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¿Por qué empresarios de aparente «bajo perfil» triunfan y yo no?

El emprendedor ¿ideal?

Internet está repleto de loas al emprendimiento.  Por todas partes veo decálogos de las cualidades mágicas que debe reunir quien pretenda dedicarse a ello.  Entre estas cualidades encontraréis: 

  • La motivación: en webs especializadas como Eureka start-ups o libros como "The Entrepreneur Equation" o "Menos Másters y más ideas" (del empresario hostelero Kike Sarasola; después de leerlo, creo que bastante mejor empresario que escritor), se glorifica el "querer hacer" muy por encima de la "capacidad para hacer".  Peligroso si el reto supera nuestras capacidades (cosa que a todos nos ha ocurrido en alguna ocasión).
  • El trabajo incansable.  Como he explicado otras veces en este blog, una de las grandes mentiras de la pseudo-literatura sobre emprendimiento es esta ecuación que comparto con vosotros.  Alcanzar importantes logros en tu proyecto depende de un cúmulo de variables tan importantes alrededor tuyo, que reducirlo a esta ecuación es pueril.

ESFUERZO   

          No es verdad, ni tu idea ni el esfuerzo que dediques a ejecutarla te van a garantizar el éxito. 

Potencial exito

  • Una sólida formación.  Discrepo: la contabilidad de costes, la matriz de la Boston Consulting Group o el critical path analysis no te van a ayudar mucho en tu carrera como emprendedor…
  • Un importante know how sobre el sector en el que vayamos a emprender. Discrepo: puedes rodearte de ese know how si tú careces de él, atrayendo buenos profesionales.
  • Capacidad de trabajo en equipo.  Importante.  Pero puede aprenderse a base de experiencia.
  • Liderazgo: esto sí me parece imprescindible.  Si bien no creo tanto en el liderazgo genético (la corriente más antigua de pensamiento en este campo) como en el liderazgo situacional (la capacidad para apretar y soltar; para aplicar "carrot" o "stick", como dicen los ingleses) en función de lo que la situación requiera. Y también lo da la experiencia.
  • Capacidad de planificar planes y estrategias: hace unos años me entrevistó el presidente de Grey antes de contratarme como Director de Servicios al Cliente en Madrid.  Me preguntó insistentemente si yo tenía un perfil más "planner" o más bien "creativo".  Nunca he pensado que estos dos perfiles tengan que estar enfrentados.  Porque en el fondo se encuentran: en un contexto en continuo cambio tiene poco sentido que los planes se conviertan en un fin en sí mismo.  En un mercado comoditizado la obsesión con "lo nuevo y diferente" tampoco tiene sentido.  Al final, creo que todo se resume en ser un buen observador de lo que tienes alrededor, porque lo que tienes alrededor (clientes y competidores) ya te muestra el camino.
  • Valores humanos como la honestidad y la generosidad.  A mí me parecen condiciones indispensables para merecer el cariño de los tuyos y dormir por las noches, pero dudo que merezcan entrar en este listado.  Echad un vistazo a cualquier periódico a diario y veréis decenas de empresarios que se han forrado saltándose esta regla.
  • Edad: entre 35 y 45 años.  ¿Alguien se cree esto? Una cosa es que a esta edad sintamos la "última" llamada a volar libremente (en el sentido profesional) y otra cosa es que no conozcamos empresarios mucho más jóvenes, incluso adolescentes, a quienes les ha ido de cine.  En TEDxGijón donde acudí para hablar sobre el futuro de la música, tuve la ocasión de conocer a uno de ellos, Luis Iván Cuende, que empezó a los 12 años.  

Simplificando

Si os fijáis en toda esta ristra de características, veréis que podemos agruparlas fácilmente en 4 para interpretarlas mejor:

  1. Motivacionales: en mi opinión están MUY sobrevalorados. Esto es como el ejército:  el valor (y la motivación) se presuponen. Estaría bueno que emprender un nuevo camino donde te conviertes en un pionero en tierra inhóspita no requiriese determinación.
  2. Conocimientos: igualmente sobrevalorados. Lo que hayas aprendido en los libros puede que facilite tu adaptación a tu rol de emprendedor, pero no es un salvoconducto.  
  3. Habilidades (como el trabajo en equipo o el liderazgo): son cosas a desarrollar por el camino.
  4. Caracterísiticas sociodemográficas: irrelevante.

Entonces, ¿qué nos queda?, ¿qué distingue al "buen" del "mal" emprendedor?

El 90% de los negocios fracasa dentro de sus 5 primeros años de existencia.  9 de cada 10 empresarios se llevan un chasco considerable, entierran sus ilusiones, pierden dinero… ¿realmente pensáis que todo ese volumen de profesionales carecen de los requisitos expuestos?

Yo creo que no.  Creo que entre los rescoldos de todas esas empresas fallidas encontraríamos gente brillante y capaz.  Y supongo que coincides conmigo en que a nuestro alrededor también existen ejemplos de empresarios que apenas cumplirían uno o dos de los requisitos.  Y cualquier análisis "de manual" les situaría en el ostracismo de los empresarios de "bajo perfil"…

El pasado año leí un libro muy interesante llamado "Why smarts executive fail"?, que es el resultado de una investigación realizada en 50 empresas norteamericanas durante 6 años, intentando identificar las causas más comunes de los fracasos empresariales.  Sus conclusiones apuntan que de un modo u otro, los fracasos tienen que ver con el ego y la incapacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes. 

Y llevo días pensando que la conclusión de esta investigación (dada la vuelta) puede servirnos para explicar por qué empresarios de teórico "perfil bajo" triunfan.  Porque dominan su ego y son capaces de adaptarse a las circunstancias cambiantes.  Reconocen cuando se han equivocado y se apoyan en otras personas (sin por ello sentir que ya no lideran) para darle la vuelta a la situación.

Piensa en esa persona que quizá ya os había venido a la mente.  ¿No es un todoterreno capaz de detectar un problema, escuchar a las partes implicadas, encontrar una nueva vía de acción y tomar inmediatamente ese nuevo rumbo?  Pues esta es para mí la condición principal que debe tener un empresario en tiempos de incertidumbre:

GESTION SOSTENIBLE

Mi conclusión

Fijaos si estas cualidades son o no INDISPENSABLES hoy día:

  • Mientras estas personas se tragan su orgullo, admiten que estaban equivocadas (o que simplemente las reglas del juego han cambiado) y son capaces de enterrar a sus "niños bonitos" para apostar por nuevas ideas de negocio que consiguen llevar a buen puerto, los demás manoseamos hojas de Excel y Business Plans que no nos conducen a ningún sitio.
  • Mientras ellos escuchan (cara a cara) a sus clientes, sabiendo que éstos tienen la razón, nosotros nos refugiamos en un cliente imaginario que está en nuestro Power Point, un retrato robot que sólo es el resultado de estudios donde los verdaderos matices de la relación con los clientes no asoman por ningún lado.  

¿Quién tiene realmente "perfil bajo"? ¿Ellos o los que tenemos un Máster o un Doctorado y 15 años de experiencia multinacional?

Saludos a todos.

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¿Eres emprendedor? Por qué tu principal obstáculo puedes ser tú mismo

¿Tu principal enemigo eres tú mismo?

Me dí cuenta de que mi principal enemigo era yo mismo cuando ya era tarde para salvar mi primer negocio, una cadena de restaurantes "fast & natural" (llegamos a tener 3 restaurantes operativos en la Comunidad de Madrid en tan sólo 3 años).  Puedes leer sobre ello aquí sin necesidad de comprarte "Game Over", el libro sobre mi experiencia que publiqué hace un par de años.

Game over

Podría echarle la culpa de aquello a la crisis, a un equipo desmotivado o a unos clientes que no llegaron a entender nuestra propuesta.  Pero me estaría engañando a mí mismo.  El principal causante del cierre de la empresa fui yo.  Y no por falta de empeño, sino por exceso de celo…

Después de una década de investigación, Noam Wasserman de la Universidad de Harvard llegó a la conclusión de que dos tercios de las nuevas empresas no fracasan por problemas exógenos a la empresa, ni por ausencia de clientes o de liquidez en un momento puntual.  Lo hacen como consecuencia de problemas personales que terminan por ahogar a sus fundadores.

¿Nos marcamos retos inalcanzables..?

Las evidencias apuntan a que estos problemas casi siempre se desencadenan como consecuencia de ponértelo imposible, de una de estas formas:

  • Marcándote retos muy superiores a tus capacidades.  En mi caso, no sabía lo suficiente sobre hostelería ni tenía los suficientes recursos para arrancar mi actividad rodeado de profesionales que sí supiesen.  La ambición, en mi caso, se convirtió en un caballo desbocado al que no supe detener a tiempo.
  • O bien marcándote retos alcanzables, pero completamente alejados de aquella actividad que adoras ejercer (que normalmente coincide con aquello en lo que eres bueno, porque al gustarte le dedicas un montón de tiempo hasta que te conviertes en un experto).

Da lo mismo: ambos caminos conducen a la infelicidad, a marcarte un rumbo errático, un destino absolutamente imposible de alcanzar.

Jamás te alejes mucho de lo que querías ser de mayor

Fíjate en este gráfico que preparé hace tiempo con la ayuda de mi hija Alejandra: 

Grafico alex

Cuando somos niños nos imaginamos que en el futuro nos dedicaremos a algo relacionado con cierta vocación que vamos desarrollando (mi padre siempre quiso ser marino, mi hermano militar y yo escritor – he de decir que de momento soy el único que no ha conseguido vivir exclusivamente de su actividad preferida 🙁

Ciertas tribus nativas de América creen que cada individuo nace con un talento innato que desarrolla durante su vida y del que puede beneficiarse toda su tribu.  Este asunto puede parecerte esotérico, pero a poco que lo pensemos, realmente cobra su sentido.  Si te dedicas a aquello para lo que tienes talento, es más fácil que llegues a buen puerto.

Como apunta el Dr Mario Alonso Puig (con el que tendré la oportunidad de reencontrarme una vez más en un evento que estamos preparando), primero es siempre SER, luego viene HACER (producir, como consecuencia de estar bien) y sólo finalmente TENER (conseguir un bienestar y un estátus como consecuencia de lo que eres capaz de hacer). El problema en los tiempos que vivimos es que lo queremos hacer todo tan rápido que sólo el TENER parece tener sentido y merecer nuestra atención.

Pero pasa el tiempo y esas urgencias que todos conocemos (la hipoteca, los coches, el cole al que debo enviar a mis niños) nos hacen desviarnos de nuestro camino.  Ciertas desviaciones son aceptables, pero cuando realmente aquello a lo que nos dedicamos entra en conflicto con nuestros sueños y expectativas, tenemos un problema.

Un problema bien gordo…

Mi problema fue darme cuenta de ello cuando ya había invertido un pastizal en mi negocio.  Mi gran suerte es que todo ese pastizal que perdí ha sido como un máster en mi mismo y en mi futuro: ahora creo conocer mejor cuáles son mis limitaciones y en qué debo invertir mi tiempo para disfrutar de lo que hago y (insisto, frecuentemente es lo mismo) hacer lo posible por vivir de ello.

Saludos a todos.

 
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Por qué pienso que hoy es el mejor momento para emprender

Crisis, crisis, crisis…

No son tiempos fáciles. 

En estos últimos meses la palabra “crisis” aparece de un modo tan omnipresente en los medios y en las conversaciones cotidianas, que probablemente habrás preferido mirar hacia otro lado.  Al menos es lo que yo hago: estoy un poco harto de tanta negatividad.

Crisis
Si tecleas “crisis” en Google te encontrarás con 138 millones de resultados. En Google Trends, por otro lado, se observa que el término tenía un protagonismo marginal en los medios hasta que a principios de 2008 se asienta en las cabeceras de la prensa y en las conversaciones de los blogs y los foros de opinión.  Donde se ha mantenido hasta hoy.

La opinión generalizada es que lo que está sucediendo no son culpa nuestra.  Sufrimos la convalecencia de una economía hinchada artificialmente por el interés de las élites políticas y bancarias.  Una deuda galopante del estado que al final tenemos que pagar con crecientes recortes en el estado del bienestar y una tasa de desempleo intolerable (porque es una lacra social y porque lleva al Estado a pique tener que subsidiar a más de 4 millones de personas en lugar de recaudar impuestos sobre su trabajo). 

Sin embargo, Alex Rovira apunta que sí fuimos inconscientes, que "nos gastamos el dinero que no teníamos en comprar cosas que no necesitábamos para impresionar a gente que no conocíamos, avalando todo ello con activos que no valían lo que costaban".  En definitiva, que nos dejamos arrastrar.

En cualquier caso, también parece una actitud profundamente arraigada que lo único que podemos hacer es sentarnos a esperar...

¿Momento de conservar?

Se atribuye a San Ignacio aquello de "en tiempos de aflicción, no hagas mudanza".  Conserva lo poco (o lo mucho) que tengas.  Aférrate a tu trabajo, a tus ahorros… hasta que la tormenta amaine.

Tsunami
Tengo dos reflexiones al respecto:

  • La tormenta no va a amainar mucho en el corto plazo.  No por lo que diga o deje de decir el FMI sino porque tardaremos décadas en bajar la tasa del desempleo al 8% de hace 7 años, y al final esa es la principal vara de medir que deberíamos utilizar para diagnosticar la salud del enfermo.
  • Sin embargo, el hecho de que la tormenta no amaine puede tener, paradójicamente, un efecto positivo sobre ciertos modelos de negocio.  

¿Nuevos modelos sostenibles?

Me explico.

La naturaleza es mucho más sabia que nosotros los humanos.  Porque se fundamenta en sencillas leyes que velan por su equilibrio.  Ciencias como la zoología o la paleontología nos muestran la lección básica de la naturaleza: cuando una especie se apropia de una supremacía sin reparto, corre inevitablemente hacia su perdición.

Estas son los resultados que el modelo económico de "nuestra especie" ha obtenido en los últimos años:

  • Desde el año 2.008, el número de empresas solicitantes de concurso de acreedores se ha multiplicado por cinco en nuestro país.  
  • En este mismo período, el número de empresas censadas ha descendido en 171.663, equivalente al 5% del total.
  • En los últimos cuatro años nuestro país ha sufrido una pérdida neta casi trescientosmil trabajadores Autónomos. Casi un 15% del total.

Esa misma ley natural nos muestra que este modelo por el que se regían nuestras empresas, las administraciones de los países y el conjunto de la actividad económica es simplemente insostenible.  Y cuando escribo sostenible no me refiero tan solo a la viabilidad económica de las empresas, sino también al bienestar presente y futuro del ciudadano y a la protección del planeta en que vivimos.

2 buenas noticias

Es posible que tú que estás leyendo este artículo estés en una de estas situaciones:

  • Trabajas por cuenta ajena pero no estás tranquilo.  Temes perder tu trabajo actual y quieres encontrar un nuevo camino antes de que llegue ese momento fatídico.
  • Quizá ya hace tiempo que buscas un empleo sin encontrarlo y estás muy desgastado. Quizá pienses que tu mejor (o tu única) salida es aventurarte en tu propio proyecto empresarial.  (No puedo empatizar más contigo en este caso: yo estaba exactamente en ese punto hace 5 años).
  • Tal vez estés terminando tus estudios y no tienes muy claro lo que quieres hacer, o piensas que lo que puedes realmente hacer se da de bruces con lo que quieres.

En cualquiera de estos casos el momento actual depara dos buenas noticias para ti:

  1. En un momento de cambio tan acentuado, las necesidades de todo consumidor se reconfiguran drásticamente.  Los lazos de fidelidad que nos mantienen unidos a determinadas empresas, negocios y marcas de referencia, se relajan para conceder una oportunidad a nuevas ofertas capaces de aportar un valor único.  Como habrás observado, es un buen momento para ofertas low cost, honestas, robustas, productos sencillos que resuelvan necesidades evidentes.  No es momento para fuegos de artificio, para productos excesivamente complejos.  La economía digital te abre nuevas puertas en este sentido: puedes echar a andar con inversiones moderadas; y si puedes, idealmente sin endedudamiento.  No lo dudes: una de estas nuevas empresas puede ser la tuya.
  2. La crisis nos ha enseñado su doble vertiente: por un lado nos angustia profundamente.  Por otro, es en los momentos difíciles cuando podemos relativizar, concediendo menos importancia a aquellas cosas que no la tienen.  Te lo digo más claro:  cuando tienes menos que perder, es más fácil que te atrevas a dar ese paso que tanto ansías.  El de montar tu propia empresa. Permíteme que utilice una imagen para ayudarme a explicar esta última idea: como el suelo es más inestable que nunca, echar a volar no supone un cambio tan brusco y parece una alternativa más deseable que nunca. 

Puede que sea el mejor momento posible para ti.   Tu propio confort ya no te retiene, piénsalo.

Os dejo con esa pequeña invitación al optimismo.  Saludos a todos.

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Las 5 MILONGAS MÁS COMUNES de los expertos en «EMPRENDIMIENTO»

Hoy he decidido rescatar un post de hace unos meses que esta vez no iba sobre publicidad sino sobre emprendimiento.  Porque como empresario que soy (microempresa pero empresa al fin y al cabo), suelo leer mucho de lo que cae en mis manos sobre emprendimiento, start ups, modelos de negocio, etc.

Y he de decir que la mayor parte de lo que leo es decepcionante.  La literatura de desarrollo empresarial muestra poderosas analogías con la de desarrollo personal, y como ésta, está habitualmente repleta de clichés, promesas vacías y banalidades. No sé si alguna vez habéis llegado a la conclusión de que algunos libros no son más que una copia de otros, y la única innovación que aportan es un título diferente.

Por mi propia experiencia como empresario (tuve una primera empresa que cerró, como cuento en "Game Over"), hay cinco grandes milongas que aparecen en este tipo de libros de forma recurrente:

1. Si quieres alcanzar el éxito, visualiza el éxito

Gran patraña donde las haya. 

Desde luego que para ejercer cualquier actividad con un mínimo de garantías, primero tenemos que poner en orden nuestra casa (cómo estamos por dentro), pero esto no equivale a buscar el karma en posición de loto, sino a descubrir qué tipo de vida queremos llevar y si nuestro proyecto profesional encaja con ese modelo.

No podrás visualizar el éxito si nunca te has planteado qué es para ti el éxito (“tu éxito”).

2. El éxito es un éter en el que flotan billetes de 500 euros, fama y poder

Depende.  Quizá para ti no. (Comparto contigo que para mí tampoco).  

Si consideras por un instante que todos vamos a morirnos, es fácil reconocer en cadena que:  1. el tiempo es el regalo más valioso que tenemos y que: 2. mi proyecto de vida no puede consistir en una carrera asfixiante en la que sacrifico mis días, uno tras otro, en pos de un objetivo que jamás alcanzaré.

Y no lo alcanzaré porque en el momento que trinque los billetes de 500 euros, querré más billetes de 500 euros.  En el momento en que de mí dependa un departamento de 20 personas, aspiraré a dirigir uno de 50.  En el momento en que me entrevisten en TV gallega, ansiaré ser entrevistado en TVE.

E.d. si somos totalmente sinceros con nosotros mismos, el éxito no puede ser un objetivo sino un viaje continuo.  El éxito es lo que haces cada día, en tu actividad profesional pero también en tu ámbito personal.

3. Cualquiera puede convertirse en emprendedor.

Falso. 

Cualquiera puede convertirse en empresario (titular de una empresa).  Cualquiera puede montar una empresa orientada a permitirle ejercer su profesión (panadero, publicista, electricista, abogado…) por su cuenta y sin jefes.

Pero convertirse en emprendedor es algo muy diferente.  Según la RAE un emprendedor es quien acomete acciones dificultosas o azarosas.   Es decir, un tipo como Bear Grylls el de “Superviviente”.  

Superviviente
No es que para ser empresario tengas que comer orugas, nadar entre tiburones o dormir en la copa de un árbol, pero sí atesorar las cualidades para convertirte en un pionero en terra incognita (el mercado al que decidas lanzarte).

Porque eso es exactamente un empresario en nuestros días, un gladiador sobre un suelo tan poco firme que parecen arenas movedizas. 

4. La ilusión lo puede todo.

Falso.

La ilusión puede ser tu peor enemigo por dos razones:

  • Porque si no la controlas, la ilusión puede hacer que te tires desde un quinto piso pensando que puedes volar.  Y no es el caso: yo lo hice una vez y me estampé sobre el suelo.  Ilusión sí, pero limitada por el más sincero realismo.
  • Porque la ilusión nunca viene sola.  Igual que cuando abrimos un huevo la clara viene acompañada de la yema, la ilusión siempre viene acompañada del temor

POTENCIAL EXITO

El temor a fracasar y a ser señalado por todos los demás como un inútil.  El mismo temor que te mueve a seguir adelante cuando en tu fuero interno sabes que el juego se ha acabado y deberías batirte en retirada.

5. Un empresario nunca se rinde

Afirmación muy socorrida para vender libros o arrancar aplausos de una audiencia pero escasamente ajustada a la realidad.

No pasa nada por batirse en retirada.  Hace un par de años leí un libro fantástico de Seth Godin titulado The Dip sobre este mal endémico del mundo empresarial: nadie quiere equivocarse, nadie quiere reconocer que su barco se hunde y este pavor al error y al fracaso a menudo ejercen como un lastre personal, empresarial y hasta social. Recuerda la gestión de nuestro último gobierno, el escándalo de Bankia, los desplomes de Martinsa o de Spanair, la sonrojante situación de los clubes de fútbol…

La clave del progreso en cualquier ámbito de la vida consiste en reconocer un error cuando lo cometemos.  Nuestra vida es como un videojuego en el que cada día vamos haciéndonos más expertos: sin error, y sobre todo, sin el aprendizaje que se deriva del error, la especia humana no conocería el progreso y no podríamos ascender al siguiente nivel del videojuego.

No pasa nada por abandonar un proyecto o una empresa cuando llega el momento de hacerlo.  Eso no nos convierte en peores profesionales ni nos invalida para otros proyectos futuros.

Resumiendo

No dejes que esos libros te marquen el camino por muchas copias que hayan vendido. Todos quieren mostrarte lo que debes hacer, pero eso es imposible.  Tu camino solo puedes encontrarlo tú mismo:

  • ¿Qué eres feliz haciendo hasta el punto de que admitirías trabajar gratis en ello?
  • Objetivamente, ¿podrías ganártela vida haciéndolo?
  • ¿Esa actividad te permitiría equilibrar tu vida laboral y personal o terminarías colapsando? (no es coña, a mí me ha pasado)
  • Si ya lo tienes, lánzate.  Pero no confíes en tu ilusión, ni en tu perseverancia, ni en tu trabajo duro: ninguno de esos ingredientes te garantizan la receta perfecta.  Confía en tu capacidad para tomar muchas decisiones y quizás equivocarte todos los días.  Y en tu lucidez para aprender de ello porque ese es el principal activo de un emprendedor en un contexto de cambio continuo como el actual.

Mi opinión es que es vital buscar ese camino: ese modelo de negocio sostenible, compatible con nuestra propia vida y con nuestro entorno:

  • Vital para ti si el trabajo que estás desempeñando en este momento no te hace feliz.
  • Vital para el país en el que vivimos, porque ni los bancos ni las grandes multinacionales ni el gobierno de España ni el de la Unión Europea van a sacarnos de ésta.  Solo pueden sacarnos 500.000 nuevas PYMES y autónomos que sustituyan a los 500.000 que el tsunami de la crisis se llevó.

Saludos a todos.

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I AM TOGETHER: consumir juntos para lograr mejores precios

Ayer tuve la ocasión de asistir a la presentación en Madrid de "I am together" (gracias por la invitación Jesús Oliver).

I am together es el nuevo proyecto de Darius Fullanet, un ejecutivo y empresario de largo recorrido que me pareció un tipo interesante y lleno de sentido común. La cosa tiene que ver con crowdfunding y la posibilidad de conseguir buenos precios asociándonos, no para conseguir una cena en un restaurante (como es el caso de los Groupon, etc) sino para disminuir el impacto de las facturas más gordas a las que todos nos enfrentamos mes a mes (electricidad, combustible para el coche, seguros, etc.).

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¿Cómo funciona I AM TOGETHER?

El vídeo lo cuenta con total claridad.

 

I AM TOGHETHER lanzará un nuevo reto el día 1 de cada mes.  El primer reto, en el que ya podéis participar si queréis, consiste en comprar entre todos 5 millones de Litros de combustible con un descuento directo de 0,13€ por litro (esto es un 10% de lo que te gastas en carburante). El día 21 julio a las 0:00h se cerrará el plazo de compra.  El reto se culmina con éxito si se alcanza esa cifra antes de llegar a esa fecha.  En ese momento, te envían una tarjeta monedero VISA como esta con el importe reservado y una tarjeta de descuento de la red de Estaciones de Servicio adheridas al reto.  Esta tarjeta puede ser recargada cada mes con el importe que desees para disfrutar de los descuentos al instante.

Cards

Si el reto no se alcanza, se devuelve íntegramente su reserva al usuario.

A este primer reto seguirán otros, siempre relacionados con las principales partidas de gasto del hogar.

Un proyecto a favor de tendencia

Subirse a caballo ganador siempre es un acierto para una start up.  En este caso, veo dos fenómenos que juegan muy a favor de esta iniciativa:

  1. El auge del crowdfunding en España con cerca de 20 millones de euros recaudados en distintos proyectos el pasado año.  España, por nuestro carácter sociable y la gran penetración de las redes sociales entre los internautas, es un hábitat óptimo para este tipo de plataformas.   Estos patrones de comportamiento son aceleradores del boca a boca y potencian la notoriedad y la participación en los proyectos.
  2. La crisis, instalada no sé si más en nuestras mentes que en nuestros bolsillos, que provoca que todos (de un modo u otro) busquemos activamente formas de sacarle el máximo partido a nuestros euros.  Como apunta Fullanet, I AM TOGETHER es una idea 100% pragmática, ya que nos ofrece la posibilidad de ahorrar dinero, no en utensilios inservibles o en una cena esporádica, sino en las facturas que más nos afectan en el día a día. 

Por estos dos motivos y por la ilusión que se percibe en la iniciativa, les auguro mucho éxito.  Les seguiremos de cerca.

Un saludo a todos

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3 arquetipos de empresa: El Ministerio vs. La eterna Start Up vs. Empresa 2.0. ¿Cuál es la tuya?

Releyendo "El pequeño libro de las grandes decisiones", de M. Krogerus y R. Tschappeler, un interesantísimo pocket book de poco más de 100 páginas lleno de esquemas, diagramas y consejos prácticos que me compré hace unos meses en un viaje, me encuentro con el "Modelo de la Energía".

En qué consiste el Modelo

Como nos explica el libro, tanto en las personas como en los países y en las organizaciones, habitualmente nos encontramos con comportamientos de 3 tipos:

  • Apego al pasado: consiste en actuar según la experiencia sin desviarse ni un centímetro de esta aunque las circunstancias hayan cambiado. En definitiva, conservar para sobrevivir, dentro de una tolerancia mínima al riesgo.
  • Apego al presente: se centra la atención y los recursos en acometer los retos que van surgiendo, sin encorsetarnos por la experiencia pasada ni dejar que nuestras decisiones estén influenciadas por el temor al futuro.
  • Apego al futuro: consiste en intentar anticipar lo que va a suceder con la idea de minimizar los efectos perniciosos que el cambio puede llegar a tener sobre nosotros.

En el libro incluso de aplica este modelo a distintas zonas geográficas:  Europa sería la región más volcada al pasado (a su historia, su conocimiento y su experiencia), Estados Unidos al futuro (la tierra de "las oportunidades", si nos lo queremos creer) y Oriente estaría relacionada con el presente (el pragmatismo, la consciencia presente, conceptos muy zen todos ellos…).

Estaréis pensando ¡menudo descubrimiento..!  

Lo cierto es que, haciendo notas como estoy de cara a un futuro libro, observo que dentro de este frenesí de emprendimiento que parece rodearnos (la crisis lleva a cada vez más profesionales a plantearse crear una empresa como vía de autoempleo), hay un arquetipo que domina abrumadoramente sobre los demás: lo llamaré  la "eterna start up".

La eterna Start up

En este tipo de empresas el foco está en el futuro.  El mercado parece ser un campo donde germinan prometedoras oportunidades de negocio todos los días.  Parecería que el reto está en detectar una de ellas y lanzar un proyecto orientado a capitalizarla… antes de que lo haga la competencia.


Start up

Cada día leo enTwitter decenas de comentarios y artículos de gurús del emprendimiento, foros y plataformas que parecen bendecir este enfoque.  Que es el que siguen la mayor parte de los proyectos de nuevo cuño que me he encontrado en los concursos para emprendedores a los que he asistido recientemente.  Y el que plantean los ex alumnos y curiosos en general que me escriben para preguntarme sobre sus respectivos proyectos empresariales.

Estos empresarios en ciernes nunca hacen alusión al pasado y muy poco al presente (la amplia mayoría son proyectos de base tecnológica cuyo atractivo se fundamenta en optimistas desarrollos exponenciales del negocio a futuro).

El acento, por lo tanto, se pone en el análisis de lo que el futuro puede deparar; intentando inferir hacia dónde puede ir el comportamiento del consumidor.  Algo que es simplemente imposible: como cada vez más expertos apuntan, la investigación de mercados puede aportar claves a la planificación empresarial, pero nunca sustituir la experiencia que obtendremos interactuando con los clientes en el día a día (en el presente).

Hay escasas referencias al equipo, al know how de los fundadores, a los logros ya alcanzados, ausencia de pruebas palpables de la rentabilidad de los proyectos.

Os digo lo que pienso al respecto: este tipo de empresas "de Power Point" no me interesan.  Como suelo repetir en cursos y charlas, tener una idea "brillante" o detectar una oportunidad de negocio emergente es algo que no tiene ningún valor.  Lo que agrega valor a esa idea es nuestra capacidad para ejecutarla de un modo excelente.  Es esa capacidad la que debemos demostrar para llevar una empresa a buen puerto.

No se trata de lanzar antes que la competencia.  Se trata de lanzar mejor que la competencia.  Idealista.com no fue el primer portal inmobiliario, pero es el mejor.  Google no fue el primer motor de búsqueda, pero aún hoy es el mejor.  IPod no fue el primer reproductor de música en formato MP3 pero (pese a sus detractores) la mayor parte de la población probablemente estaría de acuerdo en que durante mucho tiempo fue el mejor. 

Lanzar mejor que la competencia a menudo consiste en conocer las necesidades reales y palpables del consumidor mejor y saber priorizar el tiempo y los recursos económicos (siempre escasos) mejor.

El Ministerio

Existe un segundo arquetipo en contraste extremo con el modelo anterior.  Si os parece le llamaremos "Ministerio".  Son esas empresas en las que muchos de nosotros nos hemos formado.  Están lideradas por ejecutivos de largo recorrido, profesionales de la gestión cortados por el mismo patrón, la misma Universidad o Escuela de Negocios y que como consecuencia de todo ello, utilizan las mismas estrategias y las mismas herramientas.

De la aversión al riesgo que generalmente muestra este tipo de empresas, a menudo se deriva la obsersión por el reporting, que llega a convertirse en un fin en sí mismo.  La elaboración de informes, ratios y KPI´s sirve para hacer funambulismo con los datos del pasado, como si ello nos permitiese convertirnos en gestores infalibles.  Sin embargo la realidad de esta manera de trabajar es bien distinta.  Podemos manosear sin parar toda la información que queramos sobre lo sucedido ayer sin que ello contribuya a darnos pistas las decisiones que debemos tomar hoy.   

EL MINISTERIO

Si antes hablábamos de empresas de Power Point, ¿os parecería hablar en este caso de la "esclavitud del Excel"?

La empresa 2.0

Y finalmente observo que un tercer modelo va ganando adeptos.  En él, el presente constituye la prioridad número 1 de la empresa.  En este caso el pasado apenas es un banco de pruebas de donde extraer aprendizajes rápidos y el futuro tiene una importancia limitada (el cambio no es un reto o un obstáculo que aparezca ante nosotros de modo puntual y aislado;  muy al contrario es el hábitat natural en el que trabajamos).

Por tanto gestionar el presente, en el fondo, equivale a gestionar el cambio.  Porque el cambio constante está implícito en todo lo que nos rodea.


Empresa 2.0

Este es uno de los principios básicos de Lean Start-Up, un conocido libro de referencia en el ámbito empresarial, que se ha convertido en toda una corriente de pensamiento, basada en la apuesta por el lanzamiento "rápido" de productos en fase Beta que nos permitan, mediante el diálogo constante con los clientes, realizar rápidas y continuas mejoras en los mismos.

¿En qué punto está tu empresa?

Os confieso que he empezado a entender la importancia de estas cosas después de enterrar mi primera empresa, que como la mayoría sabéis llegó a contar con 3 centros productivos y más de 20 empleados, dándome cuenta que obrar por el "manual de instrucciones clásico" centrado en herramientas centenarias como el Business Plan, el plan de Marketing clásico o la contabilidad de costes equivale frecuentemente a ponerle corsés a tu empresa.  Es como enseñar a saltar obstáculos a un caballo joven sin antes sacarle de su cubil. Porque no le damos espacio para que vaya aprendiendo.

Supongo que nuestras empresas son, de un modo u otro, una amalgama de estos tres modelos.  Y supongo que lo correcto es:

  1. utilizar la información del pasado para monitorizar la evolución de nuestros resultados en el presente (no para explicar el futuro o anticiparlo),
  2. y volcar toda nuestra atención en un presente donde (repito) nuestro hábitat natural es el cambio permanente. 

El camino de A a B nunca es una línea recta

El concepto de éxito empresarial que la mayoría tenemos en mente se parece a un recorrido lineal, donde transitamos desde el punto "A" (la fundación de la empresa) por una senda rectilínea (con un target, business plan, objetivos y estrategias fijos e irrenunciables) que concluye en un punto "B" (el éxito).

En un contexto de permanente tsunami socioeconómico y tecnológico la realidad es bien distinta, por dos razones:

  • el camino de una empresa sostenible nunca toma la forma de una línea recta, sino que está plagado de numerosos vaivenes y cambios de dirección (cada uno de esos cambios es una parte de esa mejora continua que los japoneses llaman "kaizen"), 
  • y porque, en realidad, jamás llegamos al punto "B".  La empresa nunca alcanza el éxito para sentarse a descansar.  

Saludos a todos.

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Steve Jobs: «Si hoy fuese el último día de tu vida, ¿querrías hacer lo que vas a hacer hoy?»

Escribo estas líneas desde el evento Día de la persona emprendedora en Lorca (Murcia) donde acabo de presentar ante una sala muy nutrida de gente de todas las edades (espero que muchos, futuros empresarios), las ideas de mi libro Game Over: los 13 errores que me llevaron a cerrar mi empresa.

Cierro siempre mi presentación con esta breve ponencia de Steve Jobs en la Universidad de Stanford donde pone el dedo en la llaga, con un talento y una precisión que no alcanzaré jamás, en la gran moraleja de mi libro y de mi experiencia como empresario:  que debemos aprovechar nuestro tiempo en este mundo haciendo lo que realmente queremos hacer. Y que invertimos un trozo demasiado grande de nuestras vidas en nuestro trabajo como para tolerar que ese tiempo sólo nos genere insatisfacción.

Vivir angustiado por un trabajo que te ahoga o una empresa que hunde es simplemente intolerable.

 

Mientras hablaba de Jobs, una persona de la audiencia me dice que Jobs acaba de fallecer, poniendo fin a sus más de 10 años de batalla contra el cáncer.  Anoche llegué tardísimo a casa y no había tenido ocasión de ver la noticia en los medios.

Como os podéis imaginar, enterarme de repente de la noticia mientras 200 personas estaban escuchándome, no ha sido una sensación agradable.

No he estado nunca ni remotamente cerca de Jobs, ni siquiera soy un Apple-evangelista. Jamás he tenido un Mac y mi IPhone me falla tanto que si tuviese otro teléfono a mano lo tiraría por la ventana.

Pero estos minutos de vídeo que vi por primera vez hace ya cuatro años, me inspiraron a tirar la toalla de mi primer empresa.  Y es la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Nada justifica el sufrimiento que provoca la frustración constante por un negocio que no funciona.  Nada te impide cerrar la puerta y cambiar de dirección.  Nadie que no haya tenido la valentía de intentarlo como tú tendrá derecho a selañarte con el dedo por haber fracasado. 

Tu futuro es tuyo. Todas las puertas están abiertas.  Todo depende de ti, mucho más de lo que crees.

Al conocer noticias como la muerte de Jobs, recordamos que lo primero es vivir y que todo lo demás (el trabajo, el dinero, y esa concepción tan relativista que tenemos sobre el éxito en Occidente) vienen mucho detrás.

Gracias, Steve.  D.E.P.

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¿Seguimos quejándonos o nos ponemos a emprender?

Me ha gustado mucho esta campaña firmada por The Hub (una incubadora de empresas privada de Madrid) a algunos de cuyos fundadores conocí hace meses en una charla para la organización de estudiantes AIESEC.

Conchita_galdon

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Me parece genial que una empresa privada como The Hub pueda lanzar desde un medio masivo una llamada a la acción como ésta a cerca de la creación de empresas.

¿Por qué nadie quiere ser empresario?

En Enero de 2005, cuando me faltaban pocos meses para crear mi primera empresa, que tres años después se derrumbaría (pero esa es otra historia de la que no me toca hablar hoy), le conté mi proyecto a mi buen amigo Jesús Encinar y me dijo algo que todavía hoy recuerdo y me sirve de acicate en momentos difíciles.  Jesús y yo estudiamos la misma carrera de Ciencias Empresariales Europeas, donde se supone que nos enseñaban justamente a eso, a ser empresarios.  Sin embargo, como decía  Jesús: "realmente sólo nos enseñaban a colgarnos una corbata y aprender a ser ejecutivos, a trabajar por cuenta ajena". 

O sea, que lo de ser empresario no se estudia.  No se enseña.  No se estimula a que los alumnos desarrollen su vocación empresarial.  Yo diría más: no es el modelo de éxito que se vende en las facultades de empresariales. Por eso nadie -o casi nadie- quiere ser empresario si en lugar de eso puede trabajar de 9 a 5, y ganar una nómina aceptable a fin de mes vaya como vaya la empresa que te paga.

Cambio de tercio: la cruda realidad del presente

Por mi relación directa con algunos alumnos míos de la Escuela Superior de Publicidad, donde tengo el gusto de impartir clases de Marketing desde hace años, me he sentido muy cerca de las movilizaciones en Sol, que luego se han extendido por el resto de España. 

Comprendo su frustración ante la falta de salidas profesionales, la imposibilidad de realizarse y labrarse un futuro a base de hacer lo mismo que muchos otros sí tenemos la suerte de hacer: currar. 

Hace un par de días recibí simultáneamente varios mails con un listado de reivindicaciones del movimiento.  Que me ha decepcionado profundamente.  Veo muchas alusiones a asuntos como la corrupción o los salarios de los altos funcionarios, pero ni media palabra sobre la principal medida que nos ayudaría a salir de esta crisis: el fomento de la actividad empresarial.

En los últimos 3 años en España han echado el cierre más de 200.000 PYMES (entre ellas mi primera empresa).  Su defunción ha creado desempleo, cuantiosas pérdidas personales y, en definitiva, la paralización del flujo circular de renta generado por su actividad.

¿A nadie se le ocurre que resulta vital crear otras 200.000 PYMES nuevas que taponen la herida?

¿Quién va a crear el empleo que echamos en falta?:

  • ¿Una administración hipertrofiada y llena de solapamientos e ineficacia?
  •  ¿Las grandes multinacionales como Inditex, el Santander o Iberdrola?

No entiendo la ceguera que puede hacer a alguien olvidar que sin la creación de nuevas empresas la recuperación no es posible.  Que las personas que realmente tienen que crear esos 5 millones de empleos que nos faltan no pertenecen a una élite de indeseables a los que haya que arrinconar, que no cuentan con grandes mansiones, ni fondos en paraísos fiscales, ni cajas fuertes con fajos de billetes de 500 en sus dormitorios. 

La mayoría solo cuentan con ideas, valentía y tolerancia al riesgo.

Nuestro futuro es el futuro del pequeño empresario

Me parece muy bien lanzar proclamas idealistascontra la corrupción política, pero nuestra tumba no son los trajes de Camps, al que habrá que procesar y prejubilar si es culpable, sino un país con un tejido empresarial débil y desequilibrado.

Animemos y apoyemos a los emprendedores o estamos muertos.

  • Las administraciones deberían cuidar mucho mejor a los empresarios (en especial los que empiezan) en lugar de asfixiarles con una fiscalidad que ahoga, una tardanza indecente en pagar y una carencia total de ayudas a la inversión.
  • Y todo aquel que emplea su tiempo y su generosidad en reclamar sus/nuestros derechos a pie de calle, no debería jamás pasar por alto los derechos del pequeño empresario.  Si lo defiende, indirectamente estará defendiendo el pan de todos sus empleados presentes y futuros.
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Romper los moldes para tener éxito.

Hace unos días me sorprendió una larguísima cola de señoras a la puerta de un local de Alberto Aguilera, cerca de la Universidad donde estudié hace años.  El sitio llevaba abandonado no sé cuántos meses, conozco la zona porque paso por ahí a menudo.

Se trataba de una tienda de juguetes al único precio de 10 euros.  Aunque soy padre, tanto la cola como la impresión de que debían ser juguetes de mala calidad, me hizo desistir de una visita a la tienda.  Pocos días después la expectación generada por esta tienda ha saltado a los grandes medios, a los que les ha faltado tiempo para lanzarse dentro con sus cámaras.

El sitio está atiborrado de gente de sol a sol, que entra armada con cajas para llevarse todos los juguetes posibles.  Un exitazo brutal por el que todo empresario suspiraría: la demanda excede hasta tal punto la oferta que los clientes son aceptados dentro de la tienda en tandas de 20 (vamos, como en una discoteca en hora punta), y cuanto se quedan sin genero, ¡cierran para reponer!  Los abnegados clientes lo aguantan todo en la calle.

Lo que más me ha hecho reflexionar de esta iniciativa es que la idea de vender juguetes a un precio imabatible no es suya.  Hace años que una empresa andaluza viene utilizándola: aquí lo podéis ver e incluso podéis comprar juguetes a ese precio on-line.

Juguetes 10 eur 

Mientras otros nos hemos decidado a ejercer durante años una actividad empresarial siguiendo "el manual": explorando una necesidad de mercado, diseñando una oferta, captando inversores, reformando un local u oficina e invirtiendo en activos para poner en marcha nuestras operaciones, y finalmente comunicando esa oferta para captar nuevos clientes, estos señores de la tienda de Madrid demuestran bastante más visión empresarial.

  • Toman prestada una idea que ya se ha puesto en práctica pero la adaptan a sus circunstancias para correr los menores riesgos posibles: lo suyo es efectivamente un outlet del juguete, pero con una existencia de tan sólo 60 días.  El sector juguetero vende hasta el 80% de su volumen en Navidad: ¿para qué reformar y montar un local y luego tenerlo vacío el resto del año?
  • Así que abren una tienda efímera sin más costes fijos que el alquiler y personal durante el tiempo que permanecerá abierta (hasta el 6 de enero).  El 7 de enero recogeran se irán a su caso con todos sus bártulos (incluída la caja registradora llena de billetes).
  • Por cierto, los juguetes no son de mala calidad: son los mismos que encontrarás en cualquier tienda de juguetes. El know how que estos señores poseen y que no te permitiría a ti montar esa tienda (al menos en el corto plazo) es que importan directamente de China, saltándose TODOS los intermediarios habituales.  Por eso pueden vender tan barato.

La cosa es tan inhabitual que el boca a boca se ha propagado como un reguero de pólvora en Madrid hasta el punto que nadie diría que la idea no es de ellos.  ¿Y qué más da de quién sea la idea?  Si todo está inventado, la batalla que libras con tus competidores se libra más en el terreno de lo emocional y del servicio/convenciencia que en parámetros concretos de producto. 

Esta iniciativa demuestra que es posible tener éxito saltándose "el manual".  ¿Dónde está escrito que al montar un negocio hay que atravesar un desierto de pérdidas y locales vacíos?  Si has detectado una idea que crees que puedes adaptar/mejorar, ofreciendo a tus clientes valor (mayor conveniencia por el mismo precio o mejor precio), no dudes en cogerla prestada.

Saludos irreventes.