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Iberia Express: como darle la vuelta a una publicidad del siglo pasado

Saliendo del Metro

Llueve a cántaros, salgo del Metro y me encuentro la acera de la Gran Vía alfombrada por cientos de octavillas como ésta.  La aerolínea "low cost" de Iberia me ofrece volar a Canarias desde (qué peligro: "desde") 69€.

Iberia express

Rescatando a Michael Porter

Porter decía que la estrategia de una empresa solo puede tomar una de estas dos direcciones:

  • o producir más barato que los otros para poder vender barato o con mayor margen,
  • o bien ser diferente en algún parámetro relevante al consumidor, lo cual te permite cobrar un precio más elevado.

Después de haber visto las octavillas, haber rescatado una del suelo para escribir este artículo, y haber visto un montón de marquesinas por Madrid, todavía no sé qué es lo que me están vendiendo.  Sí sé que se han gastado una pasta para intentar llevarme al huerto pero no me dan un sólo motivo que justifique mi atención.  Porque:

  • ni el precio es especialmente barato (haced la prueba: entrad en RyanAir.com y veréis como se puede ir y volver a Canarias por 100 euros frente a los 69×2=138 de Iberia Express),
  • ni la publicidad me explica por qué debo decantarme por IberiaExpress en lugar de RyanAir.  ¿Mayor calidad? ¿Servicio a bordo? ¿Aerolínea española? (lo de si para un consumidor español una aerolínea de bandera española es un activo o un lastre, daría para otro artículo…).

El impacto por el impacto

No veo mayor razón para lanzar una publicidad así que la inercia: tenemos una nueva aerolínea y hay que hacer anuncios, sí o sí.  Aunque no tengamos nada relevante que contar.  Aunque las octavillas acaben alfombrando la Gran Vía.  

Y alfombran la Gran Vía por un motivo muy sencillo: tendemos a tirar aquello que no necesitamos.  Y una publicidad sin valor alguno es algo que no necesitamos.

La pregunta que (aparentemente) quien ha diseñado esta publicidad no se ha hecho es:  ¿qué puedo comunicar que sea tan valioso que el consumidor quiera conservarlo, es más, que quiera tirar del hilo para tener más?

¿Cómo dar la vuelta a una publicidad del siglo pasado?

Lo sé, lo fácil es criticar.  Por si estás leyendo esto y resulta que tú mismo has trabajado en esta campaña o tienes algún amigo que lo ha hecho. No tengo duda que detrás de esta octavilla (tanto en el lado anunciante como en el lado agencia) debe haber profesionales con talento y todas las ganas del mundo de lograr un excelente retorno para la marca.  Quizá estén atados de pies y manos, a mí me ha pasado muchísimas veces.

Dicho esto, me parece que hay bastantes vueltas que podrían darse a esta comunicación para lograr un nivel de empatía mucho mayor con el usario. Aquí van tres ideas, sólo tres, ya veréis que no reinvento la rueda:

  • Partir de un posicionamiento realmente diferente.  Estamos en 2.014. Nuestras necesidades están más que satisfechas, en todos los órdenes de la vida.  Los mercados están profundamente comoditizados, tenemos todo lo que podemos necesitar al alcance de un click.  En este magma de confusión, ¿acaso alguien puede permitirse el lujo de no comunicar con claridad de qué va su película? ¿Cómo quiere IberiaExpress que yo les perciba? ¿Como una "low cost" más? (dudo que les compense entrar en la batalla del precio con RyanAir).  ¿O podrían quizá explotar su mayor conocimiento de los insights y hábitos del usuario español?  Teniendo en cuenta que los RyanAir y Easyjet de este mundo a menudo nos parecen zocos aéreos donde se nos intenta vender de todo desde el despegue al aterrizaje, donde se nos intentan colar costes ocultos a las primeras de cambio, ¿tendría sentido que IberiaExpress fuese la "low cost" ética y sostenible?  Alguien barato pero con un nivel de calidad más que aceptable. ¿El ZARA de los aviones?
  • Aportar valor:  ¿cuál es la manera de trascender los límites del mero impacto y llegar a interesarme verdaderamente? ¿Dónde está la generosidad necesaria para acercarse a mí poco a poco hasta ganarse mi preferencia? ¿Por qué no ofrecerme un pequeño descuento, quizá un servicio complementario en destino? ¿No merece la pena hacer cálculos de "valor de vida de cliente" como hacen los operadores de Telefonía y quizá sobreinvertir en un cliente al que si logro transportar por primera vez, puede que fidelice en el futuro? ¿Qué es más útil: gastar el dinero en octavillas o en incentivar la prueba de producto con un valor real?  Perdonadme pero yo lo tengo muy claro…
  • Contextualizar la publicidad: ¿para qué está Internet?  Googleo "vuelos baratos a Canarias" y me salen anuncios SEM de hasta tres competidores de Iberia Express.  Pero ni rastro de Iberia Express… y tampoco en los resultados orgánicos. ¿No comunican en la octavilla "precios baratos"?  ¿No es más fácil comunicar vuelos baratos a Canarias a quien realmente está buscando vuelos baratos a Canarias que malgastar el 99% de los impactos con ejecutiv@s estresad@s que corren hacia sus trabajos y a los que les importa un bledo el mensaje en ese momento?

Simple.  Os dije que no iba a reinventar la rueda.

Tan simple que me extraña que quien firma esta campaña no se haga estas mismas preguntas.  O que quien está por encima no lo permita.

Esto es todo por hoy.  Vuestros comentarios son como siempre bienvenidos.

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Sigue en directo el DIA DE LA ENERGIA POSITIVA (Streaming): sábado 11 Oct, 10.00 AM

Sigue en directo el Día de la Energía Positiva

Este sábado celebramos el Día de la Energía Positiva, un evento que une música, ciencia y espectáculo, en el que tenemos la suerte de estar trabajando desde Pop Up Música gracias al espíritu innovador de nuestro cliente Galp Energia.

Te adelanto lo que podremos ver (mañana sábado día 11 de Octubre a partir de las 10.00 A.M):

  • Experiencias de superación contadas en primera persona por algunos de los artistas más exitosos del momento, como David Bisbal, El Langui o el célebre compositor y guitarrista Sabino Méndez, compañero de Loquillo durante una larga y fructífera etapa.
  • El trabajo en solitario de un artista sin otra herramienta que su propio talento, con el content creator Rush Smith.
  • La visión siempre estimulante de Mario Alonso Puig, con su ponencia “¡Despierta tu energía!”.
  • El virtuosismo de Iñigo Pírfano, fundador y director de la Orquesta Académica de Madrid y autor del libro “ Inteligencia Musical”, que nos hablará sobre “la música: el lenguaje de las emociones”.
  • Una innovadora sesión de “coaching musical” con Óscar Sala
  • Como colofón al evento, disfrutaremos el show de percusión de Toom Pak. Y alguna sorpresa más que no podemos desvelar en este momento…

Si lo preferís, podéis ver esta misma señal en www.galp.fm 

Un saludo a todos y que disfrutéis de la retransmisión los que decidáis verlo!

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desarrollo personal

40 tacos: ¿buen momento para reorientarte profesionalmente?

Recupero hoy un post que publiqué hace un par de años.  Sigo pensando igual al 100% y sigo empeñado en hacer lo que me gusta… cuando puedo.

[…]

Una Nochevieja a lo bestia

Ultimamente lo hablo con mis amigos porque nos está sucediendo a todos: llegar a los 40 es como vivir de pronto una Nochevieja a lo bestia en la que, por mucho que intentes evitarlo, repasas todo lo que has hecho los 365 días anteriores. 

En este caso repasas lo que has hecho durante esos 40 años, quizá sin mucha intención de utilizar esa reflexión como combustible para redirigir tu futuro… pero no conozco a casi nadie que no empiece a hacerse preguntas al llegar a esta edad. Y la mayor parte tienen que ver con 15 ó 20 de esos 40 años, los que previsiblemente habremos pasado trabajando.

Preguntas como las que siguen a continuación.

¿He llegado a dónde quería?

Como explico en Game Over, la mayor parte de nosotros llevamos marcado a fuego en nuestro cerebro que el éxito equivale a la fortuna económica y a la admiración ajena.  Lo llevamos grabado a fuego porque así nos lo han enseñado en la escuela y en la Universidad.  En Oriente, por el contrario, el éxito se asocia con el equilibrio personal (con uno mismo y con los demás) y en Africa, habitualmente por el vigor físico (bastante tienen con sobrevivir…).

Por tanto el prototipo de persona exitosa es ese amigo que todos tenemos a quien le ha ido de cine trabajando por cuenta ajena y ha llegado a Director General o CEO o bien ha montado una empresa que le funciona como un tiro.  Y además se está forrando.

Claramente, no mola que a los demás les suceda esto y a ti no.  Si alguna vez has pensado esto, es posible que te haya quedado la sensación de que se está haciendo tarde y todavía tienes los deberes a medio hacer.

¿Seré capaz de llegar algún día hasta donde quiero?

En el año 2005 decidí que yo sí tenía los deberes a medio hacer así que dejé mi puesto como Director de Servicios al Cliente en una de las grandes agencias de publicidad de este país para montar mi propia empresa. Y me pegué la leche más grande de mi vida, teniendo que cerrar tres años más tarde 3 centros de producción con una facturación conjunta de medio millón de euros y despedir más de 20 empleados.

Eso tampoco mola nada, os lo puedo asegurar.

Varios meses después de que el juego se acabase, me dí cuenta de que me había lanzado al vacío sin tener una idea clara de lo que de verdad quería conseguir con ese cambio de dirección tan drástico. 

¿Dónde quiero realmente llegar?

El problema de partida es que somos esclavos de una noción totalmente materialista del éxito.  Vivimos distraídos por multitud de tentaciones, objetos materiales que en la mayor parte de los casos son prescindibles, obligaciones que nos auto-imponemos y nos imponen los demás…

Y esta escalada permanente nos obliga a priorizar el "tener" sobre cualquier otra noción de logro.  Desde ese punto de vista el "ser" (e.d. conseguir un equilibrio contigo mismo y con tu entorno nos importa un bledo) y el "hacer" (e.d. desarrollar un trabajo excelente, tan bueno que nuestros clientes se lancen a nuestros brazos y no a los de la competencia) son secundarios.  Esta disyuntiva no es mía, sino de Mario Alonso Puig, los que seguís el blog ya la conocéis porque me gusta mucho, ya la he mencionado otras veces.

Seguro que en más de una ocasión de has preguntado dónde quieres llegar realmente.  Yo también lo he hecho muchas veces.  Pero habitualmente me he equivocado en la respuesta.

Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría dedicarme a esto en lo que estoy invirtiendo mi tiempo?

Menuda preguntita, ¿no?

No queremos oir ni hablar del tiempo que nos queda.  Y sin embargo, como nos decía Steve Jobs en la célebre ponencia que sin duda ya has visto, tener la muerte presente es imprescindible para que tomemos conciencia de cuáles son nuestras verdaderas prioridades.

Yo ahora mismo tengo claro que el "hacer" mi trabajo a tope de mis capacidades (limitadas como las de todo el mundo) y disfrutar con ello es mi principal objetivo y también la vara de medir de mi éxito personal.  No la pasta que gano.

El dinero viene (o vendrá) después.  Porque todo trabajo entraña un servicio a terceros (tus clientes).  Y es imposible que te ganes su fidelidad si no estás bien ("ser"), porque sólo disfrutando con lo que haces podrás maximizar tu nivel de energía y creatividad y hacer un trabajo excelente.  ¿O es que tú trabajas bien atenazado por el estrés, el miedo a fracasar, la sobre-responsabilidad, la depresión por un curro que no te gusta? 

Yo no: por eso me fue mal en mi primera experiencia empresarial.  Así de sencillo.

Lo importante es el camino, no el destino

Si sólo nos fijamos en el destino, tarde o temprano nos llegará el minuto 90 y entonces y echaremos de menos todo aquello que dejamos de hacer sólo para ganar más dinero para cambiar de coche y de casa.

Robin Sharma, el mundialmente conocido autor de "El Monje que vendió su Ferrari", lo explica mucho mejor que yo:

 

Piénsalo.  Yo no me considero exitoso para nada. Pero sí tengo la sensación de que, por primera vez dirijo mi vida en lugar de correr detrás de ella apagando fuegos, que es lo que hice de los 20 a los 35.

Saludos a todos.

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formación gestión del tiempo innovación

10 maneras «LOW COST» de investigar a tu target si trabajas en Marketing o Publicidad

Supongo que a estas alturas del cuento todos estamos de acuerdo en que la manera de atraer clientes fieles es desarrollar relaciones sinceras y equilibradas con ellos.

En un mundo hiperconectado donde cualquier usuario tiene una audiencia potencial a la altura de la marca más gigantesca (el poder de Internet y los Social Media), exagerar, mentir y contar milongas en general es un camino seguro hacia un único lugar: el desastre.

Hablar desde la soberbia

El problema principal que tenemos los que trabajamos en esto de comunicar mensajes de marca es la soberbia.  Esto se lo he oído decir a los profesionales que más admiro del sector, tanto españoles como extranjeros.  Medimos nuestra creatividad por los premios que ganamos en los Festivales y no por los productos que venden nuestros clientes.  ¿Para qué sirve entonces la creatividad? ¿Para arrancar aplausos a nuestra competencia o para que nuestros clientes se desmarquen de la suya?

El problema que tenemos se parece mucho al que tienen gran parte de los diseñadores de moda que están zozobrando en este momento por toda Europa:  están tan convencidos de su talento único y de su capacidad para arrastrar a las masas como si fueran el flautista de Hamelin, que llegan a despreciar lo mucho que la moda rápida le está dando al consumidor (en términos de variedad, inmediatez, conexión con la calle…).

A diferencia del Sr Amancio Ortega y su guerrilla de cazadores de tendencias que pululan todos los días del año por los principales centros de la moda (hablo de las calles, no de las pasarelas) a nivel mundial, estos diseñadores dan la espalda al consumidor por una sola razón: creen saber mejor que el propio consumidor lo que éste necesita.  El diseñador es el ojo que todo lo ve, el consumidor es solo parte de una masa informe que comprará lo que le ofrezcamos.

Una mentalidad del siglo pasado que, repito, nos condena al desastre.  Porque en nuestra sociedad sobresaturada los únicos impactos que nos interesan no son los impactos masivos, los puñetazos a lo bestia (lo que siempre hemos hecho) sino la sutilidad de los golpes de karate (sólo sabiendo dónde dirigirnos y cómo hacerlo podemos centrar el tiro allí donde es más efectivo).

Basta pensarlo un poco para darnos cuenta de que las marcas no son tanto nuestras sino de los clientes que las descubren y prefieren.  Por tanto es mucho más útil entender cómo transmitirlas mejor que manosearlas desde nuestro propio criterio contaminado.

Así que mejor mirarnos menos el ombligo y mirar más al consumidor.   Menos lanzarnos a hablar y más sentarnos a escuchar.

Ombligo

…o hablar tras una escucha paciente

Y me diréis: ok, fantástico, las grandes agencias y los grandes fabricantes tienen enormes presupuestos de investigación con los que invertir en los más incisivos estudios de mercado…, ¡pero yo no! Y armados con toda esa información, mis competidores son invencibles… 

Discrepo.

La ventaja que tiene la morfología de los mercados hoy día es que todo cambia constantemente.  No es posible detener el tiempo para sacar una foto estática de un segmento poblacional, y pretender que los resultados que obtengamos sean verdad durante mucho tiempo.  De hecho, tiendo a pensar que la mejor metodología que tenemos a nuestro alcance es la observación.  Estudiar al consumidor sin meterle en un focus group donde le coartamos, sin torpedearle con cuestionarios.  En definitiva, en las condiciones más neutrales y parecidas a sus hábitos cotidianos de consumo.

Esta realidad, no tengáis ninguna duda, explica el auge de disciplinas como el coolhunting (pura observación) o las encuestas digitales que pretenden monitorizar el comportamiento online del usuario.

Coolhunting

La buena noticia es que salir a escuchar a tus clientes a la calle es gratis.  Y hacerlo en Internet frecuentemente también.  

Y aún así no lo hacemos y nos ponemos a elucubrar estrategias de Power Point (el Power Point todo lo aguanta) sin antes hacer el más mínimo esfuerzo por googlear siquiera un par de horas…

10 recursos para empezar

Si como yo, trabajas en una PYME y tienes el presupuesto justo para investigación, ello no excusa para trabajar de espaldas al consumidor.  Aquí tienes 10 cosas que yo intento hacer con toda la regularidad que puedo para tener siempre ideas frescas de las que tirar:

  1. Para aprender un poco de coolhunting "casero" recomiendo el libro de Víctor Gil (elemental, pero precisamente por eso fácil de entender y aplicar).
  2. No te dejes nunca el smartphone en casa.  Fotografía aquello que te llame la atención.  Asocia.  Y si esto de asociar te parece muy abstracto, habla de esas cosas que te han sorprendido con tus amigos.  Y seguro que de vez en cuando ellos te ayudarán a asociar esas cosas con alguno de los proyectos que te quitan el sueño.
  3. Para ordenar la información que encuentras en Internet sin que se convierta en un tormento, sin petar tu barra de marcadores y por supuesto sin tener que imprimir los artículos que te han interesado, puedes utilizar un servicio de gestión de marcadores como Delicious o Digg.  A lo mejor estás pensando, ¡menuda novedad!  Cierto, llevan unos cuantos años disponibles. Pero cuando pregunto a alumnos de Máster entre 20 y 30 años que están preparando proyectos fin de máster y deben manejar ingentes cantidades de fuentes bibliográficas, ¡nadie los conoce!
  4. Google Alerts.  Otra obviedad que usamos muy poco.  Tú marcas la periodicidad de los avisos para que algo útil no se convierta en un incordio.
  5. Utiliza alguna herramienta de escucha en Redes Sociales.  Al final Facebook o Twitter es donde nos arremolinamos a hablar de lo que nos gusta o nos disgusta, en cierto modo es un segundo hogar en el que nos sentimos cómodos y nos explayamos.  Y podemos acceder a él y escuchar.  Como no soy el más indicado para recomendar este tipo de herramientas, te recomiendo a uno de los muchísimos artículos interesantes que escribe Juan Marketing en su blog.
  6. Fuentes RSS: otro ejemplo de una herramienta que está cayendo en desuso, opino que porque no siempre es fácil explicar su utilidad a terceros.  Para los que nunca las habéis usado, con estas fuentes a las que te puedes suscribir en la mayor parte de blogs, periódicos online, etc., te puedes configurar tu propio diario digital a medida.  De forma que cuando te sientes ante tu ordenador cada mañana puedes leer sobre cualquier cosa, tan general como "Branded content" o tan específica como "eventos musicales de marcas de cerveza".
  7. Benchmarking: esto suena genial en un artículo como este.  Hace que parezca muy sofisticado.  Cuando en la práctica se trata simplemente de fisgar lo que hace tu competencia para intentar hacerlo tú mejor la próxima vez.  Tan sencillo como eso.  La clave para mí?  Tener un concepto lo más amplio posible de "competencia": si te limitas a fijarte en lo que hacen los tres de al lado, probablemente veas bastante poca innovación alrededor.  Piensa en sectores colindantes al tuyo o por qué no, en innovaciones aportadas por empresas que directamente no tienen nada que ver contigo.  ¿Qué hacen increíblemente bien y cómo eso puede inspirarte a ti?  Cuando trabajaba en NIVEA solíamos escaparnos un día al mes a visitar el punto de venta por equipos, hacer de "mistery shoppers", mangar folletos, etc.  Un día al mes es seguramente bastante menos de lo que deberíamos salir a la calle a observar, pero es mejor que nada.
  8. Suscríbete YA a Trendwatching.com si no lo has hecho.  Inspiración pura para estar al tanto de lo que pasa alrededor, desde la óptica de la sociología al servicio del Marketing.
  9. ¿Necesitas números para sustentar un argumento en una de tus presentaciones o propuestas?  En internet tienes plataformas que te permiten crear encuestas de forma gratuita o casi gratuita.  Prueba en Feebbo o Evalandgo.
  10. Y sobre todo, consíguete una vida! :) Si trabajas en publicidad o en marketing, no puedes permitirte el lujo de pasarte 12 horas diarias en el curro.  A mí me sucedió en mi primer trabajo en publicidad.  Trabajaba como un cabrón: entraba a las 9 y rara vez salía antes de las 11 de la noche.  Día sí y día también.  Y eso te termina convirtiendo en un troglodita, alejado del mundo, de las noticias, de las tendencias de ocio… O lo que es lo mismo, alejado de los consumidores y del valor que puedes aportar cuando tengas que dirigirte a ellos!  Menos reuniones y más ir al cine, al teatro, a exposiciones, etc.  Esto no es altruismo, ni charleta sindicalista, créeme, es la mejor inversión en tu productividad.

Espero que alguna de estas os resulte útil, sólo comparto cosas que a mí me han resultado útiles a veces.  Saludos a todos.