía antes de las 11 de la noche.  Día sí y día también.  Y eso te termina convirtiendo en un troglodita, alejado del mundo, de las noticias, de las tendencias de ocio… O lo que es lo mismo, alejado de los consumidores y del valor que puedes aportar cuando tengas que dirigirte a ellos!  Menos reuniones y más ir al cine, al teatro, a exposiciones, etc.  Esto no es altruismo, ni charleta sindicalista, créeme, es la mejor inversión en tu productividad.

Espero que alguna de estas os resulte útil, sólo comparto cosas que a mí me han resultado útiles a veces.  Saludos a todos.

Categorías
gestión del tiempo negocios redes sociales

¿Crees que es lícito copiar en Internet?

Copiar = "tomar prestado con orgullo"

Cuando trabajaba como Director de Servicios al cliente en Grey, teníamos un cliente con una magnífica dinámica de networking on y off line. Nos veíamos las caras un par de veces al año representantes del cliente y de la agencia procedentes de todas partes del mundo.  Compartíamos case studies de la marca y mejores prácticas de la competencia y todo este conocimiento terminaba en una intranet que consultábamos cada vez que teníamos que recibíamos un briefing para desarrollar un nuevo proyecto.  Era una fuente de inspiración para nuestro trabajo diario como jamás he tenido en ningún otro sitio.

En casa de nuestro cliente, llamaban a esta práctica "borrow with pride" = tomar prestado con orgullo, aludiendo a que uno no debía avergonzarse de inspirarse en una idea ajena. Muy al contrario, a menudo es una solución mejor que reinventar la rueda.  Intento explicaros por qué.

Entre las definiciones de copiar en el diccionario de la RAE veo:

En un ejercicio de examen escrito, ayudarse consultando subrepticiamente el ejercicio de otro examinando, libros o apuntes.

Fijaos que pone "ayudarse", no repetir literalmente lo que estás tomando de otra fuente.  

Viaje al pasado: ¿os acordáis de la Selectividad?  Para mí fue un tormento: creo que no he estudiado tantas horas seguidas ni perdido tantas horas de sueño en mi vida.  Durante aquella semana el volumen de información que debías retener para luego plasmar en un papel era inmensa.  Aquella prueba activaba al máximo la imaginación en el chuleteo y la copia:  se trataba, no de tener a mano el literal de la respuesta que debías dar (eso era imposible ya que había demasiada vigilancia como para transcribir respuestas completas de otra fuente), sino de encontrar una pequeña ayuda, una palabra clave o un mini-listado que te ayudase a recordar lo que habías estudiado para así comenzar a desarrollarlo.

Copiar para progresar




Copy me

Es un hecho que el desarrollo del conocimiento humano es acumulativo.  

Esto lo aprendes el primer día que comienzas con una tesis doctoral.  Llegas a la facultad con tu espíritu de polvorilla, con un borrador de lo que quieres hacer y la solución casi esbozada ya en tu cabeza.  Y te desmontan del burro, recordándote que por específico que sea tu ámbito de investigación, en algún lugar del mundo habrá profesionales que ya lo hayan abordado previamente.  Y que debes empollarte toda esa investigación, entenderla y cuestionarla, antes de ponerte a escribir una sola línea de tu tesis.  Gracias a esta parte (el "marco teórico") puedes detectar hallazgos y fracasos de anteriores investigaciones y así dirigir mejor tus pasos, construyendo sobre lo hecho por otros.

A poco que pienses en ello te darás cuenta de que la interconexión colaborativa de fuentes científicas en distintas partes del mundo gracias a Internet explica la poderosa aceleración de los avances tecnológicos en todo el mundo en los últimos 25 años.  

Para mí copiar (copiar de esta manera) no sólo es lícito sino que te permitirá añadir valor a lo que otros han hecho antes que tú, de varias formas:

  • Personalizando tu trabajo a una necesidad concreta de un grupo objetivo.  Un buen ejemplo: cuando comencé a escribir me ayudó mucho el libro "Marketing para escritores" escrito por Neus Arqués, no porque aporte nada radicalmente nuevo al ámbito del Marketing, sino por que lo contextualiza a las necesidades de un escritor que empieza.
  • Construyendo/mejorando lo que ya se ha hecho.  A menudo explico en cursos de Introducción al Marketing que IPod no fue el primer reproductor de MP3 que llegó al mercado, pero sí el que mejor consiguió entender el tipo de experiencia que necesitaba el usuario (usabilidad, ligero, capacidad, diseño…).
  • Estableciendo puentes: es lo que Steve Jobs llamaba "connecting the dots" (conectar los puntos).  Tu propia visión personal, tus aprendizajes, tus peculiares habilidades y tu experiencia pueden llevarte a mejorar lo hecho por otros.  Jobs, por ejemplo, se sirvió de sus conocimientos sobre tipografías para revolucionar para siempre el interfaz de usuario de los ordenadores, hasta entonces complejo y gris. Hay un libro muy bueno para establecer asociaciones y tender puentes entre ideas inicialmente inconexas: Pensamiento Lateral de Edward de Bono.

Fusilar como forma de tomar el pelo a tus seguidores

Copy paste
Dicho esto, observo que existe en la red una intensa polémica sobre esa creciente pléyade de auto-denominados "expertos en Social Media" cuyo modelo de negocio consiste en 1) leer todo lo que encuentran sobre el tema en la web y de paso 2 ó 3 libros de autoayuda empresarial (de esos que prometen hacerte rico en 100 días trabajando media hora diaria) y 2) sobre la base de un blog, repetir ese mismo contenido…  Teniendo la precacución de poner la palabra "Marketing" bien grande en la parte superior del blog como reclamo (aunque no tengan muy claro lo que significa Marketing).  Este modelo observo que funciona como una especie de cooperativa donde la mayoría de estos "expertos" se copian, comentan, aplauden y promocionan entre sí.  

Esto es fusilar: amasar las ideas de otros y tejer un discurso que ni tú mismo entiendes porque está construido a base de retales inconexos.  Lo mismo que habrías escrito si hubieses podido copiar a saco durante 60 minutos seguidos en la Selectividad sin antes haber dedicado tiempo a estudiar.

No obstante, no cuestiono la ética de quien fusila lo que otro escribe (en la base ideológica de Internet está el no poner puertas al campo y divulgar el conocimiento).  Me consta que hay gente que toma trozos de mi blog y los replica tal cual en el suyo y gente que se ha inspirado en la web de mi empresa Pop Up Música para montar la suya.  No me molesta y hasta me parece un halago: demuestra que en algo estamos innovando si hay gente que lo valora tan positivamente.

Sin embargo, cuando uno quiere "cobrar" por un servicio experto, la cosa cambia.  Porque se presupone que debe ofrecer justamente eso: una experiencia contrastada, un know-how, un bagaje de trabajo y casos de éxito.  Si no podemos ofrecer un conocimiento especializado, ni realizar aportaciones propias, ni bajar a tierra con total realismo la teoría a lo que la cruda realidad de un negocio (un bar, una papelería, una peluquería…) necesita, entonces carecemso de legitimidad para pretender cobrar por ello.

Termino

Mi conclusión: me parece lícito, éticamente intachable, y totalmente recomendable tomar prestadas ideas de terceros.  Siempre que el tamiz de tu propio conocimiento y experiencia te permitan modificarlas, mejorarlas, complementarlas, añadirles matices que las hagan más accesibles.  Me parece bien tomarlas prestadas con orgullo y sin complejos.  Y creo que no debemos cabrearnos cuando alguien hace lo propio con nuestras ideas (el ego es también un enemigo del aprendizaje).

Pero creo que hay gente que se mete en el berenjenal de ofrecer consejos a diestro y siniestro sobre campos que no dominan.  No tengo duda respecto a su final: se les acaba notando y su credibilidad se derrumba. O como dice un proverbio africando "copiando a todos los demás todo el tiempo, un día el mono se cortó su propia garganta".

Categorías
desarrollo personal gestión del tiempo

¿Reuniones divertidas o reuniones productivas? ¿Hay que escoger?

Todos lo sufrimos diariamente de un modo u otro porque todos formamos equipos, trabajamos con personas y debemos hilvanar y coordinar nuestros objetivos y tareas con esas personas.

Cómo abordar una reunión de trabajo

El management tradicionalmente ha apuntado dos rutas genéricas hacia el logro de los objetivos de un equipo (si quieres leer más sobre este estudio, que probablemente te suene si
en algún momento estudiaste Liderazgo en la Universidad, te dejo el link de Wikipedia sobre el "managerial grid de Blake y Mouton", yo mismo acabo de consultarlo).:

  • La orientación al grupo: lo que importa es maximizar la cordialidad.  Ya que el buenrollismo se supone que fomenta la implicación de la gente con los proyectos, libera su autonomía y su creatividad.  E.d., si quieres sacar lo mejor de tu gente en una reunión, comienza por hablar de temas personales, libera tensiones contando chistes, etc.  Se supone que hay que ir entrando en materia poco a poco y sin forzarlo…  Con ello las reuniones se parecen a lo que intento describir en este gráfico:  la primera parte de la reunión (por mi experiencia en reuniones cortas puede ser más del 50%) la dedicamos a repasar nuestras vacaciones, el trabajo de restauración de la famosa anciana del Ecce Homo, la Supercopa o el matrimonio de Rosa Benito…  Hasta que alguien mira el reloj y decide poner al grupo a producir.  Bien porque la duración de la reunión no se ha fijado claramente de antemano, bien porque ese límite de tiempo no se respeta, pasan los minutos sin que lleguemos coclusiones/acciones a tomar relevantes.  Por lo cual se hace necesario acelerar en la última parte de la reunión, a menudo tomando decisiones o asumiendo compromisos de forma arbitraria porque no da tiempo a hacerlo mejor.  ¿Te suena?

Reuniones

  • La orientación a la tarea: en este caso
    lo que importa es "sacar el curro" sea como sea.   Me voy a poner
    exagerado:  el mercado en el que competimos es la guerra, y como en toda
    guerra debemos lograr los mejores resultados utilizando unos recursos
    que siempre son limitados.  En el caso de las empresas, recursos
    humanos, económicos y (aunque personalmente creo que va incluído en los
    económicos), tecnológicos.  Por tanto con un equipo limitado que tiene
    muchas cosas que hacer, una reunión de trabajo debe ceñirse a
    unos objetivos fijados previamente y cerrarse con unas conclusiones,
    tareas y timings a futuro. 
    Lo contrario, como comentamos en un artículo anterior, es hacer un mal uso de nuestro tiempo y además, atentar contra la eficacia del grupo y el derecho al tiempo libre/ocio de sus integrantes.

¿Qué postura es la correcta?

La respuesta es… depende.

Esta respuesta no es mía sino que pertenece a un gurú del liderazgo, un tal Fiedler, que la llamó pomposamente "modelo de contingencia".  Es fascinante: estamos ante un tío que se ha hecho mundialmente famoso en la parcela de los recursos humanos invitando a los que trabajamos con equipos a que, simplemente, nos busquemos la vida en cada situación.

Por mucho que esta solución sea de puro sentido común, mi experiencia me dice que es la única postura que me sirve.

Mantener reuniones como la del gráfico no solo me resulta enervante, sino que se carga de sopetón el valor que puedo aportar a mi trabajo (sea mi trabajo docente, como autor o en Pop Up).  Terminar a las tantas porque he estado perdiendo el tiempo en naderías, me impide desarrollar el negocio, enviándole una noticia a un potencial cliente, recibiendo a un posible colaborador que quiere verme, escribiendo un e-book para el blog de mi empresa, haciendo benchmarking de la competencia, pensando en cómo dar un mejor servicio a un cliente ya existente…

Pero acudir a una reunión con el reloj y la lista de tareas como único condicionante en mente es contraproducente si ello sirve para coartar la creatividad del equipo.

¿Empatía…?  ¿Y qué más?

Así que te deseo suerte, empatía y te aconsejo que antes de entrar en una reunión tengas claras al menos estas 5 cosas:

  1. Los objetivos de la reunión y los outputs que debes sacar de ella:  ¿decisiones?, ¿un plan de trabajo?, ¿compromisos y responsabilidades?
  2. El clima reinante en el equipo: ¿la gente está estresada pero motivada?, ¿estresada y hasta los h…?, ¿necesita calidez o un empujón de practicidad/agilidad?
  3. Los integrantes:  ¿es necesario que acudan todas esas personas o ello ralentizará?
  4. El tiempo: ¿cuánto es razonable dedicar a la reunión para salir de ella satisfechos?
  5. El control de interrupciones:  ¿teléfonos apagados? ¿otros compromisos aplazados?
Categorías
desarrollo personal gestión del tiempo

GESTIONA MEJOR TUS RELACIONES DE TRABAJO Y AHORRA 2 HORAS AL DIA

DEMASIADAS COSAS QUE HACER?

Comparto con vosotros lo que hago en el día a día:

  • Lo que más tiempo me quita: mi empresa Pop Up Música: todavía somos una start up y requiere mucha atención todos los días.
  • Además imparto formación en la Escuela de Publicidad, en ESDEN, en Madrid School of Marketing y en empresas privadas.
  • Y curso mi doctorado en Branded Content.  Entregué mi tesis el pasado mes de Enero y voy a defenderla a finales de Mayo en la URJC.
  • De vez en cuando colaboro como speaker para la promoción de mis libros “Game Over” y “Big brother is dead”.
  • Y estoy trabajando (de momento es solo un guión preliminar) sobre mi tercer libro.
  • Escribo tres veces a la semana en este blog.
  • E intento responder a diario a los mensajes de mis redes sociales.
  • Procuro hacer caso a Alejandra y para Carmen, que son pequeñas y nunca volverán a serlo.  En esto debo mejorar.
  • Y entrenar para volver algún día a bajar de 3 horas en maratón.

… Y NO SOY PARA NADA UNA PERSONA ORGANIZADA

  • No consigo vaciar mi buzón de entrada de email aunque luche por ello.
  • No miro el buzón del portal más de una vez cada quince días.
  • No reservo mis vacaciones hasta que me quedan 15 días. 
  • No reviso mi cuenta bancaria salvo que tenga que hacer una transferencia.
  • Siempre tengo 3 ó 4 libros a medio leer en mi mesita de noche.
  • No tengo un archivo organizado de documentación, sino cajas, carpetas y subcarpetas por proyectos donde todo entra más o menos al tuntún.
  • No recuerdo los cumpleaños.
  • Y podría seguir…

Sin embargo creo que consigo sacar una considerable cantidad de trabajo gracias a 5 prácticas que os explico a continuación y que no tienen nada que ver conmigo sino con los demás (y mi escasa tolerancia a que los demás decidan por mí cuál es el mejor uso de mi tiempo).

Es decir, que TÚ seas más eficaz depende en parte de lo que seas capaz de conseguir en tu relación diaria con los DEMÁS.

Trabajo equipo
1. APRENDE A DECIR NO

No hay nada más dañino para tu agenda y para tu imagen ante los demás que cargarte de responsabilidades que no puedas cumplir.  Si sabes que no vas a poder hacer algo o que ese algo cae fuera de tus cometidos o tus capacidades, dí NO.

Es lo mejor para ti y para los demás: hay una diferencia crucial entre gestionar y simplemente coleccionar listas de tareas pendientes.

Intenta quitar una micro-tarea diaria que no tengas por qué hacer y quizá ganes 10 minutos de tiempo.

2. APRENDE A DECIR “VETE AL GRANO”

Los humanos (y más los humanos que viven en España), tendemos a andarnos por las ramas y decorar nuestro discurso de forma exasperante.   Bien sea para vender una moto, bien sea para justificar un error: los preámbulos excesivos solo harán que llegues a casa más tarde por la noche.

Conozco gente que a una media de 20 llamadas telefónicas diarias multiplicado por unos 5 minutos de cháchara irrelevante en cada una, pierde diariamente 100 minutos de su tiempo.  Naturalmente, luego se quejan de que no tienen tiempo y no llegan a nada.

Si el que se enrolla es el otro, corta por lo sano.   Si tú eres borde, él es un pesado.  ¿Qué es peor?  No tengas miedo a cortar.

Prueba a eliminar los rodeos innecesarios: 5 minutos por diez conversaciones diarias = 100 minutos.

3. ABANDONA/FINALIZA UNA REUNION CUANDO HAYAS ALCANZADO LOS OBJETIVOS PARA LOS QUE LA CONVOCASTE

Para ello, jamás comiences una reunión  sin unos objetivos claros de lo que necesitas y cuánto tiempo máximo es razonable dedicarle.  Cuándo hayas logrado lo que querías, discúlpate, levántate y vete. 

Así mostrarás a los demás que no te interesa alargar innecesariamente las conversaciones.  Y quizá la próxima reunión dure menos.

Zanjar una reunión en el momento oportuno te puede otorgar otros 10/20 minutos de tiempo extra cada día.

4. APRENDE A DELEGAR

Delegar no es lo mismo que escaquearse y pasarle marrones a otro:  requiere atención y trabajo. 

Como saber delegar es una tarea adicional, mucha gente no lo hace: ¿para que enseñarle a otro lo que voy a hacer yo más deprisa?   Tengo una buena respuesta para eso: para que ese otro termine haciéndolo mucho mejor que tú y tu empresa/departamento no dependa solo de ti.  Lo cual es siempre el peor escenario posible.

Obviamente, para delegar debes soltar tú las riendas e inculcar al otro la idea de que el poder de decisión es suyo, pero la responsabilidad también.  El que decide, tiene derecho a equivocarse… siempre que no se equivoque el 100% de las veces.

El volumen de tiempo que puedes llegar a ganar delegando bien es tan grande que ni siquiera me atrevo a cuantificarlo.

5. CUANDO TE HAGAN ESPERAR MAS DE 10 MINUTOS, VETE

Hay dos tipos de personas:   los que esperan y los que hacen esperar.  En ningún sitio está escrito que pirarse después de esperar a alguien media hora será una descortesía.  Una descortesía es hacerte esperar media hora. Prueba a pirarte cuando te haga esperar un cliente, yo lo he hecho y lejos de perder al cliente, he conseguido que la siguiente vez me tratase con más respeto.

¿ERES MÁS DE ATACAR, PASAR DE TODO, O SIMPLEMENTE DECIR LO QUE PIENSAS?

En el fondo los 5 consejos están relacionados con saber adoptar el enfoque correcto entre las 3 posturas arquetípicas de las que nos habla la psicología conductual:

  • El agresivo:  un desgaste permanente.   Para el que agrede y para el que es agredido. Lo digo por experiencia.
  • El inhibido: confundir ser majete con ser eficaz es una trampa bestial en la que cae muchísimas personas con las que he trabajado.  Eluden el conflicto para sumirse en un mar de naderías que les arrastra a ellos y a los demás.
  • El asertivo:  por qué no decir abiertamente lo que sientes y lo que necesitas sin ofender a nadie pero sin andarte con paños calientes.  Esta es la ruta que te recomiendo, y por la que intento discurrir todos los días.

Sin lograrlo siempre…

YA LO TIENES: TOMA LAS RIENDAS TÚ PARA QUE NO LAS TOMEN OTROS POR TI 

No tengas ninguna duda que si pones en práctica todo lo anterior (pero de verdad) puedes terminar ahorrando más de 2 horas diarias de trabajo.

Por cierto, yo no utilizaría esas dos horas para trabajar más sino para estar con los tuyos o para hacer otras actividades que a la larga incidirán positivamente sobre tu creatividad (lee, juega, visita, curiosea…).

Saludos a todos.

Categorías
gestión del tiempo medios negocios

Comunicación 2.0:¿realmente los Social Media ayudan a las PYMES?

Hace unos días encontré una interesante infografía en Mashable (una fuente que os recomiendo si os estáis aventurando en esto de los Social Media y su uso profesional).  Puede que a veces sean algo crípticos para los no expertos, pero siempre se aprenden cosas por el camino. Se trata de un micro-análisis de cómo las PYMES americanas hacen uso de los Social Media hoy día y qué resultados obtienen.

Facebook y Twitter, donde va la gente

Pues bien, Mashable apunta que Facebook y  Twitter son las dos Redes Sociales más utilizadas por las PYMES para interactuar con sus clientes.  De lejos sigue Linked In. 

¿Reciben las PYMES respuesta?

Cuando nos comunicamos con nuestros clientes, lo que realmente queremos es interesarles, generar una involucración que nos haga merecedores de una respuesta.  Pues bien, el mayor índice de respuesta a la actividad de las PYMES en Redes Sociales, se produce en Twitter.  Sin embargo, es Facebook la red que mayor índice de visitas a nuestra página reporta.  E.d., puede que Twitter sea muy bueno para activar el diálogo pero si lo que queremos generar tráfico hacia nuestra página corporativa o de marca, nos interesa hacer un buen uso de Facebook.

En todo caso, me gustaría conocer la muestra y como de "pequeñas y medianas" son estas PYMES.  Resulta difícil de creer que el número promedio de clicks de los links que colgamos en Facebook ronda los 250.  Ello implica que todos los perfiles observados forzosamente deben contar con miles de seguidores, algo lejos del alcance de la mayoría de PYMES del mundo real.

Frecuencia de uso

Un dato que nos ha sorprendido es encontrar que dos de cada tres empresas presentes en Social Media cuelgan contenido TODOS los días.   Nos sorprende que pequeñas empresas tengan recursos suficientes como para dedicar a esta actividad tan importante pero tan intensa.

Si ofreces mucho contenido, se disparará el engagement de tus clientes

Esto parece una perogrullada pero parece estar contrastado cuantitativamente por este estudio: las empresas que escriben una vez por semana reciben una media de 0,02 comentarios por contenido colgado, mientras que aquellas que lo hacen diariamente, obtienen más de 10 comentarios diarios.  O sea, si escribes mucho, te relaciones mucho con tus seguidores.  Y si escribes poco, te quedas por debajo de un mínimo umbral de notoriedad… y no te sigue nadie.

De vuelta al mundo real

Para mí el asunto clave son los recursos que tengas: no todas las PYMES son desarrolladores de software, puntocoms, agencias on line o especialistas en tecnología, como para estar pegados a la web todo el día, recopilando, creando y editando contenido.  No me imagino a los responsables de un taller mecánico, una pequeña cadena de restaurantes o una de tiendas de jabones reciclados, haciendo hueco entre sus diez mil quehaceres para convertirse en periodistas full time.

Además, no existen evidencias de que incluso una actividad muy positiva en redes sociales vaya a estimular la preferencia hacia tu marca y aumentar tus ventas.

Estas son mis tres recomendaciones factibles de vuelta al mundo real:

  1. Para la mayor parte de vosotros, los Social Media "sólo" van a ser un canal de comunicación con dos grandes ventajas: su gratuidad y la posibilidad de afinar mucho el tiro para llegar sólo a los consumidores que te interesan (esto es factible por el potencial de viralización del medio, que permite a tus seguidores enviar tu contenido a terceros fácilmente, y por la posibilidad de utilizar buscadores para detectar comunidades de consumidores con intereses afines a tu producto o servicio).  Si hasta ahora dedicabas a la publicidad el 10% de tu tiempo, sigue haciéndolo, sólo que incorporando los Social Media con una intensidad cada vez mayor.
  2. Si tienes tu reflexión de marketing hecha previamente: dónde está tu nicho y con qué propuesta diferencial te quieres presentar ante ellos, te será más fácil encontrarles y no tendrás que dispersar el tiro.
  3. Organízate: asigna una pequeña porción del día a tu actividad en Redes Sociales.  Te cuento las 5 cosas que hacemos nosotros en Pop Up, no te compliques, hazlas por orden y verás que no necesitas más de una hora al día:
  • recopilamos y editamos contenidos (céntrate en tu área de expertise porque no tienes tiempo para más, toma prestada una idea, añádele un nuevo enfoque, publica un vídeo curioso…, no hace falta que sea muy sesudo, es preferible que sea divertido y que muestre tu visión personal),
  • los publicamos,
  • iniciamos su viralización con emailings puntuales y/o interconexión (automática: ahorra tiempo) de nuestras redes y nuestro blog,
  • contestamos a comentarios y preguntas y
  • visitamos la blogosfera para ampliar nuestro network en redes sociales y blogs y difundir todavía más nuestro mensaje.
Categorías
desarrollo personal gestión del tiempo

La fortuna de meterme en un atasco

Anoche volvía de una reunión en la agencia de comunicación de unos amigos.  Tenso y estresado como me he pasado casi toda la semana, me acerqué a la Gran Vía a comprar unos libros para un curso de presentaciones eficaces que estoy preparando.  Salí pitando, inquieto por el tiempo que siempre pierdes al pasar por el centro, y me subí de nuevo a la moto, para meterme en un atasco imprevisto que me tuvo totalmente parado durante casi un cuarto de hora. Gran via

Explico la imagen: por la izquierda subían en dirección a Callao un montonazo de bicis y patinadores (calculo que pasaban de dos mil).

Resultó ser una quedada de bici-crítica una comunidad de amantes de la bici. 

Como estaba totalmente atorado y no podía ir para atrás ni para adelante, me paré a observar la escena. 

A un lado, una larga hilera de encorbatados cabreados, metidos en sus coches.  Cuando se dieron cuenta del embolado empezaron a pitar.  Hasta que vieron que no servía de nada y empezaron a mirar desde dentro de sus peceras.

Al otro lado, un grupo de ciclistas sonrientes disfrutando de un paseo por donde jamás les es posible circular.

Después de unos minutos decidí dejar de preocuparme, subí la moto a una acera y me metí en un garito a desestresarme tomando una caña mientras el atasco amainaba (sólo una eh).

Hace unos años tomé la decisión de colgar la corbata para tomar las riendas de mi futuro profesional.  Y eso sólo me sirvió para trabajar muchas más horas y tener menos vida.  Tomar las riendas de tu vida profesional interesa bien poco si por el camino pierdes las de tu vida personal.

Hace unos meses tomé otra decisión aún más drástica: trabajar un 20% menos.  Con el fin de equilibrar mi vida personal y profesional y obligarme a ser más eficaz con mi tiempo dedicado al trabajo.  Si sabes que a tal hora lo dejas, por la cuenta que te trae, dejarás de perder el tiempo con tonterías (mails y llamadas irrelevantes, reuniones coñazo, curioseo errático por Internet…).

A veces tiendo a olvidar esto.  Esta semana por ejemplo lo había olvidado, por culpa de la presión del día a día.

Si trasladas la ley del rendimiento decreciente a la realidad de tu trabajo diario, verás que a trabajar más de ocho/nueve horas diarias es un disparate como la copa de un pino porque:

– tu productividad marginal (e.d. el trabajo extra que logres sacar) en esas horas adicionales es mínima,

– si no descansas te vuelves más irritable y menos sociable y últimamente leo que las habilidades sociales/emocionales explican el éxito profesional en el 80% de los casos, ¿os lo creéis?

– dejas de hacer en esas horas de ocio otras cosas que te serían mucho más productivas: networking, leer, ver cine, pasear (una actividad tan aparentemente irrelevante como pasear a menudo me sirve como combustible para poner a parir a una marca en este blog o elaborar un case study para mis clases),

– por último, y aún a riesgo de sonar un poco oso amoroso, ¿no pensáis que el exceso de trabajo es la excusa más estúpida del mundo para dejar de ver a la gente que queremos?

¿Estamos acaso invirtiendo el 60 o el 70% de nuestro tiempo despiertos en un trabajo que nos asfixia y nos aleja de los nuestros?  ¿Por qué no vamos a poder cortar por lo sano este exceso?  ¿Por qué no voy a poder decidir lo que hago con mi tiempo? ¿Por qué, incluso si trabajo por cuenta ajena, no voy a poder acercarme a aquellas empresas –las hay-, que procuran respetar la vida personal de sus empleados?

Me alegro de que un atasco me haya recordado que prefiero sonreír montado en una bicicleta a sufrir atornillado al volante del coche en un atasco a horas intempestivas de la noche.

Categorías
desarrollo personal gestión del tiempo

¿Qué haces tú para superar la pereza de la vuelta al cole?

Pereza Esto de la depresión post-vacacional de la que se habla cada mes de Septiembre me parece una exageración parida por Telediarios faltos de noticias. 

En mi caso, tengo la suerte que desde que me dedico a hacer lo que me gusta (me produzca más o menos…) ya no me deprimo sea 1 de Enero, 2 Febrero o San Fermín.

No me deprimo pero sí me atenazo porque se dan de leches a) el volumen de trabajo atrasado y proyectos urgentes y b) la falta de inercia del motor, lastrado por el sol, la sidra y los recuerdos de los amigos a los que hacía tiempo que no veía.

¿Qué hacéis vosotros para superar la tentación de pulular por Internet en lugar de ponerse a currar?

Os cuento lo que intento hacer yo:

Recuperar la rutina: intento empezar y dejar de trabajar a la misma hora cada día.  Así lo que queda en medio (el trabajo), no se ve desplazado por lo demás. Sólo he dicho intento eh.  Soy español, no alemán. 

– Ya sentado en mi escritorio, cada mañana me hago un listado de lo que tengo que hacer, ordenado por prioridades.  Un listado pequeño: si te pones 200 tareas será imposible que las priorices y por lo tanto todas se volverán urgentes, e.d. tu listado no valdrá para nada.  A medida que voy completando las cosas, las voy tachando.  Es de perogrullo, pero me hace sentir más aliviado.

Empiezo por las tareas que más me gustan (y que sean productivas, obviamente: e.d., no vale "ponerme a leer en la terraza"), lo que sé que no me va a costar hacer.

– Dentro de cada tarea, y eso es especialmente importante en las que menos te gustan o te cuestan más, intento hacerlo de principio a fin, e.d. no parar para meterme en otras cosas.  Todos tenemos una curva de rendimiento cuya pendiente se modera cuando hacemos multitasking.  Cuanta más atención dediques a una sóla cosa, más probable es que la termines antes.

Si necesitas algo de un tercero, no saltes sobre él/ella inmediatamente.  Si es alguien con quien tratas a diario, anótate lo que quieres tratar y sigue trabajando (si la duda no te lo impide).  Quizá encuentres que debes hablar nuevos temas con esta persona y los incorpores a tu lista.  Así la interrumpirás (y te autointerrumpirás menos).  Reduce drásticamente el número de llamadas telefónicas y la duración de cada una.

– Las llamadas telefónicas y las reuniones también tienen su curva de rendimiento: mejor una sola reunión de planificación de 1 hora (después de los 5 inevitables minutos de cháchara sobre Mourinho, la economía, el Mundial de basket o cómo ha aumentado la barriga del jefe durante las vacaciones) que 4 reuniones de 20 minutos para apagar fuegos que ya están ardiendo. 

Apago el teléfono móvil (si puedo).

Cierro el Outlook después de chequearlo a primera hora.

Duplico la dosis de cafeína y de caramelos de menta: esta última frikada es por un mítico profesor de Ciencias que tuve en el colegio y que justo antes de enfrentarse a nosotros se zampaba un caramelo de eucalipto.  En fin, son vicios legales y que me ayudan a mantenerme alerta.

Hago deporte: y esto sí que no es una milonga.  El ejercicio físico libera endorfinas que lejos de agotarte, disminuyen tu ansiedad y te hacen rendir mejor en el resto de actividades.  No trabajes ni un minuto más de lo necesario estos primeros días: sal a la calle y respira. 

¿Qué haces tú?

Saludos irreverentes.

Categorías
gestión del tiempo

El e-mail es el enemigo número 1 de tu productividad.

Email overload
Desde que decidí colgar la corbata tengo una máxima que intento mantener en mente a diario.  Terminar mi trabajo en el espacio de tiempo más corto posible para dedicar a mis aficiones y a mi familia.

Ya.  Sé que no descubro la pólvora.  Supongo que es una aspiración común a todo el mundo, y más a los que tenemos niños pequeños.

Lo que no todos tenemos tan claro es el tipo de obstáculos que día sí y día también nos obligan a dejar la oficina a las 9 de la noche, o más tarde.

Es obvio que nuestra cultura laboral estaría al frente de esta lista de obstáculos: en España (he trabajado en 4 países diferentes y ello me permite comparar) se valora más el desempeño por el número de horas trabajadas que por los resultados conseguidos.  Hay que salir más tarde que el jefe, y si es posible, más tarde que el resto de los compañeros.  Sólo alguna secretaria y los contables pueden irse a su hora y abandonar la oficina con ellos es motivo de escarnio público.  Pero dejaré esta reflexión para un artículo posterior.

Como soy autónomo, no debo plegarme a ninguna absurdez cultural de este tipo.  Y sin embargo hay días que tampoco logro terminar antes de las 9.

El motivo principal es que no soy productivo porque no trabajo de manera fluída.

Los humanos experimentamos curvas de aprendizaje: nuestro rendimiento aumenta cuanto más realizamos una tarea.  Si tú también eres autónomo o trabajar por cuenta ajena pero acaban de cambiarte de función recienemente, habrás experimentado el vértigo de enfrentarte a un trabajo nuevo, donde te sientes como un pulpo en un garaje, teniendo que consultar todo mil veces, cometiendo errores y sintiéndote inseguro e improductivo.

A menor escala, esto nos sucede a diario cada vez que una interrupción nos aleja de la tarea.  La curva de aprendizaje se interrumpe cada vez que nos entra un email y nos ponemos a contestarlo.  La interrupción es mayor cuanto más tenemos que detenernos a documentar nuestra respuesta, hasta el punto de separarnos de forma preocupante de lo que estábamos haciendo.  Nuestra capacidad de concentración se desploma, y con ella nuestra capacidad de análisis y nuestra creatividad.

Una encuesta recientemente publicada por la consultora Deloitte muestra que los empresarios llegan a leer su correo electrónico más de 50 veces al día y envían unos 160 mensajes.   ¿Quién es capaz de llevar un trabajo a buen término con 50 interrupciones?

Nadie.

Mi principal pregunta con respecto a este disparate es la siguiente: ¿necesitamos realmente esa frecuencia de comunicación? 

Francamente: no.  El email se supone que debe ser una herramienta de trabajo, no una distracción.
Comparto con vosotros algunas locuras que intento poner en práctica para que el correo me distraiga lo menos posible:

– Programa tu lector de correo para que sincronice cada hora o cada dos horas.
– O bien ciérralo directamente cuando necesites concentración.
– Intenta persuadir a tu equipo de trabajo, clientes y proveedores, de que no te pongan copia en sus correos a menos que necesiten una acción concreta de tu parte o la información sea imprescindible para ti. – Si un emisor de correo, no respeta esta regla reiteradamente, habla con él.
– Intenta no mezclar en un mismo mensaje temas profesionales con irrelevancias, así evitarás esas ristras (sí, sí, como las "ristras" de chorizo de pueblo) interminables de correos insustanciales.  O al menos, si las recibes, no será por tu culpa.
– Date de baja de esa newsletter que nunca lees. ¿Para qué te has suscrito si nunca tienes tiempo para ella?
– Cuando por fin te toque ver tu correo: crea carpetas para tus proyectos y programa tu lector de correo para que envíe los mensajes recibidos directamente a su carpeta correspondiente.
– Lee TODO lo que recibas si es posible en el día.

– Asegúrate de que al final el día tu bandeja de entrada queda vacía.  En fin: inténtalo.  Yo estoy en ello.  La sensación de estar por delante de tus proyectos en lugar de correr detrás de ellos, es impagable.
Si no tienes tiempo para contestar ahora, envía una respuesta rápida diciendo que lo has recibido y que contestarás en breve.

– Un e-mail de más de una hoja es una pérdida de tiempo y esfuerzo porque según algunas estadísticas, ni un tercio de sus destinatarios lo leerán a fondo. La mayor lucha en la que se debaten los grandes escritores es resumir, resumir, resumir incansablemente lo que escriben para hacerlo más digerible a sus lectores. ¿Por qué no hacerlo tú también?

Me he centrado en el correo electrónico, pero podría decir lo mismo de Twitter o del teléfono móvil (conozco unos cuantos enfermos del móvil en mi entorno más directo). Si estos dispositivos empeoran tu trabajo en lugar de ayudarte, es que no los estás usando bien.

Categorías
gestión del tiempo negocios

Sugerencia de Seth Godin: quememos a los pesaos en una hoguera, junto con sus documentos

But you're not saying anything

Forests-at-risk09 And this is the problem with just about every lame speech, every overlooked memo, every worthless bit of boilerplate foisted on the world: you write and write and talk and talk and bullet and bullet but no, you're not really saying anything.

It took me two minutes to find a million examples. Here's one, "The firm will remain competitive in the constantly changing market for defense legal services by creating and implementing innovative and effective methods of providing cost-effective, quality representation and services for our clients."

Write nothing instead. It's shorter.

Most people work hard to find artful ways to say very little. Instead of polishing that turd, why not work harder to think of something remarkable or important to say in the first place

via sethgodin.typepad.com

Ultimamente he tenido que lidiar con algún briefing insustancial para campañas de la Administración Pública. Entenderlos y encontrarles algún sentido es el primer reto para cualquier agencia que quiera trincar el negocio. ¿Por qué nos parece inadecuado decir las cosas de forma sencilla y directa? ¿Qué pasa si mi visión corporativa sólo tiene 4 palabras? Es mucho mejor! Si no serías capaz de explicarle en un ascensor a un inversor a qué se dedica tu empresa, es que no sabes a qué te dedicas ni tú mismo.

Categorías
desarrollo personal gestión del tiempo

LO QUE SIEMPRE ODIÉ EN LAS REUNIONES DE TRABAJO

Meeting conflict 
Las 10 cosas que más me irritaban de las reuniones cuando curraba con una corbata al cuello:

1. La impuntualidad.  Es como si en el mundo habitasen dos razas: los pringaos puntuales y los marqueses impuntuales.  El mundo se mueve al ritmo que marcan estos últimos.

2. Perder el tiempo.  En general, esto es algo que me irrita sumamente en todos los órdenes de la vida, peor si son terceras personas las que me lo hacen perder.  No sé si es un signo de avidez por la vida o de estupidez que degenerará algún día en un infarto. 

3. Reuniones sin objetivos claros.  Si el grueso de la reunión consiste en comentar el fútbol de anoche, saldrás más tarde de la reunión y llegarás más tarde a casa por la noche.

4. Los móviles.  Se supone que una reunion se convoca porque para realizar un trabajo la suma de los asistentes produce más que su desempeño individual.  Si alguien está atendiendo al móvil, el mail, o ambos, no produce y por lo tanto sobra.

5. Los circunloquios.  Basta de rollos.  Vivimos en un mundo saturado.  Si no sabes manifestar una idea con una frase sencilla, seguramente es porque la idea no es muy brillante. De esas yo mismo suelo tener muchas al cabo del día pero no las comparto con los demás en las reuniones.

6. Los partidismos.  Las rencillas personales enturbian el trabajo y hacen que nos sindiquemos no con las mejores ideas sino con aquellos que nos caen mejor.

7. Los combates personales: las reuniones deben ser un trabajo en equipo no una refriega entre dos personas que compiten por destacar a los ojos de los demás.  ¿O nunca habéis asistido a una escalada de listezas entre dos compañeros?

8. Los toros bravos que no pueden esperar para embestir.  Deja hablar, no te impacientes…  Si no escuchar la pregunta en su totalidad, ¿cómo vas a responderla?  Si nos escuchas mis argumentos: ¿cómo vas a saber si estás de acuerdo o no conmigo?

9.  Aquellas gloriosas reuniones de status semanal donde todo el mundo va por obligación como en párvulos y la información solo es útil para el jefe.

10.  Las reuniones que concluyen sin definir los pasos a seguir.  Nos reunimos, charleteamos, nos levantamos y nos vamos… Sin un listado bien claro de pasos a seguir, responsables y timings, las cosas seguirán igual que antes de la reunión.

Uno de los aspectos en los que mi equilibrio mental ha mejorado en los últimos años es que ya casi no me reúno.   Saludos a todos.