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Matar el término publicidad. Para dotarlo de un nuevo significado.

La nueva publicidad = entretenimiento

En las últimas semanas veo que el branded content (un nuevo enfoque publicitario consistente en inyectar entretenimiento en la información de marca de modo que el consumidor quiera verla en lugar de esquivarla) se va convirtiendo en una tribu cada vez más popular dentro de un sector nervioso pero esperanzado en salir con fuerza de la crisis.

Entre otros proyectos ahora mismo ando en:

  • Mi empresa Pop up, acaba de cerrar un interesantísimo acuerdo con Meetic, la web de dating, para el apoyo en comunicación on line de nuestro grupo Estereotypo.  La banda se verá beneficiada por el tráfico generado desde el portal (6 millones de usuarios) y colaborará aportando a la marca su versión del clásico Love me Do de The Beatles, que se está convirtiendo en el tema más escuchado de Facebook en los últimos días.
  • En Pop up tenemos otros dos frentes abiertos con dos marcas de gran alcance de los que espero hablaros próximamente.  Se trata de dos marcas igualmente deseosas de complementar su esfuerzo publicitario tradicional con acciones que ofrezcan un valor real a los clientes:  que les acerquen a sus artistas / canciones / eventos musicales preferidos.
  • Aftershare.tv, una de las agencias más dinámicas en este campo, me ha pedido que participe como ponente y blogger en Festval, la III edición del Festival de Radio y TV de Vitoria.  Prueba de que muchos profesionales están reflexionando sobre la necesaria convergencia entre las industrias de los contenidos y publicitaria: una de las grandes claves de la supervivencia futura de agencias, productoras y medios.  Os tendré informados sobre este evento más adelante (es en Septiembre).
  • Voy consiguiendo que mi tesis doctoral (sí, también sobre un aspecto de branded content 😉 arranque.  Hoy he conocido (de momento telefónicamente) a José Martí Parreño, un profesor de la Universidad de Valencia y autor del interesante libro Funny Marketing, un libro ameno y accesible, repleto de ejemplos prácticos sobre este nuevo enfoque publicitario al que estamos (estáis) dando forma todavía.

Es obvio que los anunciantes no son tontos, saben que deben ser más exigentes (y al mismo tiempo arriesgados) con el destino de sus euros publicitarios y nos invitan a acercarles al contenido para poner disponer de él en sus campañas.

Que la tribu engorde es una buena noticia para todos los que creemos en el Marketing y en las marcas.

Matar el término publicidad.  Para dotarle de un nuevo significado.

Lo que menos me gusta del branded content es el nombre. Los que seguís este blog sois especialistas/estudiantes de marketing y/o publicidad o cuando menos estáis interesados en estos campos.  Coincidiréis conmigo en que difícilmente se puede explicar lo que es branded content en menos de 2 ó 3 líneas.   A mí al menos me cuesta resumirlo más en mis presentaciones.

Tv Esta neo-publicidad es un ejercicio de brutal honestidad de cara a los anunciantes: intentamos proponerles acciones estratégicas donde tienen la oportunidad de encontrar y capitalizar un territorio propio para sus marcas, ofrecer valor a sus clientes y desarrollar su relación con éstos de forma equilibrada, sostenible y no intrusiva.

Pero, sinceramente, nos queda mucho por hacer. Hasta que no consigamos explicarlo en una sóla línea, no nos habremos acercado ni siquiera a nuestro cometido:

  • convencer a las marcas de que la única publicidad posible es aquella que los consumidores quieren ver,
  • convencer al consumidor de que regrese, porque ya no queremos interrumpirle sino ofrecerle contenido útil,
  • convencer a las agencias de publicidad de que dejen de ser albañiles de anuncios para convertirse en especialistas en consumidores, en su lenguaje y sus necesidades de contenido.

Como he oído decir a Risto Mejide, nuestro reto es equiparar Branded Content con el término publicidad.  Para lo cual hay que derribar antes la creencia de que la única publicidad posible son los cansinos y predecibles spots de 30 segundos que vemos cada noche en la tele.  Esos que intentamos evitar a toda costa.

El día que branded content y publicidad sean sinónimos, podremos cargarnos "branded content" y afirmar que nuestra publicidad es útil porque los clientes desean verla.

No esquivarla.

Saludos a todos.

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branded content publicidad para recordar

Si quieres atraer a tus clientes, siéntate a jugar con ellos.

Ultimamente me encuentro con muchos artículos sobre comunicación de marca efectuada en un contexto de entretenimiento.  Parece que lo que más obsesiona a sus autores es encontrar la etiqueta más apropiada para aplicar a estas campañas.  Como si no pudiesen llamarse publicidad… Sino Advertainment, Branded entertainment, Funny Marketing… la lista es interminable.

Esto de la comunicación en un contexto de entretenimiento no es una cosa de ayer.  De hecho, lleva rondando la cabeza de los publicitarios desde que en 2004, Burger King lanzó el microsite Subservient Chicken, un trabajo de la prestigiosa agencia norteamericana Crispin, Porter y Bogusky. Un actor oculto bajo un cutre-disfraz de pollo obedece las órdenes que le quieras dar desde un cuadro de diálogo a pie de página.  

Se trataba de un microsite dirigChicken03ido a fomentar el consumo de la nueva hamburguesa de pollo TenderCrisp, un producto que se prepara al gusto del cliente, es decir, “el pollo como tú lo quieras”.  La campaña hizo furor: unos días antes de su lanzamiento, el Director Creativo de la agencia envío a veinte amigos una versión no definitiva de subservient chicken.  Al final del día, el sitio había tenido un millón de visitas.  Cuando la campaña finalizó, los visitantes totalizaban catorce millones.  Las unidades vendidas del Tender Crisp aumentaron en torno a un 10% cada semana desde el inicio de la campaña, convirtiendo a este producto en el más exitoso sándwich de pollo jamás comercializado por Burger King.  Es más, el éxito de esta acción motivó a los mandamases de Burger King a confiar en la ruta del humar por la que ahora circula su comunicación de marca.

Si en su día no viste esta campaña o lo hiciste pero la habías olvidado, probablemente te estés preguntando si realmente podemos llamar a esto publicidad.

Mi respuesta es que le llames como te dé la gana. 

Intenta venderle una idea como esta a un cliente tuyo o ponla en marcha si trabajas para tu propia marca.  ¿La diversión que aportas a tu target hace que miles de clientes se congregen alrededor tuyo y eso termina por beneficiar a tus ventas?  ¿Puedes conseguir eso en un contexto de sobre-saturación publicitaria donde nadie te oye por más GRP´s que compres? ¿Qué más da cómo le llamemos?

Invitar a los clientes a jugar con nosotros nos da tanto miedo como llamar publicidad a todo aquello que no se parezca a un spot, una página a color, una valla 8×3 o un banner.  Nos da miedo porque supone transformar nuestra profesión en algo muy diferente a lo que ha sido hasta hoy.

Nadie diría que subservient chicken es una producción a la altura de merecer el rango de publicidad.  Pero estaremos de acuerdo en que Subservient era un contenido útil que la marca Burger Kig nos ofrecía de modo gratuito.  Está ahí para hacernos reír sin pedirnos nada a cambio. Para sorprendernos y empatizar con la marca.  Si consiguen eso (parece fácil…), será más fácil que viralicemos el contenido y el guiño que la marca nos ofrece, nos lleve a acercarnos un poco más a ella.

El propio CEO de Crispin, Porter & Bogusky, Jeff Hicks declaraba que “la tarea de la agencia es lo contrario a interrumpir (a los consumidores): crear contenido que les divierta, contenido de tal valor y utilidad que los consumidores no querrían prescindir de él.”

Subservient chicken y todas las campañas parecidas en las que trabajamos y trabajaremos cada vez más, orientadas a entretener al público objetivo con el enfoque de aportar utilidad (para generar pull) en lugar de interrumpir (push), son la publicidad del futuro.

Si no queremos decir que la publicidad está muerta, porque suena muy fuerte, al menos no intentemos protegerla colgando etiquetas inútiles a este nuevo enfoque de comunicación, para preservar el halo de glamour de la vieja publicidad.  ¿Se trata o no de poner en contacto a marcas y consumidores?   Entonces hablamos de lo mismo.

¿Qué opinas tú? ¿Estarías dispuesto a participar gustosamente o pagar por una campaña de este tipo?