Categorías
desarrollo personal emprendimiento negocios

Por qué pienso que hoy es el mejor momento para emprender

Crisis, crisis, crisis…

No son tiempos fáciles. 

En estos últimos meses la palabra “crisis” aparece de un modo tan omnipresente en los medios y en las conversaciones cotidianas, que probablemente habrás preferido mirar hacia otro lado.  Al menos es lo que yo hago: estoy un poco harto de tanta negatividad.

Crisis
Si tecleas “crisis” en Google te encontrarás con 138 millones de resultados. En Google Trends, por otro lado, se observa que el término tenía un protagonismo marginal en los medios hasta que a principios de 2008 se asienta en las cabeceras de la prensa y en las conversaciones de los blogs y los foros de opinión.  Donde se ha mantenido hasta hoy.

La opinión generalizada es que lo que está sucediendo no son culpa nuestra.  Sufrimos la convalecencia de una economía hinchada artificialmente por el interés de las élites políticas y bancarias.  Una deuda galopante del estado que al final tenemos que pagar con crecientes recortes en el estado del bienestar y una tasa de desempleo intolerable (porque es una lacra social y porque lleva al Estado a pique tener que subsidiar a más de 4 millones de personas en lugar de recaudar impuestos sobre su trabajo). 

Sin embargo, Alex Rovira apunta que sí fuimos inconscientes, que "nos gastamos el dinero que no teníamos en comprar cosas que no necesitábamos para impresionar a gente que no conocíamos, avalando todo ello con activos que no valían lo que costaban".  En definitiva, que nos dejamos arrastrar.

En cualquier caso, también parece una actitud profundamente arraigada que lo único que podemos hacer es sentarnos a esperar...

¿Momento de conservar?

Se atribuye a San Ignacio aquello de "en tiempos de aflicción, no hagas mudanza".  Conserva lo poco (o lo mucho) que tengas.  Aférrate a tu trabajo, a tus ahorros… hasta que la tormenta amaine.

Tsunami
Tengo dos reflexiones al respecto:

  • La tormenta no va a amainar mucho en el corto plazo.  No por lo que diga o deje de decir el FMI sino porque tardaremos décadas en bajar la tasa del desempleo al 8% de hace 7 años, y al final esa es la principal vara de medir que deberíamos utilizar para diagnosticar la salud del enfermo.
  • Sin embargo, el hecho de que la tormenta no amaine puede tener, paradójicamente, un efecto positivo sobre ciertos modelos de negocio.  

¿Nuevos modelos sostenibles?

Me explico.

La naturaleza es mucho más sabia que nosotros los humanos.  Porque se fundamenta en sencillas leyes que velan por su equilibrio.  Ciencias como la zoología o la paleontología nos muestran la lección básica de la naturaleza: cuando una especie se apropia de una supremacía sin reparto, corre inevitablemente hacia su perdición.

Estas son los resultados que el modelo económico de "nuestra especie" ha obtenido en los últimos años:

  • Desde el año 2.008, el número de empresas solicitantes de concurso de acreedores se ha multiplicado por cinco en nuestro país.  
  • En este mismo período, el número de empresas censadas ha descendido en 171.663, equivalente al 5% del total.
  • En los últimos cuatro años nuestro país ha sufrido una pérdida neta casi trescientosmil trabajadores Autónomos. Casi un 15% del total.

Esa misma ley natural nos muestra que este modelo por el que se regían nuestras empresas, las administraciones de los países y el conjunto de la actividad económica es simplemente insostenible.  Y cuando escribo sostenible no me refiero tan solo a la viabilidad económica de las empresas, sino también al bienestar presente y futuro del ciudadano y a la protección del planeta en que vivimos.

2 buenas noticias

Es posible que tú que estás leyendo este artículo estés en una de estas situaciones:

  • Trabajas por cuenta ajena pero no estás tranquilo.  Temes perder tu trabajo actual y quieres encontrar un nuevo camino antes de que llegue ese momento fatídico.
  • Quizá ya hace tiempo que buscas un empleo sin encontrarlo y estás muy desgastado. Quizá pienses que tu mejor (o tu única) salida es aventurarte en tu propio proyecto empresarial.  (No puedo empatizar más contigo en este caso: yo estaba exactamente en ese punto hace 5 años).
  • Tal vez estés terminando tus estudios y no tienes muy claro lo que quieres hacer, o piensas que lo que puedes realmente hacer se da de bruces con lo que quieres.

En cualquiera de estos casos el momento actual depara dos buenas noticias para ti:

  1. En un momento de cambio tan acentuado, las necesidades de todo consumidor se reconfiguran drásticamente.  Los lazos de fidelidad que nos mantienen unidos a determinadas empresas, negocios y marcas de referencia, se relajan para conceder una oportunidad a nuevas ofertas capaces de aportar un valor único.  Como habrás observado, es un buen momento para ofertas low cost, honestas, robustas, productos sencillos que resuelvan necesidades evidentes.  No es momento para fuegos de artificio, para productos excesivamente complejos.  La economía digital te abre nuevas puertas en este sentido: puedes echar a andar con inversiones moderadas; y si puedes, idealmente sin endedudamiento.  No lo dudes: una de estas nuevas empresas puede ser la tuya.
  2. La crisis nos ha enseñado su doble vertiente: por un lado nos angustia profundamente.  Por otro, es en los momentos difíciles cuando podemos relativizar, concediendo menos importancia a aquellas cosas que no la tienen.  Te lo digo más claro:  cuando tienes menos que perder, es más fácil que te atrevas a dar ese paso que tanto ansías.  El de montar tu propia empresa. Permíteme que utilice una imagen para ayudarme a explicar esta última idea: como el suelo es más inestable que nunca, echar a volar no supone un cambio tan brusco y parece una alternativa más deseable que nunca. 

Puede que sea el mejor momento posible para ti.   Tu propio confort ya no te retiene, piénsalo.

Os dejo con esa pequeña invitación al optimismo.  Saludos a todos.

Categorías
desarrollo personal emprendimiento negocios

Las 5 MILONGAS MÁS COMUNES de los expertos en «EMPRENDIMIENTO»

Hoy he decidido rescatar un post de hace unos meses que esta vez no iba sobre publicidad sino sobre emprendimiento.  Porque como empresario que soy (microempresa pero empresa al fin y al cabo), suelo leer mucho de lo que cae en mis manos sobre emprendimiento, start ups, modelos de negocio, etc.

Y he de decir que la mayor parte de lo que leo es decepcionante.  La literatura de desarrollo empresarial muestra poderosas analogías con la de desarrollo personal, y como ésta, está habitualmente repleta de clichés, promesas vacías y banalidades. No sé si alguna vez habéis llegado a la conclusión de que algunos libros no son más que una copia de otros, y la única innovación que aportan es un título diferente.

Por mi propia experiencia como empresario (tuve una primera empresa que cerró, como cuento en "Game Over"), hay cinco grandes milongas que aparecen en este tipo de libros de forma recurrente:

1. Si quieres alcanzar el éxito, visualiza el éxito

Gran patraña donde las haya. 

Desde luego que para ejercer cualquier actividad con un mínimo de garantías, primero tenemos que poner en orden nuestra casa (cómo estamos por dentro), pero esto no equivale a buscar el karma en posición de loto, sino a descubrir qué tipo de vida queremos llevar y si nuestro proyecto profesional encaja con ese modelo.

No podrás visualizar el éxito si nunca te has planteado qué es para ti el éxito (“tu éxito”).

2. El éxito es un éter en el que flotan billetes de 500 euros, fama y poder

Depende.  Quizá para ti no. (Comparto contigo que para mí tampoco).  

Si consideras por un instante que todos vamos a morirnos, es fácil reconocer en cadena que:  1. el tiempo es el regalo más valioso que tenemos y que: 2. mi proyecto de vida no puede consistir en una carrera asfixiante en la que sacrifico mis días, uno tras otro, en pos de un objetivo que jamás alcanzaré.

Y no lo alcanzaré porque en el momento que trinque los billetes de 500 euros, querré más billetes de 500 euros.  En el momento en que de mí dependa un departamento de 20 personas, aspiraré a dirigir uno de 50.  En el momento en que me entrevisten en TV gallega, ansiaré ser entrevistado en TVE.

E.d. si somos totalmente sinceros con nosotros mismos, el éxito no puede ser un objetivo sino un viaje continuo.  El éxito es lo que haces cada día, en tu actividad profesional pero también en tu ámbito personal.

3. Cualquiera puede convertirse en emprendedor.

Falso. 

Cualquiera puede convertirse en empresario (titular de una empresa).  Cualquiera puede montar una empresa orientada a permitirle ejercer su profesión (panadero, publicista, electricista, abogado…) por su cuenta y sin jefes.

Pero convertirse en emprendedor es algo muy diferente.  Según la RAE un emprendedor es quien acomete acciones dificultosas o azarosas.   Es decir, un tipo como Bear Grylls el de “Superviviente”.  

Superviviente
No es que para ser empresario tengas que comer orugas, nadar entre tiburones o dormir en la copa de un árbol, pero sí atesorar las cualidades para convertirte en un pionero en terra incognita (el mercado al que decidas lanzarte).

Porque eso es exactamente un empresario en nuestros días, un gladiador sobre un suelo tan poco firme que parecen arenas movedizas. 

4. La ilusión lo puede todo.

Falso.

La ilusión puede ser tu peor enemigo por dos razones:

  • Porque si no la controlas, la ilusión puede hacer que te tires desde un quinto piso pensando que puedes volar.  Y no es el caso: yo lo hice una vez y me estampé sobre el suelo.  Ilusión sí, pero limitada por el más sincero realismo.
  • Porque la ilusión nunca viene sola.  Igual que cuando abrimos un huevo la clara viene acompañada de la yema, la ilusión siempre viene acompañada del temor

POTENCIAL EXITO

El temor a fracasar y a ser señalado por todos los demás como un inútil.  El mismo temor que te mueve a seguir adelante cuando en tu fuero interno sabes que el juego se ha acabado y deberías batirte en retirada.

5. Un empresario nunca se rinde

Afirmación muy socorrida para vender libros o arrancar aplausos de una audiencia pero escasamente ajustada a la realidad.

No pasa nada por batirse en retirada.  Hace un par de años leí un libro fantástico de Seth Godin titulado The Dip sobre este mal endémico del mundo empresarial: nadie quiere equivocarse, nadie quiere reconocer que su barco se hunde y este pavor al error y al fracaso a menudo ejercen como un lastre personal, empresarial y hasta social. Recuerda la gestión de nuestro último gobierno, el escándalo de Bankia, los desplomes de Martinsa o de Spanair, la sonrojante situación de los clubes de fútbol…

La clave del progreso en cualquier ámbito de la vida consiste en reconocer un error cuando lo cometemos.  Nuestra vida es como un videojuego en el que cada día vamos haciéndonos más expertos: sin error, y sobre todo, sin el aprendizaje que se deriva del error, la especia humana no conocería el progreso y no podríamos ascender al siguiente nivel del videojuego.

No pasa nada por abandonar un proyecto o una empresa cuando llega el momento de hacerlo.  Eso no nos convierte en peores profesionales ni nos invalida para otros proyectos futuros.

Resumiendo

No dejes que esos libros te marquen el camino por muchas copias que hayan vendido. Todos quieren mostrarte lo que debes hacer, pero eso es imposible.  Tu camino solo puedes encontrarlo tú mismo:

  • ¿Qué eres feliz haciendo hasta el punto de que admitirías trabajar gratis en ello?
  • Objetivamente, ¿podrías ganártela vida haciéndolo?
  • ¿Esa actividad te permitiría equilibrar tu vida laboral y personal o terminarías colapsando? (no es coña, a mí me ha pasado)
  • Si ya lo tienes, lánzate.  Pero no confíes en tu ilusión, ni en tu perseverancia, ni en tu trabajo duro: ninguno de esos ingredientes te garantizan la receta perfecta.  Confía en tu capacidad para tomar muchas decisiones y quizás equivocarte todos los días.  Y en tu lucidez para aprender de ello porque ese es el principal activo de un emprendedor en un contexto de cambio continuo como el actual.

Mi opinión es que es vital buscar ese camino: ese modelo de negocio sostenible, compatible con nuestra propia vida y con nuestro entorno:

  • Vital para ti si el trabajo que estás desempeñando en este momento no te hace feliz.
  • Vital para el país en el que vivimos, porque ni los bancos ni las grandes multinacionales ni el gobierno de España ni el de la Unión Europea van a sacarnos de ésta.  Solo pueden sacarnos 500.000 nuevas PYMES y autónomos que sustituyan a los 500.000 que el tsunami de la crisis se llevó.

Saludos a todos.

Categorías
emprendimiento negocios

4 clientes para los que no te interesa trabajar: ¿les reconoces?

Toxic
Que tu cliente sea el centro de tu negocio es un mandatorio.  Pero que además se convierta en una pesadilla, es una indeseable realidad para muchos negocios B2B.  Especialmente si tu facturación se concentra en un pequeño número de cuentas.

Conozco mucha gente que trabaja en agencias, asesorías y consultoras de distinto tamaño. Yo mismo trabajé en dos grandes agencias como Leo Burnett y Grey durante casi 10 años.

Lamento sonar apocalíptico cual Gay de Liébana en "La Sexta Noche", pero con la economía en la UVI, los clientes escasean y las relaciones se tuercen y desequilibran.  Muchos clientes, conscientes de que hay otras 200 agencias aporreando la puerta, tratan a sus proveedores como jamás tolerarían ser tratados.  Exprimiéndoles como a un limón (e.d. clavándoles un tenedor hasta dentro).  A este tipo de gente convendría recordarles que la esclavitud se abolió en España en 1837.

Trabajando en agencia, a menudo tenía la sensación de que, cuando la relación con un cliente iba bien, no se debía tanto al nivel de servicio prestado sino al celofán con el que revestíamos ese servicio. Este fue el principal motivo que me llevó a abandonar el mundo agencia: no me interesa un trabajo donde consigo más yéndome con mi cliente de copas que trabajando.

Así que he decidido escribir 4 retratos de 4 clientes, que con nombres y caras diferentes, me he encontrado un montón de veces.

1. El cliente vampiro

El que te chupa la sange.  El que piensa que tus propuestas nunca son suficientemente buenas, que tus precios son demasiado caros, que tu equipo es demasiado junior, que quieres engañarle, que prestas más atención a los otros clientes…  

Nunca es suficiente.  Nunca lo has hecho bien.  Nunca tienes la certeza de que le has fidelizado.  Cualquier otro es mejor que tú.  Y trabajas en un estado de tensión constante.  Lo normal es que ni siquiera te permitan ganar dinero, porque su concepción de partida es que tu trabajo es una m. y por tanto no mereces obtener un margen sobre él.

Hace poco conocí a alguien así, llevado al extremo más enfermizo y por eso te lo digo claramante: son los peores.  Gente desconfiada, egocéntrica y asocial. Jamás llevarás a buen término una relación de este tipo, de modo que, si no puedes encontrar un interlocutor más equilibrado en esa empresa, intenta quitarte a ese cliente de encima en cuanto tus finanzas lo permitan.  Puedes llegar a perder no solo la paciencia, sino muchísimo dinero.

2. El cliente "pájaro loco"

Recuerdo que el primer feedback que le di a mi agencia cuando llegué a ser Brand Manager de NIVEA for Men procedente de otra agencia, fue un completo caos:  mis comentarios eran casi más largos que la guía de cuidado masculino a la que se referían.

Cuando alguien te dé un debrief semejante, no pienses en lo meticuloso que es.  Piensa que no sabe (como era mi caso en aquel momento).  Las parrafadas llenas de ideas inconexas (el discurso del "pájaro loco") es solo un recurso para quien no sabe reorientar con madurez un trabajo mal enfocado.

Procura hacer lo que me hicieron a mí en aquel momento: puentearle sigilosamente hasta encontrar a alguien con criterio que pueda encauzar bien el trabajo.

3. El cliente "viuda negra"

Recuerdo un tipo que trabajaba en una gran fabricante al que mi agencia prestaba servicios.  Omito el nombre por la pereza que me daría reencontrarme con él aunque fuese digitalmente.  Un tipo que me engañó durante un par de semanas por su hiperactividad y su charleta cargada de anglicismos.  A nada que empecé a rascar la superficie, me di cuenta de que su prioridad no era desarrollar el mejor trabajo posible con la ayuda de mi trabajo y el de mi equipo, sino salvaguardar su poltrona.  A toda costa.

Este tipo de individuos harán cualquier cosa por demostrar a los demás que lo controlan todo y a todos, que son mejores que tú y que podrían prescindir de ti en cualquier momento. Pensamiento que es absurdo: un proveedor no debe ser mejor ni peor que tú.  Debe ser complementario, para que tú puedas centrarte en las actividades clave de tu negocio.

Si la relación se sustenta en que mantengas un "perfil bajo" (low profile, como dicen los ingleses) para no robarle protagonismo, la cosa no funcionará.  En ese caso tus alternativas siempre son funestas:  o haces un trabajo gris para no destacar o intentas dar el máximo y le incomodas hasta que te intenta quitar de en medio.   No hay victoria posible.

4. El cliente ministro

Este es el que está siempre liado y nunca tiene tiempo para ti.  No te coge el teléfono.  No contesta a tus mensajes ni a tus mails.  No te permite que llegues ni 5 minutos tarde a una reunión pero a él si se le tolera que olvide por completo una cita.  Te desollará vivo si te retrasas un día en un timing, y sin embargo tiene bula para retrasarse en sus respuestas cuando le salga del pie.

Consecuencia: tu agenda está en sus manos.  Porque decide cuando se habla, cuando se calla, cuando se avanza y cuando las cosas se quedan paradas sin motivo.  No mereces excesivos briefings sobre la marca, el negocio o el trabajo concreto que debes acometer.  No mereces feedback sobre un trabajo que has presentado: mereces esperar.   Y general, no te queda otra que buscarte la vida para sacar el trabajo en un mar de incertidumbre.

¿Qué hacer?

Es cierto que una relación personal, en cualquier ámbito, requiere siempre ciertas dosis de empatía.  Que en un negocio como una agencia o consultora, trabajas con personas y debes tolerar comportamientos a veces injustos o erráticos.  Una cosa es esa y otra muy diferente es arruinar tu estado anímico o tus finanzas como consecuencia de tratar con uno de estos clientes.  Piensa cuál es tu caso:

  • Si tienes un problema que crees difícil de resolver con uno de tus clientes, intenta romper con él lo antes posible.  Lo sé, la idea de auto-despedirte de una parte de tu negocio con la que está cayendo puede parecerte ilusoria.  Es verdad que tu liquidez probablemente no te permita tomar una decisión así en el corto plazo.  Por eso mismo debes ser previsor: intenta actuar proactivamente y con tiempo.  Plantéate distintas áreas de negocio y acércate a distintos clientes entre los que repartir tu riesgo.  En Pop UP, por ejemplo, no trabajamos tan sólo en proyectos de contenido para marcas, sino que promovemos eventos musicales y seguimos teniendo nuestro propio sello.  En general, te recomiendo que no permitas jamás que un solo cliente represente más de un 30% de tu facturación
  • Pero ojo, si todos tus clientes te parecen así, a lo mejor el problema lo tienes tú.  Si todos te aprietan (en tu opinión) irracionalmente, si todos te exprimen, si te privan de información… es posible que no estés aportándoles el valor que esperan de ti y sean ellos los que te quieren quitar de en medio.  ¿Solución?:  apórtales más valor.   Cuando alguien no te valora es porque no le demuestras autoridad en ningún campo específico, quizá porque intentas ser bueno en todo.   ¿No estarás pretendiendo (como tantas agencias de la vieja guardia), comportarte como un médico de cabecera que pretende dar consejos a todo el mundo pero no es especialista en nada?.  Si la respuesta es sí, quizá debas recular y buscar tu nicho (¿no es esta la primera lección de cualquier curso de Marketing?): esto equivale a hacerte fuerte en un campo donde tu autoridad resulte incontestable.  Puede ser una modalidad de comunicación, un target, un sector…

Con todo, he de decir que durante mi carrera también me he encontrado con gente que posee la lucidez para inspirarte, la compresión para entender que al final el error siempre acaba produciéndose (somos humanos) y la generosidad de saber recompensarte cuando lo mereces.  De hecho con varios de ellos tenemos la gran suerte de trabajar ahora mismo. 

Saludos a todos.

Categorías
negocios

¿Te apetece montar un huerto urbano? Conoce «Antes huerta que sencilla» ;)

Sabéis que en el blog a veces nos tomamos un respiro de los temas publicitarios para compartir algún nuevo proyecto de emprendimiento que vamos conociendo.

Antes
Huerta Que Sencilla
es el divertido nombre con el que tres emprendedoras (Violeta, Marta y Carol: una ingeniera de
montes, una química y una abogada) han bautizado a su proyecto empresarial.


2013-09-29 12.33.56

No es su único niño, porque me cuentan que las tres son madres. O sea, que como muchos de vosotr@s hacen encaje de bolillos para equilibrar vida profesional y laboral.  

El caso es que hace tiempo comenzaron a mantener reuniones en Skype a horas intempestivas sobre cómo montar un negocio digital alrededor de esa emergente tendencia de los huertos urbanos y la agricultura
ecológica
.  Y al final se decidieron a lanzarse a ello.

En Antes Huerta que Sencilla venden distintos kits para poder cultivar hortalizas, flores, hierbas y setas.  Kits fáciles de entender y de utilizar (vamos, a prueba de agricultores torpes como yo).  Aunque tengas poco tiempo y menos paciencia para cuidar tus plantas, gracias a estos kits puedes beneficiarte de lo mucho que relaja cuidar las plantas.  

He aquí algunos ejemplos de los kits, adaptados a nuestro clima y a las estaciones. Todos ellos, con semillas ecológicas y un remedio para evitar las plagas:

Se trata de una apuesta por democratizar la
ecología, de forma que pueda llegar a
todo el mundo.  Me gusta su propuesta: ¡cambia tu vida, cultiva un huerto!

En su blog encontraréis consejos, apuntes de
cultivo y recetas. Para que no tengas excusa a la hora de cocinar lo que has
estado cultivando en tu ventana. 
Os dejo el link a la tienda online de Antes huerta que sencilla y les deseo un gran éxito a este grupo de emprendedoras!

Categorías
negocios

¿Tienes un pequeño negocio? TPV en la nube puede ayudarte.

Unos amigos me han hecho llegar información sobre su negocio: tvpenlanube.com

Se trata de un software de gestión de punto de venta on line y en este vídeo os explican cómo funciona:

 

O sea, que si tienes un negocio y necesitas un sistema para llevar caja, stocks, facturas, etc. puedes depositar todo ello en la nube.  Solo necesitas una conexión a internet y cualquier dispositivo para acceder al sistema de gestión.

Como la mayoría sabéis durante 4 años "sufrí" un negocio de hostelería que llegó a tener 3 restaurantes activos en Madrid.  

Mi principal problema en cuanto crecimos lo suficiente para que el tamaño y la dispersión geográfica me quitasen el sueño, era que la falta de equipos para supervisar los locales me obligaba a pulular enloquecido de un local a otro en busca de la información que necesitaba consultar o modificar.  Tpv en la nube me hubiese venido bien:  ya no tienes que acudir al local ni pedir que te envíen un mail con el arqueo de caja del día o consultar la venta de un determinado artículo o los movimientos por franjas horarias, ni para modificar un precio o añadir un producto nuevo a la carta.

Todo lo que sea una solución sencilla de entender y que facilite nuestras vidas, me parece un logro a tener en cuenta.  Les deseo mucha suerte.

Categorías
desarrollo personal negocios

Cerrar una empresa que no funciona: ¿rendirse «como un cobarde» o abandonar una quimera?

La trampa de la perseverancia

Estaremos de acuerdo en que la educación industrial que recibimos en el colegio y en la Universidad no nos programó para ser emprendedores sino trabajadores por cuenta ajena.   En ausencia de un bagaje académico que nos enseñase por dónde tirar, los que un día decidimos dejar nuestros salarios, comodidades y corbatas para emprender, no tuvimos otra fuente de la que aprender que los libros de emprendimiento.

En  ellos descubrimos que al parecer existía una fórmula mágica para emprender:

Idea genial + esfuerzo continuado = éxito seguro

Una fórmula que si seguíamos a pies juntillas no nos permitiría fallar.


Perseverancia
Pues no.  No funciona así.  

No hay nada esencialmente malo en trabajar con determinación, pero lo que es importante entender (y a mí me ha costado tiempo y dinero hacerlo) es que se trata una condición necesaria pero no suficiente.  Hay momentos en los que no vas a alcanzar los objetivos que te has marcado, independientemente de lo duro que te lo curres.  Independientemente de tu determinación y tu capacidad de aguante. Luego te doy mi opinión de por qué.

Montando sobre un caballo desbocado

En estos casos la perseverancia, el afán por seguir adelante (que es hermano de la autoexigencia y el miedo a fracasar) puede ser tu peor enemigo.

Ayer en Sant Cugat hablaba a un espléndido grupo dejóvenes emprendedores de Yuzz sobre estos temas. Les explicaba que apenas he montado a caballo un par de veces en mi vida.  Y que la experiencia (precisamente por mi inexperiencia) ha sido más que negativa: el caballo trotando libremente y yo botando encima, acojonado como un pelele.  

Es la imagen más clara que se me ocurre para explicar el efecto adverso que el exceso de ambición puede causar en vuestras vidas: hacer que subáis a un caballo desbocado, que no podéis controlar y que os lleva irremediablemente al desastre.


Caballo
Un negocio siempre se puede abandonar

Se atribuye a Woody Allen la frase de que "un hijo es el único acontecimiento de la vida que luego no se puede rectificar".  E.d. podemos cambiar de trabajo, hasta de profesión, emparejarnos, incluso casarnos, y con mayor o menor frustración, si la cosa no va bien es posible soltar…alejarnos de aquello que nos hace daño paraemprender un nuevo camino.  

¿Por qué un negocio funciona de modo diferente?  ¿Por qué sus tentáculos nos enganchan de tal modo que no podemos soltarnos?  Fundamentalmente porque en nuestra sociedad la principal vara de medir del éxito personal es:

Dinero + Poder + Reconocimiento ajeno

Todos ellos logros fácilmente asociables con un emprendedor exitoso.  No con uno que fracasa.  

Una visión parcial consecuencia de los valores que nos han inculcado desde niños.  La realidad es otra: no pasa nada por rectificar una mala decisión empresarial, abandonando un proyecto en un momento dado. Cuando cerré mi primera empresa me di cuenta que mi carrera no era una línea recta que se dirige a la cima o al precipicio, sino una línea en zig-zag donde a veces a un avance le sigue un retroceso.  O vicecersa.

"La línea entre el éxito y el fracaso es muy fina" 

La única manera que conozco para saltar de ese caballo desbocado que es la autoexigencia por el miedo a fracasar es relativizar el miedo a fracasar.  Dándonos cuenta de que siempre hay un mañana, un nuevo proyecto y hasta una nueva empresa.  Siempre.

El fracaso es un concepto relativo y la línea que lo separa del éxito es muy fina.  Esta frase no es mía, sino de Sir Richard Branson, un reputado empresario, padre de sonoros éxitos empresariales como Virgin Atlantic o Virgin Money, pero también de sonoros fracasos como Virgin Cola, Virgin Records o los deficitarios y criticadísimos Virgin Trains.

¿Cuándo decir basta?

La respuesta es bastante más sencilla de lo que parece.  

El mundo del emprendimiento se parece más a un arte (tienes que lidiar con cientos de variables, muchas de las cuales dependen del impredecible comportamiento de tus clientes) que a una ciencia.  Si yo tuviese la fórmula mágica para no volver a fracasar, no estaría al frente de una PYME en Madrid, sino asesorando a Obama en Washington, o mejor aún, a algún mandatario caribeño (el clima es mejor y se puede echar la siesta bajo un cocotero).

Tal fórmula simplemente no existe.  Pero lo que sí aprendemos los que hemos sufrido un serio revés en una actividad empresarial, es que nada justifica una situación de sufrimiento continuado.  

Si a la pregunta que formulaba Steve Jobs en su célebre charla de Stanford, respondes que "si hoy fuese el último día de mi vida no querría dedicarlo a trabajar en mi empresa", es que has llegado a ese momento de decir basta.  No esperes más.

Bonus: 4 lecturas que te recomiendo sobre cuándo/cómo/por qué cerrar un negocio/proyecto que no funciona:

  • The Dip (Seth Godin):  breve y conciso (quizá algo falto de rigor) como son todos sus libros, pero tremendamente original e inspirador.  Para entender cuando hay que "chapar".
  • Game Over: los 13 errores que me llevaron a cerrar mi empresa (servidor).  De lo único que me arrepiento en relación a la empresa que tuve que cerrar destruyendo más de 20 empleos y sufriendo importantes pérdidas personales, es de que mi exceso de autoconfianza (llamadle soberbia si queréis) me impidiese ver que debía cerrar mucho antes.  Los quebraderos de cabeza habrían sido mucho menores.
  • El hombre que tuvo la fortuna de fracasar (José Luis Montes): ayuda a entender que tomar la decisión de "soltar" puede ser un verdadero paso adelante.
  • Why Smart executives fail (S Fieldkestein): aquí sí que hay rigor.  Es un estudio en profundidad de 50 empresas americanas durante 6 años que analiza las causas más recurrentes de los colapsos empresariales.  Os adelanto que, de un modo u otro, todo tiene que ver con el ego y la incapacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes.

Saludos a todos.

Categorías
gestión del tiempo negocios redes sociales

¿Crees que es lícito copiar en Internet?

Copiar = "tomar prestado con orgullo"

Cuando trabajaba como Director de Servicios al cliente en Grey, teníamos un cliente con una magnífica dinámica de networking on y off line. Nos veíamos las caras un par de veces al año representantes del cliente y de la agencia procedentes de todas partes del mundo.  Compartíamos case studies de la marca y mejores prácticas de la competencia y todo este conocimiento terminaba en una intranet que consultábamos cada vez que teníamos que recibíamos un briefing para desarrollar un nuevo proyecto.  Era una fuente de inspiración para nuestro trabajo diario como jamás he tenido en ningún otro sitio.

En casa de nuestro cliente, llamaban a esta práctica "borrow with pride" = tomar prestado con orgullo, aludiendo a que uno no debía avergonzarse de inspirarse en una idea ajena. Muy al contrario, a menudo es una solución mejor que reinventar la rueda.  Intento explicaros por qué.

Entre las definiciones de copiar en el diccionario de la RAE veo:

En un ejercicio de examen escrito, ayudarse consultando subrepticiamente el ejercicio de otro examinando, libros o apuntes.

Fijaos que pone "ayudarse", no repetir literalmente lo que estás tomando de otra fuente.  

Viaje al pasado: ¿os acordáis de la Selectividad?  Para mí fue un tormento: creo que no he estudiado tantas horas seguidas ni perdido tantas horas de sueño en mi vida.  Durante aquella semana el volumen de información que debías retener para luego plasmar en un papel era inmensa.  Aquella prueba activaba al máximo la imaginación en el chuleteo y la copia:  se trataba, no de tener a mano el literal de la respuesta que debías dar (eso era imposible ya que había demasiada vigilancia como para transcribir respuestas completas de otra fuente), sino de encontrar una pequeña ayuda, una palabra clave o un mini-listado que te ayudase a recordar lo que habías estudiado para así comenzar a desarrollarlo.

Copiar para progresar




Copy me

Es un hecho que el desarrollo del conocimiento humano es acumulativo.  

Esto lo aprendes el primer día que comienzas con una tesis doctoral.  Llegas a la facultad con tu espíritu de polvorilla, con un borrador de lo que quieres hacer y la solución casi esbozada ya en tu cabeza.  Y te desmontan del burro, recordándote que por específico que sea tu ámbito de investigación, en algún lugar del mundo habrá profesionales que ya lo hayan abordado previamente.  Y que debes empollarte toda esa investigación, entenderla y cuestionarla, antes de ponerte a escribir una sola línea de tu tesis.  Gracias a esta parte (el "marco teórico") puedes detectar hallazgos y fracasos de anteriores investigaciones y así dirigir mejor tus pasos, construyendo sobre lo hecho por otros.

A poco que pienses en ello te darás cuenta de que la interconexión colaborativa de fuentes científicas en distintas partes del mundo gracias a Internet explica la poderosa aceleración de los avances tecnológicos en todo el mundo en los últimos 25 años.  

Para mí copiar (copiar de esta manera) no sólo es lícito sino que te permitirá añadir valor a lo que otros han hecho antes que tú, de varias formas:

  • Personalizando tu trabajo a una necesidad concreta de un grupo objetivo.  Un buen ejemplo: cuando comencé a escribir me ayudó mucho el libro "Marketing para escritores" escrito por Neus Arqués, no porque aporte nada radicalmente nuevo al ámbito del Marketing, sino por que lo contextualiza a las necesidades de un escritor que empieza.
  • Construyendo/mejorando lo que ya se ha hecho.  A menudo explico en cursos de Introducción al Marketing que IPod no fue el primer reproductor de MP3 que llegó al mercado, pero sí el que mejor consiguió entender el tipo de experiencia que necesitaba el usuario (usabilidad, ligero, capacidad, diseño…).
  • Estableciendo puentes: es lo que Steve Jobs llamaba "connecting the dots" (conectar los puntos).  Tu propia visión personal, tus aprendizajes, tus peculiares habilidades y tu experiencia pueden llevarte a mejorar lo hecho por otros.  Jobs, por ejemplo, se sirvió de sus conocimientos sobre tipografías para revolucionar para siempre el interfaz de usuario de los ordenadores, hasta entonces complejo y gris. Hay un libro muy bueno para establecer asociaciones y tender puentes entre ideas inicialmente inconexas: Pensamiento Lateral de Edward de Bono.

Fusilar como forma de tomar el pelo a tus seguidores

Copy paste
Dicho esto, observo que existe en la red una intensa polémica sobre esa creciente pléyade de auto-denominados "expertos en Social Media" cuyo modelo de negocio consiste en 1) leer todo lo que encuentran sobre el tema en la web y de paso 2 ó 3 libros de autoayuda empresarial (de esos que prometen hacerte rico en 100 días trabajando media hora diaria) y 2) sobre la base de un blog, repetir ese mismo contenido…  Teniendo la precacución de poner la palabra "Marketing" bien grande en la parte superior del blog como reclamo (aunque no tengan muy claro lo que significa Marketing).  Este modelo observo que funciona como una especie de cooperativa donde la mayoría de estos "expertos" se copian, comentan, aplauden y promocionan entre sí.  

Esto es fusilar: amasar las ideas de otros y tejer un discurso que ni tú mismo entiendes porque está construido a base de retales inconexos.  Lo mismo que habrías escrito si hubieses podido copiar a saco durante 60 minutos seguidos en la Selectividad sin antes haber dedicado tiempo a estudiar.

No obstante, no cuestiono la ética de quien fusila lo que otro escribe (en la base ideológica de Internet está el no poner puertas al campo y divulgar el conocimiento).  Me consta que hay gente que toma trozos de mi blog y los replica tal cual en el suyo y gente que se ha inspirado en la web de mi empresa Pop Up Música para montar la suya.  No me molesta y hasta me parece un halago: demuestra que en algo estamos innovando si hay gente que lo valora tan positivamente.

Sin embargo, cuando uno quiere "cobrar" por un servicio experto, la cosa cambia.  Porque se presupone que debe ofrecer justamente eso: una experiencia contrastada, un know-how, un bagaje de trabajo y casos de éxito.  Si no podemos ofrecer un conocimiento especializado, ni realizar aportaciones propias, ni bajar a tierra con total realismo la teoría a lo que la cruda realidad de un negocio (un bar, una papelería, una peluquería…) necesita, entonces carecemso de legitimidad para pretender cobrar por ello.

Termino

Mi conclusión: me parece lícito, éticamente intachable, y totalmente recomendable tomar prestadas ideas de terceros.  Siempre que el tamiz de tu propio conocimiento y experiencia te permitan modificarlas, mejorarlas, complementarlas, añadirles matices que las hagan más accesibles.  Me parece bien tomarlas prestadas con orgullo y sin complejos.  Y creo que no debemos cabrearnos cuando alguien hace lo propio con nuestras ideas (el ego es también un enemigo del aprendizaje).

Pero creo que hay gente que se mete en el berenjenal de ofrecer consejos a diestro y siniestro sobre campos que no dominan.  No tengo duda respecto a su final: se les acaba notando y su credibilidad se derrumba. O como dice un proverbio africando "copiando a todos los demás todo el tiempo, un día el mono se cortó su propia garganta".

Categorías
negocios otros libros

Exito para perdedores: un baño de realidad para emprendedores noveles y avezados

Ayer comencé (y terminé), Exito para perdedores.  Me lo regaló un familiar y lo tenía en la lista de espera desde hace un par de meses. 

Se trata de una novela gráfica (toma la forma de un comic) que cuenta en primera persona la experiencia de David Cantolla (ex-Teknoland y Zinkia y padre de la célebre serie infantil Pocoyó) y las dos caras que (en proporción variable) la vida siempre termina deparando a todo emprendedor: el éxito y el fracaso.  


Exitoparaperdedoresportada

Leyendo el libro comencé a recordar poco a poco la fulgurante historia de Teknoland porque durante un par de años fui socio de un pariente de David Cantolla.  Viajé fugazmente en Miami en el punto álgido de las puntocom y os puedo asegurar que "la fiesta" era tan gorda como el libro la pinta.  Pero la descripción de aquella burbuja no es lo que más me ha gustado del libro, sino dos frases que por sí solas justifican que lo leas:

  • "Puedes controlar lo que vas a hacer pero no sus resultados".
  • "Si haces las cosas mal te suele ir mal, pero incluso haciéndolas bien, todo puede torcerse y te puedes llevar una pedrada".

"Hacerlo bien" no te garantiza el éxito 

El libro, escrito desde la humildad y el pragmatismo, me ha recordado mi propia experiencia, que cuento en "Game Over" y la sarta de patrañas e irrelevancias que nos cuentan la mayoría de los libros de emprendimiento.

En
los colegios, Universidades y Escuelas de Negocio, la educación industrializada
que recibimos se orientó siempre a que nos convirtiésemos en trabajadores y no en emprendedores.  Esta idea está muy bien desarrollada en el libro Funky Business.

Así
que quienes en algún momento acariciamos la idea de montar un negocio no
tuvimos más remedio que acercarnos a los libros de
management.  En ellos
aprendimos que existía una fórmula (una especie de 
cóctel mágico), que se componía de sólo tres ingredientes:

  1. una idea de negocio,
  2. un business plan y
  3. una buena dosis de perseverancia.

Esto era todo lo que
necesitábamos para emprender
un negocio con éxito.

Muchos dejamos nuestros trabajos para emprender, y montamos empresas siguiendo esta fórmula.  Desde
2.008 el 5% de las empresas y el 13% de los autónomos en este país han debido cesar su
actividad.  Yo fui uno de ellos.  Y el autor de "Exito para perdedores" otro, solo que algunos años antes. 
Me resisto a pensar que hicimos mal el cóctel, que seguimos mal el modelo.  Que nuestras ideas eran erróneas, que nuestros Power Points o nuestros Excels estaban equivocados o que no trabajamos lo suficiente. 

Seguramente cumplimos esos tres requisitos, y sin embargo debimos cerrar.  ¿Por qué?

El éxito es el viaje, no el destino

La realidad es que hacerte emprendedor se parece más a un viaje continuo (lleno de altibajos y cambios de dirección) que algo que te puedas plantear como un objetivo.  

Cuanto tu epicentro es tu cliente (y en un mundo globalizado e hipercompetitivo si tienes otro epicentro no creo que te vaya demasiado bien), no hay estabilidad posible.  Puedes hacer bien las cosas y aún así fracasar porque vivimos en un mundo en permanente cambio, donde las necesidades se reconfiguran casi a diario, la competencia no se detiene y tu producto puede despuntar mañana y quedarse completamente obsoleto al día siguiente. Puedes tener una buena idea que tus clientes adoren, un plan de negocio intachable que aplaudan hasta los analistas más cabrones y puedes trabajar 15 horas al día durante años.  Y aún así caerte con todo el equipo.  

Lo digo por experiencia, ya que mi empresa de hostelería cerró a pesar de apostar por un nicho en crecimiento, estar bendecida por analistas externos y un grupo de socios del máximo nivel.  Y a pesar de dejarme los cuernos como jamás lo he hecho.  

Si tu concepto de éxito es dinero + poder + reconocimiento, la mala noticia es que no existe ningún cóctel mágico (ni siquiera mi libro o el de David Cantolla) que te garantice alcanzarlo. Si quieres seguridad, certidumbre, un empleo vitalicio y un desarrollo lineal donde puedas aumentar equis por ciento tus ingresos cada quinquenio, probablemente tu camino es hacer una oposición, no ser emprendedor.

Pero si crees que tu éxito como ser humano tiene más que ver con tu equilibrio, tu ilusión y ese estado de flujo que alcanzamos cuando nuestra actividad nos llena por completo, quizá estés preparado para ser emprendedor.  Porque esa actitud aumentará tu tolerancia a las tormentas:  a las crisis, a las quiebras, a las deudas, a las enemistades… y te permitirá seguir nadando (como el protagonista de este libro) hasta que salga el sol.  

Porque nada es comparable a la satisfacción que sientes en un día soleado.  

Categorías
branding negocios

Urbanitas Kids: camisetas infantiles muy especiales

Me acaba de llegar información sobre Urbanitas Kids, una nueva marca de camisetas infantiles, que provocan una sonrisa.

Camisetas que visten los niños pero que compran los padres.  Y ahí es donde entra en juego la ternura, el principal argumento de esta nueva marca.  Su principal beneficio emocional, que diríamos en una agencia.


Morder

De momento han lanzado 14 diseños diferentes en tallas que visten a niños entre 1 mes y 5 años y están confeccionadas en algodón 100% biológico.

Enhorabuena a su fundadora, Karen Blanco, una tía incansable y llena de ideas a la que deseo lo mejor.  Ser capz de emprender hoy día ya es una gran victoria.  Y su ejemplo es un estímulo para todos los demás.

Podéis realizar pedidos a través de la propia web www.urbanitaskids.es.  Ya que se acerca la gran época del hiper-consumismo (e.d. la Navidad) por lo menos podemos ser consumistas un poco más conscientes y apostar por una pequeña empresa de aquí.

Categorías
desarrollo personal negocios

Que viva la banca, el negocio sin riesgo (o por qué de mayor quiero ser banquero)

Back to basics: en qué consiste esto de emprender

En la Facultad me enseñaron que en una economía de libre mercado el emprendimiento consiste en invertir tu dinero (o el de quien decida confiártelo) en un proyecto orientado a generar un valor.  Si haces esto te pueden pasar dos cosas:

  1. Si el proyecto que emprendes consigue con éxito (por medio de sus procesos y del grado de diferenciación final del producto o servicio que ofreces) hacerse con una base de clientes fieles que consideran que les aportas un valor importante, te irá bien.  Generarás una plusvalía por el camino que podrás reinvertir en tu negocio, o en comprarte un Ferrari e irte de vacaciones a Marte.  Eso ya es cosa tuya.
  2. Si el proyecto que emprendes no consigue hacerse con una tribu de clientes fieles (bien porque no consigues desarrollar una cadena de valor eficaz, bien porque sí lo haces pero el producto o servicio resultante termina no siendo una mejor solución para el consumidor que el de tu competencia), lo normal es que des pérdidas.  Si tienes la humildad como para leer entre líneas qué es lo que tus clientes quieren realmente y posees el know how y los recursos como para redefinir tu modelo y ofrecérselo, quizá tengas una segunda oportunidad.  Si no, no te quedará otra que echar el cierre y, muy probablemente, hacerte cargo de las deudas que queden por el camino.

Servidor sabe bastante más de ese segundo camino que del primero.  No sólo lo sufrí en mis carnes, sino que he escrito un libro sobre ello (Game Over, los 13 errores que me llevaron a cerrar mi empresa) y he viajado por casi toda España hablando de mi experiencia.

Supongo que hasta aquí estamos de acuerdo:  el emprendedor se lanza a desarrollar su negocio atraído por esa promesa de beneficio (además de por su propio espíritu y afán por realizarse).  Pero se lanza siendo totalmente consciente de que lo hace a riesgo propio.  Puede irle bien.  O puede irle mal y perder todo lo invertido.

Si emprendes, eres como un pionero que se aventura en una tierra inhóspita.  Luchas todos los días, aprendes todos los días, y arriesgas todos los días.  No nos quejamos, sabemos que es lo que hay.


El ultimo superviviente
Pues resulta que no funciona siempre así

Hay un sector en el que un puñado de empresas gestionadas torpe e irresponsablemente, han caído en lo más profundo de los números rojos y sin embargo no transitan por el camino número 2.  No tengas ninguna duda: no echarán el cierre ni solicitarán un concurso de acreedores y nadie se hará cargo de sus deudas.

Pero volvamos al ejemplo de una empresa "normal". En el año 2005 tuvimos que cerrar mi primera empresa.  Uno de los créditos pendientes era un modesto leasing con un banco llamado Cajamadrid. En uno de los momentos más jodidos de mi carrera profesional, visité a la directora de la oficina para proponerle un plan de amortización de la deuda.  Me contestó con un plan alternativo consistente en pagarlo todo cagando leches.

Esta misma empresa, hoy llamada Bankia, resulta que debe 23.000 millones de euros.  Desequilibrio patrimonial que será compensando por las inyecciones de capital del Estado, que a su déficit orgánico (e.d. la diferencia entre los ingresos y los gastos públicos) deberá añadir los intereses galopantes de la deuda en la que debe incurrir para tapar estos agujeros (19.000 millones hasta la fecha).  Qué diferente es la tolerancia con una empresa en dificultades, en función del sector en el que opere.

"Protejamos a los bancos porque no podemos permitirnos el lujo de que se desplomen"

Este es el principal argumento de los políticos.  La banca no puede caer, porque arrastraría a los ciudadanos y a las empresas agravando nuestra situación.  

Hace exactamente un año, mientras me abría paso a través de un diario infestado de noticias apocalípticas, apareció ante mis ojos este artículo de Paul Krugman, premio Nobel de Economía.  Un tipo al que se la da bien hacer comprensible lo complejo, cuando la mayor parte de los pseudo-especialistas en Economía a los que seguimos en tertulias televisivas, hacen justo lo contrario: parapetar su ignorancia detrás de un lenguaje críptico que nos impide entender la realidad que vivimos.

Krugman expone cómo el 99% de los Estados occidentales responden como autómatas al ahogo de los bancos rescatándoles con fondos que disparan su escalada de deuda y sus costes financieros, obligándoles a recortar el gasto público para acercarse a un equilibrio presupuestario imposible.  Sin embargo Islandia, presa de una catarsis sin precedentes, dejó que los bancos se arruinasen y amplió su red de seguridad social.  Aparentemente, los ciudadanos de a pie conservaron sus depósitos y fueron las empresas y los tenedores de productos más sofisticados de ahorro (fondos, acciones, etc) quienes tuvieron que afrontar importantes quitas.

¿Cuál de estas alternativas prefieres?  

  1. Tu primera alternativa consiste en pagar sin rechistar un promedio de 356 euros más de IVA al año y 222 euros más de IRPF.  Eso son 578 euros multiplicados por el número de años que debamos seguir apretándonos el cinturón.  Los expertos apuntan que estaremos jodidos como mínimo hasta 2014, lo cual quiere decir que si el Estado no relaja su política fiscal, el efecto de este sablazo sobre tus bolsillos en los proximos dos años se acercará a los 1.200 euros.  Y ni siquiera estoy contemplando los aumentos en tasas (medicamentos, educación, impuestos locales, etc) que también sufres ni el encarecimiento de los servicios públicos (parecemos haber olvidado ya que el coste de un billete de Metro en Madrid se ha duplicado en el último año).   Probablemente la cantidad se aproximaría a los 2.000 euros.  Pones ese dinero y sin embargo los servicios que recibes del Estado son cada vez peores.  
  2. Ahora imagínate algo simplemente imposible, me temo.  Arrinconado ante la presión popular de los ciudadanos indignados por esta estafa, nuestro Gobierno decide dejar caer a Bankia, protegiendo las cuentas más básicas, pero obligando a importantes quitas en depósitos, fondos de inversiones y acciones.  ¿Cuántas personas en este país estarían dispuestas a palmar un máximo de 1.200 euros de sus ahorros YA MISMO (el equivalente al cálculo anterior)?  Perderías eso de una vez, pero el Estado no tendría que poner un céntimo sobre la mesa, ni privar a tus hijos de sus becas de comedor, ni a tus padres de la subvención que necesitan para sus medicamentos.  Y sobre todo, no se te quedaría cara de imbécil cuando ves cómo cada día se desahucia a ciudadanos cuyos impuestos sirven para salvarle el trasero a quienes desahucian.  

Bankia

Posiblemente alguien leerá esto y me acusará de demagogo.  Posiblemente muchos os decantáis por el segundo camino.  

Jamás debió ser de esta manera

Como dice Krugman, "no tenía, ni tiene que ser de esta manera".  Los bancos son empresas que compiten en una economía de libre mercado.  Igual que mi empresa (solo que con un balance 10.000 veces menor).  Y deberían regirse por las mismas reglas.  Estaremos dirigidos por un gobierno neo-con, pero esto parece la Unión Soviética.