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¿Por qué empresarios de aparente «bajo perfil» triunfan y yo no?

El emprendedor ¿ideal?

Internet está repleto de loas al emprendimiento.  Por todas partes veo decálogos de las cualidades mágicas que debe reunir quien pretenda dedicarse a ello.  Entre estas cualidades encontraréis: 

  • La motivación: en webs especializadas como Eureka start-ups o libros como "The Entrepreneur Equation" o "Menos Másters y más ideas" (del empresario hostelero Kike Sarasola; después de leerlo, creo que bastante mejor empresario que escritor), se glorifica el "querer hacer" muy por encima de la "capacidad para hacer".  Peligroso si el reto supera nuestras capacidades (cosa que a todos nos ha ocurrido en alguna ocasión).
  • El trabajo incansable.  Como he explicado otras veces en este blog, una de las grandes mentiras de la pseudo-literatura sobre emprendimiento es esta ecuación que comparto con vosotros.  Alcanzar importantes logros en tu proyecto depende de un cúmulo de variables tan importantes alrededor tuyo, que reducirlo a esta ecuación es pueril.

ESFUERZO   

          No es verdad, ni tu idea ni el esfuerzo que dediques a ejecutarla te van a garantizar el éxito. 

Potencial exito

  • Una sólida formación.  Discrepo: la contabilidad de costes, la matriz de la Boston Consulting Group o el critical path analysis no te van a ayudar mucho en tu carrera como emprendedor…
  • Un importante know how sobre el sector en el que vayamos a emprender. Discrepo: puedes rodearte de ese know how si tú careces de él, atrayendo buenos profesionales.
  • Capacidad de trabajo en equipo.  Importante.  Pero puede aprenderse a base de experiencia.
  • Liderazgo: esto sí me parece imprescindible.  Si bien no creo tanto en el liderazgo genético (la corriente más antigua de pensamiento en este campo) como en el liderazgo situacional (la capacidad para apretar y soltar; para aplicar "carrot" o "stick", como dicen los ingleses) en función de lo que la situación requiera. Y también lo da la experiencia.
  • Capacidad de planificar planes y estrategias: hace unos años me entrevistó el presidente de Grey antes de contratarme como Director de Servicios al Cliente en Madrid.  Me preguntó insistentemente si yo tenía un perfil más "planner" o más bien "creativo".  Nunca he pensado que estos dos perfiles tengan que estar enfrentados.  Porque en el fondo se encuentran: en un contexto en continuo cambio tiene poco sentido que los planes se conviertan en un fin en sí mismo.  En un mercado comoditizado la obsesión con "lo nuevo y diferente" tampoco tiene sentido.  Al final, creo que todo se resume en ser un buen observador de lo que tienes alrededor, porque lo que tienes alrededor (clientes y competidores) ya te muestra el camino.
  • Valores humanos como la honestidad y la generosidad.  A mí me parecen condiciones indispensables para merecer el cariño de los tuyos y dormir por las noches, pero dudo que merezcan entrar en este listado.  Echad un vistazo a cualquier periódico a diario y veréis decenas de empresarios que se han forrado saltándose esta regla.
  • Edad: entre 35 y 45 años.  ¿Alguien se cree esto? Una cosa es que a esta edad sintamos la "última" llamada a volar libremente (en el sentido profesional) y otra cosa es que no conozcamos empresarios mucho más jóvenes, incluso adolescentes, a quienes les ha ido de cine.  En TEDxGijón donde acudí para hablar sobre el futuro de la música, tuve la ocasión de conocer a uno de ellos, Luis Iván Cuende, que empezó a los 12 años.  

Simplificando

Si os fijáis en toda esta ristra de características, veréis que podemos agruparlas fácilmente en 4 para interpretarlas mejor:

  1. Motivacionales: en mi opinión están MUY sobrevalorados. Esto es como el ejército:  el valor (y la motivación) se presuponen. Estaría bueno que emprender un nuevo camino donde te conviertes en un pionero en tierra inhóspita no requiriese determinación.
  2. Conocimientos: igualmente sobrevalorados. Lo que hayas aprendido en los libros puede que facilite tu adaptación a tu rol de emprendedor, pero no es un salvoconducto.  
  3. Habilidades (como el trabajo en equipo o el liderazgo): son cosas a desarrollar por el camino.
  4. Caracterísiticas sociodemográficas: irrelevante.

Entonces, ¿qué nos queda?, ¿qué distingue al "buen" del "mal" emprendedor?

El 90% de los negocios fracasa dentro de sus 5 primeros años de existencia.  9 de cada 10 empresarios se llevan un chasco considerable, entierran sus ilusiones, pierden dinero… ¿realmente pensáis que todo ese volumen de profesionales carecen de los requisitos expuestos?

Yo creo que no.  Creo que entre los rescoldos de todas esas empresas fallidas encontraríamos gente brillante y capaz.  Y supongo que coincides conmigo en que a nuestro alrededor también existen ejemplos de empresarios que apenas cumplirían uno o dos de los requisitos.  Y cualquier análisis "de manual" les situaría en el ostracismo de los empresarios de "bajo perfil"…

El pasado año leí un libro muy interesante llamado "Why smarts executive fail"?, que es el resultado de una investigación realizada en 50 empresas norteamericanas durante 6 años, intentando identificar las causas más comunes de los fracasos empresariales.  Sus conclusiones apuntan que de un modo u otro, los fracasos tienen que ver con el ego y la incapacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes. 

Y llevo días pensando que la conclusión de esta investigación (dada la vuelta) puede servirnos para explicar por qué empresarios de teórico "perfil bajo" triunfan.  Porque dominan su ego y son capaces de adaptarse a las circunstancias cambiantes.  Reconocen cuando se han equivocado y se apoyan en otras personas (sin por ello sentir que ya no lideran) para darle la vuelta a la situación.

Piensa en esa persona que quizá ya os había venido a la mente.  ¿No es un todoterreno capaz de detectar un problema, escuchar a las partes implicadas, encontrar una nueva vía de acción y tomar inmediatamente ese nuevo rumbo?  Pues esta es para mí la condición principal que debe tener un empresario en tiempos de incertidumbre:

GESTION SOSTENIBLE

Mi conclusión

Fijaos si estas cualidades son o no INDISPENSABLES hoy día:

  • Mientras estas personas se tragan su orgullo, admiten que estaban equivocadas (o que simplemente las reglas del juego han cambiado) y son capaces de enterrar a sus "niños bonitos" para apostar por nuevas ideas de negocio que consiguen llevar a buen puerto, los demás manoseamos hojas de Excel y Business Plans que no nos conducen a ningún sitio.
  • Mientras ellos escuchan (cara a cara) a sus clientes, sabiendo que éstos tienen la razón, nosotros nos refugiamos en un cliente imaginario que está en nuestro Power Point, un retrato robot que sólo es el resultado de estudios donde los verdaderos matices de la relación con los clientes no asoman por ningún lado.  

¿Quién tiene realmente "perfil bajo"? ¿Ellos o los que tenemos un Máster o un Doctorado y 15 años de experiencia multinacional?

Saludos a todos.

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boca a boca emprendimiento publicidad para olvidar redes sociales

¿Negocio en problemas? > Publicidad vendemotos! (ejemplo de una heladería)

El uso erróneo de la publicidad

Desde que existe, la publicidad siempre ha sido el particular lenguaje que los negocios utilizaban para comunicarse con las marcas.

Como cuento en Big brother is dead, en las facultades y agencias de publicidad, nos enseñaron que el negocio (o la marca) están por encima del bien y del mal.  Que cuando una marca habla, los consumidores bajamos la cabeza y escuchamos.  La publicidad es nuestro idioma: la responsabilidad de entenderlo y creerlo es de los consumidores!

Ya no funciona así

No funciona así porque en la era digital la principal fuente de información para escoger entre un producto y otro ya no es la publicidad, sino el boca a boca (presencial y digital).

O no debería funcionar así, porque por desconocimiento o por imperiosa necesidad, muchos comercios y empresas siguen confiando en la publicidad como si tuviese la más mínima capacidad de convencer a su destinatario para que regrese, cuando un producto no funciona y las ventas decrecen.

Un ejemplo que me pilla cerca

Poco antes del verano abrieron una heladería cerca de mi casa. Voy a mantener el nombre en secreto, porque son unos tipos geniales y no quiero que vean esto y se mosqueen conmigo. Atienden de cine a mí y a mis hijas, sus helados están buenos y los precios realmente son muy razonables.

En cuanto abrieron, en casa temimos inmediatamente por su futuro.  Pese a los buenos helados y precios competitivos, están en la peor acera del barrio.  Escaso tráfico y, aparentemente, mucho menos del necesario para generar el cash flow que garantice la supervivencia de un negocio de bajo ticket y margen promedio.

Sé esto porque lo he sufrido en mis propias carnes durante mis años de hostelero sufridor.

La llegada del invierno tristemente me ha dado la razón.  Veo muy poca gente en el local.  Pero lo que sí veo es que han despleagado un gran zafarrancho de acciones publicitarias para revertir la situación.  Hace un par de días visité el local y toda esta publicidad me dió que pensar… Acerca de las fases por las que pasa la comunicación de muchos negocios según cómo vayan las cosas.

Fase 1: al abrir, cuenta quien eres

La mejor publicidad que solemos ver a pie de calle es la de los negocios que acaban de abrir.  Cuando se limitan a explicar su oferta con la mayor claridad de la que son capaces y sin artificios.  ¿Por qué?  Pues porque tienen mucho que contar y no tienen tiempo, o espacio, o presupuesto, para enrrollarse con cantos de sirena.

Tenemos tales sabores, tales tamaños, estamos aquí al lado, y el precio es éste…  Esto es lo que nunca deberíamos dejar de hacer.  Poneros estupendos puede ser nuestra mayor cagada: la creatividad puede ser un estorbo si no la utilizamos bien.

Fase 2: si tu producto no se vende, adjetívalo a saco en tu publicidad para conseguir que se venda

Cuando las cosas no van según lo habíamos previsto (y si eres empresario sabrás que jamás arrancan como habíamos previsto), inmediatamente nos hacemos la pregunta de qué estamos haciendo mal.

Y como (en este caso) vendemos helados, pensamos que el problema es la percepción que los clientes tienen sobre nuestro producto.  ¿Por qué si no vamos a seguir con el local medio vacío? Así que vamos a hablar de su calidad única en el mercado, con adjetivos lo más pomposos posible!  Aquí tenéis un ejemplo.

Crepes
¿Alguien cree que un pequeño local con formato de franquicia puede decir estas cosas propias de un delicatessen?  ¿No? Pues si nuestros clientes no nos van a creer, ¿por qué malgastar dinero en octavillas que dicen esto?  (Repito, no pretendo ir de gurú: cuando yo era hostelero hacía exactamente esto).

Fase 3: ¿las cosas siguen yendo mal?; desarrolla tu oferta con más y más productos; ¡algo venderás!

Esto es lo que yo llamo "convierte tu negocio en un zoco moruno".  Es una estrategia aparentemente muy razonable: si vendiendo helados apenas tengo un ticket promedio de dos euros, voy a vender menús del día para tenerlo de seis. El riesgo es que, intentado jugar a poner de todo en mi menú, consiga perder mi credibilidad come heladero y, lo que es peor, transmitir una imagen de esquizofrenia a mis clientes.

Menu

Un ejemplo mucho más celebre lo tenéis en la decisión de Telepizza de expandir su carta de las pizzas a las hamburgesas y pollo frito.  Una decisión que ha ayudado a paliar sus números rojos bastante menos que sus exitosas estrategias de e-commerce.

Mi conclusión

Si tus ventas no van bien, no malgastes tu recursos en publicidad para intentar vender un producto que no funciona.  Pregúntate por qué no funciona e intenta solucionarlo lo antes posible (hablamos de revisar tu marketing mix de arriba a abajo):

  • ¿Puedes mejorar el producto?
  • ¿Tienes un problema de precios?
  • ¿Tu curva de crecimiento es muy lenta? ¿Puedes intentar trabajar tu P.R. con influencers para llenar el local de gente que atraiga a más gente?
  • ¿Puedes encontrar una mejor ubicación para tu negocio?  Este pienso que es el principal problema de mis vecinos, confío en que el futuro les depare grandes éxitos.

Este es el último post del año.  Aprovecho para desearos a todos un 2015 espléndido, como merecéis!

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desarrollo personal emprendimiento

¿Eres emprendedor? Por qué tu principal obstáculo puedes ser tú mismo

¿Tu principal enemigo eres tú mismo?

Me dí cuenta de que mi principal enemigo era yo mismo cuando ya era tarde para salvar mi primer negocio, una cadena de restaurantes "fast & natural" (llegamos a tener 3 restaurantes operativos en la Comunidad de Madrid en tan sólo 3 años).  Puedes leer sobre ello aquí sin necesidad de comprarte "Game Over", el libro sobre mi experiencia que publiqué hace un par de años.

Game over

Podría echarle la culpa de aquello a la crisis, a un equipo desmotivado o a unos clientes que no llegaron a entender nuestra propuesta.  Pero me estaría engañando a mí mismo.  El principal causante del cierre de la empresa fui yo.  Y no por falta de empeño, sino por exceso de celo…

Después de una década de investigación, Noam Wasserman de la Universidad de Harvard llegó a la conclusión de que dos tercios de las nuevas empresas no fracasan por problemas exógenos a la empresa, ni por ausencia de clientes o de liquidez en un momento puntual.  Lo hacen como consecuencia de problemas personales que terminan por ahogar a sus fundadores.

¿Nos marcamos retos inalcanzables..?

Las evidencias apuntan a que estos problemas casi siempre se desencadenan como consecuencia de ponértelo imposible, de una de estas formas:

  • Marcándote retos muy superiores a tus capacidades.  En mi caso, no sabía lo suficiente sobre hostelería ni tenía los suficientes recursos para arrancar mi actividad rodeado de profesionales que sí supiesen.  La ambición, en mi caso, se convirtió en un caballo desbocado al que no supe detener a tiempo.
  • O bien marcándote retos alcanzables, pero completamente alejados de aquella actividad que adoras ejercer (que normalmente coincide con aquello en lo que eres bueno, porque al gustarte le dedicas un montón de tiempo hasta que te conviertes en un experto).

Da lo mismo: ambos caminos conducen a la infelicidad, a marcarte un rumbo errático, un destino absolutamente imposible de alcanzar.

Jamás te alejes mucho de lo que querías ser de mayor

Fíjate en este gráfico que preparé hace tiempo con la ayuda de mi hija Alejandra: 

Grafico alex

Cuando somos niños nos imaginamos que en el futuro nos dedicaremos a algo relacionado con cierta vocación que vamos desarrollando (mi padre siempre quiso ser marino, mi hermano militar y yo escritor – he de decir que de momento soy el único que no ha conseguido vivir exclusivamente de su actividad preferida 🙁

Ciertas tribus nativas de América creen que cada individuo nace con un talento innato que desarrolla durante su vida y del que puede beneficiarse toda su tribu.  Este asunto puede parecerte esotérico, pero a poco que lo pensemos, realmente cobra su sentido.  Si te dedicas a aquello para lo que tienes talento, es más fácil que llegues a buen puerto.

Como apunta el Dr Mario Alonso Puig (con el que tendré la oportunidad de reencontrarme una vez más en un evento que estamos preparando), primero es siempre SER, luego viene HACER (producir, como consecuencia de estar bien) y sólo finalmente TENER (conseguir un bienestar y un estátus como consecuencia de lo que eres capaz de hacer). El problema en los tiempos que vivimos es que lo queremos hacer todo tan rápido que sólo el TENER parece tener sentido y merecer nuestra atención.

Pero pasa el tiempo y esas urgencias que todos conocemos (la hipoteca, los coches, el cole al que debo enviar a mis niños) nos hacen desviarnos de nuestro camino.  Ciertas desviaciones son aceptables, pero cuando realmente aquello a lo que nos dedicamos entra en conflicto con nuestros sueños y expectativas, tenemos un problema.

Un problema bien gordo…

Mi problema fue darme cuenta de ello cuando ya había invertido un pastizal en mi negocio.  Mi gran suerte es que todo ese pastizal que perdí ha sido como un máster en mi mismo y en mi futuro: ahora creo conocer mejor cuáles son mis limitaciones y en qué debo invertir mi tiempo para disfrutar de lo que hago y (insisto, frecuentemente es lo mismo) hacer lo posible por vivir de ello.

Saludos a todos.

 
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Por qué pienso que hoy es el mejor momento para emprender

Crisis, crisis, crisis…

No son tiempos fáciles. 

En estos últimos meses la palabra “crisis” aparece de un modo tan omnipresente en los medios y en las conversaciones cotidianas, que probablemente habrás preferido mirar hacia otro lado.  Al menos es lo que yo hago: estoy un poco harto de tanta negatividad.

Crisis
Si tecleas “crisis” en Google te encontrarás con 138 millones de resultados. En Google Trends, por otro lado, se observa que el término tenía un protagonismo marginal en los medios hasta que a principios de 2008 se asienta en las cabeceras de la prensa y en las conversaciones de los blogs y los foros de opinión.  Donde se ha mantenido hasta hoy.

La opinión generalizada es que lo que está sucediendo no son culpa nuestra.  Sufrimos la convalecencia de una economía hinchada artificialmente por el interés de las élites políticas y bancarias.  Una deuda galopante del estado que al final tenemos que pagar con crecientes recortes en el estado del bienestar y una tasa de desempleo intolerable (porque es una lacra social y porque lleva al Estado a pique tener que subsidiar a más de 4 millones de personas en lugar de recaudar impuestos sobre su trabajo). 

Sin embargo, Alex Rovira apunta que sí fuimos inconscientes, que "nos gastamos el dinero que no teníamos en comprar cosas que no necesitábamos para impresionar a gente que no conocíamos, avalando todo ello con activos que no valían lo que costaban".  En definitiva, que nos dejamos arrastrar.

En cualquier caso, también parece una actitud profundamente arraigada que lo único que podemos hacer es sentarnos a esperar...

¿Momento de conservar?

Se atribuye a San Ignacio aquello de "en tiempos de aflicción, no hagas mudanza".  Conserva lo poco (o lo mucho) que tengas.  Aférrate a tu trabajo, a tus ahorros… hasta que la tormenta amaine.

Tsunami
Tengo dos reflexiones al respecto:

  • La tormenta no va a amainar mucho en el corto plazo.  No por lo que diga o deje de decir el FMI sino porque tardaremos décadas en bajar la tasa del desempleo al 8% de hace 7 años, y al final esa es la principal vara de medir que deberíamos utilizar para diagnosticar la salud del enfermo.
  • Sin embargo, el hecho de que la tormenta no amaine puede tener, paradójicamente, un efecto positivo sobre ciertos modelos de negocio.  

¿Nuevos modelos sostenibles?

Me explico.

La naturaleza es mucho más sabia que nosotros los humanos.  Porque se fundamenta en sencillas leyes que velan por su equilibrio.  Ciencias como la zoología o la paleontología nos muestran la lección básica de la naturaleza: cuando una especie se apropia de una supremacía sin reparto, corre inevitablemente hacia su perdición.

Estas son los resultados que el modelo económico de "nuestra especie" ha obtenido en los últimos años:

  • Desde el año 2.008, el número de empresas solicitantes de concurso de acreedores se ha multiplicado por cinco en nuestro país.  
  • En este mismo período, el número de empresas censadas ha descendido en 171.663, equivalente al 5% del total.
  • En los últimos cuatro años nuestro país ha sufrido una pérdida neta casi trescientosmil trabajadores Autónomos. Casi un 15% del total.

Esa misma ley natural nos muestra que este modelo por el que se regían nuestras empresas, las administraciones de los países y el conjunto de la actividad económica es simplemente insostenible.  Y cuando escribo sostenible no me refiero tan solo a la viabilidad económica de las empresas, sino también al bienestar presente y futuro del ciudadano y a la protección del planeta en que vivimos.

2 buenas noticias

Es posible que tú que estás leyendo este artículo estés en una de estas situaciones:

  • Trabajas por cuenta ajena pero no estás tranquilo.  Temes perder tu trabajo actual y quieres encontrar un nuevo camino antes de que llegue ese momento fatídico.
  • Quizá ya hace tiempo que buscas un empleo sin encontrarlo y estás muy desgastado. Quizá pienses que tu mejor (o tu única) salida es aventurarte en tu propio proyecto empresarial.  (No puedo empatizar más contigo en este caso: yo estaba exactamente en ese punto hace 5 años).
  • Tal vez estés terminando tus estudios y no tienes muy claro lo que quieres hacer, o piensas que lo que puedes realmente hacer se da de bruces con lo que quieres.

En cualquiera de estos casos el momento actual depara dos buenas noticias para ti:

  1. En un momento de cambio tan acentuado, las necesidades de todo consumidor se reconfiguran drásticamente.  Los lazos de fidelidad que nos mantienen unidos a determinadas empresas, negocios y marcas de referencia, se relajan para conceder una oportunidad a nuevas ofertas capaces de aportar un valor único.  Como habrás observado, es un buen momento para ofertas low cost, honestas, robustas, productos sencillos que resuelvan necesidades evidentes.  No es momento para fuegos de artificio, para productos excesivamente complejos.  La economía digital te abre nuevas puertas en este sentido: puedes echar a andar con inversiones moderadas; y si puedes, idealmente sin endedudamiento.  No lo dudes: una de estas nuevas empresas puede ser la tuya.
  2. La crisis nos ha enseñado su doble vertiente: por un lado nos angustia profundamente.  Por otro, es en los momentos difíciles cuando podemos relativizar, concediendo menos importancia a aquellas cosas que no la tienen.  Te lo digo más claro:  cuando tienes menos que perder, es más fácil que te atrevas a dar ese paso que tanto ansías.  El de montar tu propia empresa. Permíteme que utilice una imagen para ayudarme a explicar esta última idea: como el suelo es más inestable que nunca, echar a volar no supone un cambio tan brusco y parece una alternativa más deseable que nunca. 

Puede que sea el mejor momento posible para ti.   Tu propio confort ya no te retiene, piénsalo.

Os dejo con esa pequeña invitación al optimismo.  Saludos a todos.

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Las 5 MILONGAS MÁS COMUNES de los expertos en «EMPRENDIMIENTO»

Hoy he decidido rescatar un post de hace unos meses que esta vez no iba sobre publicidad sino sobre emprendimiento.  Porque como empresario que soy (microempresa pero empresa al fin y al cabo), suelo leer mucho de lo que cae en mis manos sobre emprendimiento, start ups, modelos de negocio, etc.

Y he de decir que la mayor parte de lo que leo es decepcionante.  La literatura de desarrollo empresarial muestra poderosas analogías con la de desarrollo personal, y como ésta, está habitualmente repleta de clichés, promesas vacías y banalidades. No sé si alguna vez habéis llegado a la conclusión de que algunos libros no son más que una copia de otros, y la única innovación que aportan es un título diferente.

Por mi propia experiencia como empresario (tuve una primera empresa que cerró, como cuento en "Game Over"), hay cinco grandes milongas que aparecen en este tipo de libros de forma recurrente:

1. Si quieres alcanzar el éxito, visualiza el éxito

Gran patraña donde las haya. 

Desde luego que para ejercer cualquier actividad con un mínimo de garantías, primero tenemos que poner en orden nuestra casa (cómo estamos por dentro), pero esto no equivale a buscar el karma en posición de loto, sino a descubrir qué tipo de vida queremos llevar y si nuestro proyecto profesional encaja con ese modelo.

No podrás visualizar el éxito si nunca te has planteado qué es para ti el éxito (“tu éxito”).

2. El éxito es un éter en el que flotan billetes de 500 euros, fama y poder

Depende.  Quizá para ti no. (Comparto contigo que para mí tampoco).  

Si consideras por un instante que todos vamos a morirnos, es fácil reconocer en cadena que:  1. el tiempo es el regalo más valioso que tenemos y que: 2. mi proyecto de vida no puede consistir en una carrera asfixiante en la que sacrifico mis días, uno tras otro, en pos de un objetivo que jamás alcanzaré.

Y no lo alcanzaré porque en el momento que trinque los billetes de 500 euros, querré más billetes de 500 euros.  En el momento en que de mí dependa un departamento de 20 personas, aspiraré a dirigir uno de 50.  En el momento en que me entrevisten en TV gallega, ansiaré ser entrevistado en TVE.

E.d. si somos totalmente sinceros con nosotros mismos, el éxito no puede ser un objetivo sino un viaje continuo.  El éxito es lo que haces cada día, en tu actividad profesional pero también en tu ámbito personal.

3. Cualquiera puede convertirse en emprendedor.

Falso. 

Cualquiera puede convertirse en empresario (titular de una empresa).  Cualquiera puede montar una empresa orientada a permitirle ejercer su profesión (panadero, publicista, electricista, abogado…) por su cuenta y sin jefes.

Pero convertirse en emprendedor es algo muy diferente.  Según la RAE un emprendedor es quien acomete acciones dificultosas o azarosas.   Es decir, un tipo como Bear Grylls el de “Superviviente”.  

Superviviente
No es que para ser empresario tengas que comer orugas, nadar entre tiburones o dormir en la copa de un árbol, pero sí atesorar las cualidades para convertirte en un pionero en terra incognita (el mercado al que decidas lanzarte).

Porque eso es exactamente un empresario en nuestros días, un gladiador sobre un suelo tan poco firme que parecen arenas movedizas. 

4. La ilusión lo puede todo.

Falso.

La ilusión puede ser tu peor enemigo por dos razones:

  • Porque si no la controlas, la ilusión puede hacer que te tires desde un quinto piso pensando que puedes volar.  Y no es el caso: yo lo hice una vez y me estampé sobre el suelo.  Ilusión sí, pero limitada por el más sincero realismo.
  • Porque la ilusión nunca viene sola.  Igual que cuando abrimos un huevo la clara viene acompañada de la yema, la ilusión siempre viene acompañada del temor

POTENCIAL EXITO

El temor a fracasar y a ser señalado por todos los demás como un inútil.  El mismo temor que te mueve a seguir adelante cuando en tu fuero interno sabes que el juego se ha acabado y deberías batirte en retirada.

5. Un empresario nunca se rinde

Afirmación muy socorrida para vender libros o arrancar aplausos de una audiencia pero escasamente ajustada a la realidad.

No pasa nada por batirse en retirada.  Hace un par de años leí un libro fantástico de Seth Godin titulado The Dip sobre este mal endémico del mundo empresarial: nadie quiere equivocarse, nadie quiere reconocer que su barco se hunde y este pavor al error y al fracaso a menudo ejercen como un lastre personal, empresarial y hasta social. Recuerda la gestión de nuestro último gobierno, el escándalo de Bankia, los desplomes de Martinsa o de Spanair, la sonrojante situación de los clubes de fútbol…

La clave del progreso en cualquier ámbito de la vida consiste en reconocer un error cuando lo cometemos.  Nuestra vida es como un videojuego en el que cada día vamos haciéndonos más expertos: sin error, y sobre todo, sin el aprendizaje que se deriva del error, la especia humana no conocería el progreso y no podríamos ascender al siguiente nivel del videojuego.

No pasa nada por abandonar un proyecto o una empresa cuando llega el momento de hacerlo.  Eso no nos convierte en peores profesionales ni nos invalida para otros proyectos futuros.

Resumiendo

No dejes que esos libros te marquen el camino por muchas copias que hayan vendido. Todos quieren mostrarte lo que debes hacer, pero eso es imposible.  Tu camino solo puedes encontrarlo tú mismo:

  • ¿Qué eres feliz haciendo hasta el punto de que admitirías trabajar gratis en ello?
  • Objetivamente, ¿podrías ganártela vida haciéndolo?
  • ¿Esa actividad te permitiría equilibrar tu vida laboral y personal o terminarías colapsando? (no es coña, a mí me ha pasado)
  • Si ya lo tienes, lánzate.  Pero no confíes en tu ilusión, ni en tu perseverancia, ni en tu trabajo duro: ninguno de esos ingredientes te garantizan la receta perfecta.  Confía en tu capacidad para tomar muchas decisiones y quizás equivocarte todos los días.  Y en tu lucidez para aprender de ello porque ese es el principal activo de un emprendedor en un contexto de cambio continuo como el actual.

Mi opinión es que es vital buscar ese camino: ese modelo de negocio sostenible, compatible con nuestra propia vida y con nuestro entorno:

  • Vital para ti si el trabajo que estás desempeñando en este momento no te hace feliz.
  • Vital para el país en el que vivimos, porque ni los bancos ni las grandes multinacionales ni el gobierno de España ni el de la Unión Europea van a sacarnos de ésta.  Solo pueden sacarnos 500.000 nuevas PYMES y autónomos que sustituyan a los 500.000 que el tsunami de la crisis se llevó.

Saludos a todos.

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branded content emprendimiento innovación

¿En qué fallan las agencias? 5 caminos hacia la nueva publicidad

Renovarse o morir

El modelo de negocio de las agencias de publicidad está llamado a reorientarse profundamente.  Renovarse o morir.

Reset

El creciente desinterés de los consumidores en los anuncios es consecuencia de la fragmentación de las audiencias y la llegada de nuevos dispositivos tecnológicos que nos permiten "autoprogramar" aquellos contenidos que queremos ver, donde y cuando queremos verlos y frecuentemente, libre de interrupciones publicitarias.  La tozuda persistencia en un modelo basado en eso: en interrumpir y en repetir, nos hace darnos de cabeza con la desconfianza de los anunciantes, más necesitados que nunca de justificar el ROI de cada céntimo que invierten en comunicar sus marcas. 

Una parte de la profesión (gente tan prestigiosa aquí como Toni Segarra, o en Estados Unidos como Jeff Hicks de Crisping, Porter y Bogusky), está convencida de la necesidad de un profundo cambio de orientación. Que lleve a la publicidad a convertirse en algo que el usuario quiera recibir e incluso busque proactivamente (como lo hace con los contenidos), en lugar de algo que aborrece y desea esquivar.

¿Qué buscan realmente los anunciantes?

Engagement

El estudio de Grupo Consultores "Content Scope 2013" (una encuesta realizada entre 142 ejecutivos de Marketing, pertenecientes a los top 800 anunciantes según el ranking Infoadex 2013) en el que tuve la oportunidad de participar hace unos meses, nos aporta algunas claves.  

  • El 81% de los encuestados piensan que el "engagement" es el principal objetivo para el que los contenidos de marca ofrecen una respuesta eficaz.  En este sentido, deduzco que los anunciantes comienzan a ser cada vez más conscientes de la las limitaciones de la publicidad, capaz de generar picos de notoriedad para sus marcas, pero ineficaz a la hora de generar engagement.  Y cuando hablo de engagement no lo hago en un sentido táctico: las marcas no ganan nada con coleccionar followers o likes en redes sociales.  De hecho ambas cosas requieren muy poco esfuerzo y son más bien gratuitas.  Hablo de engagement en un sentido estratégico: engagement es involucrar a tu audiencia hasta el punto de convertir a tus clientes en fans de tu marca.
  • Casi 3 de cada 5 de estos anunciantes declaran haber realizado acciones de Branded Content.  Pero casi un 40% de ellos no cree que esas iniciativas sean importantes en la estrategia de la marca.  Paradójico: ¿contar la historia de la marca de la que el usuario debe enamorarse no es estratégico?  Entonces, ¿qué es estratégico?
  • Sin embargo, observo que existe un gap gigantesco entre la percepción que los marketinianos tienen sobre el carácter intrusivo de la publicidad tradicional, y la percepción que tienen los consumidores.  Me explico: el 41% de los anunciantes opinan que el consumidor tolera bien la publicidad.  Enmis propias investigaciones, he detectado que tan sólo un 5% de los individuos lo hacen.  Mucha diferencia, ¿no?
  • Por último, existe una gran confusión respecto al modelo de agencia a la que recurrir. Agencias "creativas" (me pregunto qué agencia puede dedicarse a esto sin aplicar la creatividad a su trabajo…), compiten con agencias de medios, incluso lo hacen con productoras o medios (carentes ambos del know how necesario para asesorar a la marca en el ámbito de la comunicación).  Y si me permitís añadirlo, veo menos espíritu de colaboración del que me gustaría: simplemente porque cada cual prefiere ocultar sus carencias (las agencias de publicidad no saben de entretenimiento y las productoras no saben de branding) en lugar de paliarlas con la ayuda de un partner.

En definitiva, percibimos la necesidad de apostar por una publicidad no intrusiva (sea lo que sea eso…), pero de momento nos limitamos a hacer pruebas con gaseosa.  No vaya a ser que por dejar de concentrar los recursos en lo mismo de siempre, si no nos va del todo bien, nos quedemos con el trasero al aire.  Más vale lo malo conocido…

¿Y qué les estamos ofreciendo realmente? 

Hace un par de años tuve la ocasión de palpar estas realidades en dos proyectos de reposicionamiento de dos agencias que me pidieron ayuda.  En aquel momento realizamos un análisis del sector, identificando un amplio grupo de 55 agencias a las que estudiamos a fondo.  Las conclusiones a las que llegamos en nuestro intento por encontrar ámbitos de especialización y diferenciación entre las agencias fueron estas:

1. De espaldas al consumidor.  Si la comunicación del futuro es exogámica (su epicentro debe residir en el consumidor y no en la marca), en casa del herrero, cuchillo de palo.  Porque la comunicación de las agencias es mayoritariamente endogámica: yo, yo, yo, mis proyectos, mis clientes, mis soles o leones, pero ni media palabra sobre cómo palpo lo que el target quiere cuando desarrollo una campaña.

2. El síndrome del hombre orquesta.  En la era de la micro-segmentación, la mayor parte de las agencias no apuestan por la especialización en ámbito alguno.  En lugar de buscar labrarse un poisicionamiento diferencial en un ámbito concreto, se convierten en médicos de cabecera que entienden de todo, que saben de todo, que pueden aportar valor en todo.  Y  eso ya nadie se lo cree.

3. Relacionado con lo anterior, la comunicación de las agencias estudiadas muestra mensajes difusos que no ayudan a clarificar en qué son realmente buenos: hay tantas ofertas que éstas terminan compitiendo entre sí.  En un mundo sobresaturado de ruido, la publicidad de las propias agencias no hace sino sumarse a ese gran estruendo publicitario.

4. ¿Dónde están las personas?  En un negocio de servicios que se nutre fundamentalmente de dos cosas: los procesos y la calidad profesional de las personas, no vimos ni media palabra sobre los equipos. ¿Quiénes son?  ¿En qué son buenos? ¿Qué tipo de know-how podemos aportar a los clientes?

5. ¿Dónde está nuestra generosidad?  En un mundo sobresaturado de información donde estamos hablando de la importancia que tiene ofrecer contenidos de valor en lugar de promesas comerciales, las agencias nos olvidamos (una vez más) de lo que predicamos, y soltamos discursos vendepeines en lugar de ser generosos compartiendo lo que sabemos.

Algo de autocrítica, por favor? 

Reviso estos hallazgos y pienso en que necesitamos grandes dosis de autocrítica: 

  • Para hablar menos de nosotros y de los premios que ganamos y más del consumidor a quienes nos dirigimos.  Blogs como el admirado (y con razón) ETC de Territorio Creativo, nos demuestran que la mejor manera de vender es demostrar un know how, compartiendo contenido útil con generosidad y sin miedo.
  • Para especializarnos: nadie puede ser todo para todos.  Ni en gran consumo ni en publicidad. Cherchez le creneau, decían Ries y Trout en "Posicionamiento".  Busquemos el hueco: con un sector publicitario en profunda reconstrucción, es el mejor momento para buscarlos, identificarlos y capitalizarlos.  Me gusta, por ejemplo, WayToBlue, una agencia centrada en la comunicación en los sectores de cinematográfico y de videojuegos con la que he trabajado recientemente.  Me gusta Millenium,una una agencia británica especializada en individuos de más de 50 años.  Me gusta Buzz Marketing Group, fundada por una joven empresaria a los ¡veinticuatro años!: a través de un ejército de más de diez mil chicos y chicas desplegados por todo Estados Unidos, ofrece a sus clientes un altavoz permanente de las conversaciones entre chicos de 18 a 25 años.  Y ya que estamos, aunque tenemos un montón que mejorar también me gusta mi empresa, Pop UP!, la única que en España atesora 15 años de experiencia real en Marketing por un lado y música por otro. 

Eso es todo por hoy, gracias por estar ahí.

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emprendimiento innovación

I AM TOGETHER: consumir juntos para lograr mejores precios

Ayer tuve la ocasión de asistir a la presentación en Madrid de "I am together" (gracias por la invitación Jesús Oliver).

I am together es el nuevo proyecto de Darius Fullanet, un ejecutivo y empresario de largo recorrido que me pareció un tipo interesante y lleno de sentido común. La cosa tiene que ver con crowdfunding y la posibilidad de conseguir buenos precios asociándonos, no para conseguir una cena en un restaurante (como es el caso de los Groupon, etc) sino para disminuir el impacto de las facturas más gordas a las que todos nos enfrentamos mes a mes (electricidad, combustible para el coche, seguros, etc.).

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¿Cómo funciona I AM TOGETHER?

El vídeo lo cuenta con total claridad.

 

I AM TOGHETHER lanzará un nuevo reto el día 1 de cada mes.  El primer reto, en el que ya podéis participar si queréis, consiste en comprar entre todos 5 millones de Litros de combustible con un descuento directo de 0,13€ por litro (esto es un 10% de lo que te gastas en carburante). El día 21 julio a las 0:00h se cerrará el plazo de compra.  El reto se culmina con éxito si se alcanza esa cifra antes de llegar a esa fecha.  En ese momento, te envían una tarjeta monedero VISA como esta con el importe reservado y una tarjeta de descuento de la red de Estaciones de Servicio adheridas al reto.  Esta tarjeta puede ser recargada cada mes con el importe que desees para disfrutar de los descuentos al instante.

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Si el reto no se alcanza, se devuelve íntegramente su reserva al usuario.

A este primer reto seguirán otros, siempre relacionados con las principales partidas de gasto del hogar.

Un proyecto a favor de tendencia

Subirse a caballo ganador siempre es un acierto para una start up.  En este caso, veo dos fenómenos que juegan muy a favor de esta iniciativa:

  1. El auge del crowdfunding en España con cerca de 20 millones de euros recaudados en distintos proyectos el pasado año.  España, por nuestro carácter sociable y la gran penetración de las redes sociales entre los internautas, es un hábitat óptimo para este tipo de plataformas.   Estos patrones de comportamiento son aceleradores del boca a boca y potencian la notoriedad y la participación en los proyectos.
  2. La crisis, instalada no sé si más en nuestras mentes que en nuestros bolsillos, que provoca que todos (de un modo u otro) busquemos activamente formas de sacarle el máximo partido a nuestros euros.  Como apunta Fullanet, I AM TOGETHER es una idea 100% pragmática, ya que nos ofrece la posibilidad de ahorrar dinero, no en utensilios inservibles o en una cena esporádica, sino en las facturas que más nos afectan en el día a día. 

Por estos dos motivos y por la ilusión que se percibe en la iniciativa, les auguro mucho éxito.  Les seguiremos de cerca.

Un saludo a todos

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emprendimiento negocios

4 clientes para los que no te interesa trabajar: ¿les reconoces?

Toxic
Que tu cliente sea el centro de tu negocio es un mandatorio.  Pero que además se convierta en una pesadilla, es una indeseable realidad para muchos negocios B2B.  Especialmente si tu facturación se concentra en un pequeño número de cuentas.

Conozco mucha gente que trabaja en agencias, asesorías y consultoras de distinto tamaño. Yo mismo trabajé en dos grandes agencias como Leo Burnett y Grey durante casi 10 años.

Lamento sonar apocalíptico cual Gay de Liébana en "La Sexta Noche", pero con la economía en la UVI, los clientes escasean y las relaciones se tuercen y desequilibran.  Muchos clientes, conscientes de que hay otras 200 agencias aporreando la puerta, tratan a sus proveedores como jamás tolerarían ser tratados.  Exprimiéndoles como a un limón (e.d. clavándoles un tenedor hasta dentro).  A este tipo de gente convendría recordarles que la esclavitud se abolió en España en 1837.

Trabajando en agencia, a menudo tenía la sensación de que, cuando la relación con un cliente iba bien, no se debía tanto al nivel de servicio prestado sino al celofán con el que revestíamos ese servicio. Este fue el principal motivo que me llevó a abandonar el mundo agencia: no me interesa un trabajo donde consigo más yéndome con mi cliente de copas que trabajando.

Así que he decidido escribir 4 retratos de 4 clientes, que con nombres y caras diferentes, me he encontrado un montón de veces.

1. El cliente vampiro

El que te chupa la sange.  El que piensa que tus propuestas nunca son suficientemente buenas, que tus precios son demasiado caros, que tu equipo es demasiado junior, que quieres engañarle, que prestas más atención a los otros clientes…  

Nunca es suficiente.  Nunca lo has hecho bien.  Nunca tienes la certeza de que le has fidelizado.  Cualquier otro es mejor que tú.  Y trabajas en un estado de tensión constante.  Lo normal es que ni siquiera te permitan ganar dinero, porque su concepción de partida es que tu trabajo es una m. y por tanto no mereces obtener un margen sobre él.

Hace poco conocí a alguien así, llevado al extremo más enfermizo y por eso te lo digo claramante: son los peores.  Gente desconfiada, egocéntrica y asocial. Jamás llevarás a buen término una relación de este tipo, de modo que, si no puedes encontrar un interlocutor más equilibrado en esa empresa, intenta quitarte a ese cliente de encima en cuanto tus finanzas lo permitan.  Puedes llegar a perder no solo la paciencia, sino muchísimo dinero.

2. El cliente "pájaro loco"

Recuerdo que el primer feedback que le di a mi agencia cuando llegué a ser Brand Manager de NIVEA for Men procedente de otra agencia, fue un completo caos:  mis comentarios eran casi más largos que la guía de cuidado masculino a la que se referían.

Cuando alguien te dé un debrief semejante, no pienses en lo meticuloso que es.  Piensa que no sabe (como era mi caso en aquel momento).  Las parrafadas llenas de ideas inconexas (el discurso del "pájaro loco") es solo un recurso para quien no sabe reorientar con madurez un trabajo mal enfocado.

Procura hacer lo que me hicieron a mí en aquel momento: puentearle sigilosamente hasta encontrar a alguien con criterio que pueda encauzar bien el trabajo.

3. El cliente "viuda negra"

Recuerdo un tipo que trabajaba en una gran fabricante al que mi agencia prestaba servicios.  Omito el nombre por la pereza que me daría reencontrarme con él aunque fuese digitalmente.  Un tipo que me engañó durante un par de semanas por su hiperactividad y su charleta cargada de anglicismos.  A nada que empecé a rascar la superficie, me di cuenta de que su prioridad no era desarrollar el mejor trabajo posible con la ayuda de mi trabajo y el de mi equipo, sino salvaguardar su poltrona.  A toda costa.

Este tipo de individuos harán cualquier cosa por demostrar a los demás que lo controlan todo y a todos, que son mejores que tú y que podrían prescindir de ti en cualquier momento. Pensamiento que es absurdo: un proveedor no debe ser mejor ni peor que tú.  Debe ser complementario, para que tú puedas centrarte en las actividades clave de tu negocio.

Si la relación se sustenta en que mantengas un "perfil bajo" (low profile, como dicen los ingleses) para no robarle protagonismo, la cosa no funcionará.  En ese caso tus alternativas siempre son funestas:  o haces un trabajo gris para no destacar o intentas dar el máximo y le incomodas hasta que te intenta quitar de en medio.   No hay victoria posible.

4. El cliente ministro

Este es el que está siempre liado y nunca tiene tiempo para ti.  No te coge el teléfono.  No contesta a tus mensajes ni a tus mails.  No te permite que llegues ni 5 minutos tarde a una reunión pero a él si se le tolera que olvide por completo una cita.  Te desollará vivo si te retrasas un día en un timing, y sin embargo tiene bula para retrasarse en sus respuestas cuando le salga del pie.

Consecuencia: tu agenda está en sus manos.  Porque decide cuando se habla, cuando se calla, cuando se avanza y cuando las cosas se quedan paradas sin motivo.  No mereces excesivos briefings sobre la marca, el negocio o el trabajo concreto que debes acometer.  No mereces feedback sobre un trabajo que has presentado: mereces esperar.   Y general, no te queda otra que buscarte la vida para sacar el trabajo en un mar de incertidumbre.

¿Qué hacer?

Es cierto que una relación personal, en cualquier ámbito, requiere siempre ciertas dosis de empatía.  Que en un negocio como una agencia o consultora, trabajas con personas y debes tolerar comportamientos a veces injustos o erráticos.  Una cosa es esa y otra muy diferente es arruinar tu estado anímico o tus finanzas como consecuencia de tratar con uno de estos clientes.  Piensa cuál es tu caso:

  • Si tienes un problema que crees difícil de resolver con uno de tus clientes, intenta romper con él lo antes posible.  Lo sé, la idea de auto-despedirte de una parte de tu negocio con la que está cayendo puede parecerte ilusoria.  Es verdad que tu liquidez probablemente no te permita tomar una decisión así en el corto plazo.  Por eso mismo debes ser previsor: intenta actuar proactivamente y con tiempo.  Plantéate distintas áreas de negocio y acércate a distintos clientes entre los que repartir tu riesgo.  En Pop UP, por ejemplo, no trabajamos tan sólo en proyectos de contenido para marcas, sino que promovemos eventos musicales y seguimos teniendo nuestro propio sello.  En general, te recomiendo que no permitas jamás que un solo cliente represente más de un 30% de tu facturación
  • Pero ojo, si todos tus clientes te parecen así, a lo mejor el problema lo tienes tú.  Si todos te aprietan (en tu opinión) irracionalmente, si todos te exprimen, si te privan de información… es posible que no estés aportándoles el valor que esperan de ti y sean ellos los que te quieren quitar de en medio.  ¿Solución?:  apórtales más valor.   Cuando alguien no te valora es porque no le demuestras autoridad en ningún campo específico, quizá porque intentas ser bueno en todo.   ¿No estarás pretendiendo (como tantas agencias de la vieja guardia), comportarte como un médico de cabecera que pretende dar consejos a todo el mundo pero no es especialista en nada?.  Si la respuesta es sí, quizá debas recular y buscar tu nicho (¿no es esta la primera lección de cualquier curso de Marketing?): esto equivale a hacerte fuerte en un campo donde tu autoridad resulte incontestable.  Puede ser una modalidad de comunicación, un target, un sector…

Con todo, he de decir que durante mi carrera también me he encontrado con gente que posee la lucidez para inspirarte, la compresión para entender que al final el error siempre acaba produciéndose (somos humanos) y la generosidad de saber recompensarte cuando lo mereces.  De hecho con varios de ellos tenemos la gran suerte de trabajar ahora mismo. 

Saludos a todos.

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desarrollo personal emprendimiento

La pregunta clave para diferenciarte no es «qué haces» sino «por qué lo haces».

Esta mañana hemos estado hablando en una entrevista sobre lo difícil que a veces resulta transmitir el modelo de negocio de una
empresa que empieza a sus potenciales clientes.  Relatar de forma concisa a qué te dedicas y lo que puedes ofrecerles es casi el primer paso para echar a andar.

Lo
que haces

Es lo que los expertos en estrategia empresarial (que me aburren bastante) llamarían “misión” de la empresa.  Se trata
de definir el negocio al que se dedica la
organización, y (esto ya es para nota), las necesidades que pretende cubrir con
sus productos y servicios.

Aquí tenéis tres ejemplos de los cientos que
podéis encontrar fácilmente en Internet. 
Parece que tener una misión en la web corporativa es algo muy socorrido:

  1. Gas Natural: la Misión del Grupo Gas Natural es
    atender las necesidades energéticas de la sociedad, proporcionando a sus
    clientes servicios y productos de calidad respetuosos con el medio ambiente, a
    sus accionistas una rentabilidad creciente y sostenible y a sus empleados la
    posibilidad de desarrollar sus competencias profesionales.
  2. Iberiaes ofrecer servicios de
    transporte aéreo, aeroportuarios y de mantenimiento de aeronaves que satisfagan
    las expectativas de nuestros clientes y creen valor económico y social de
    manera sostenible.
  3. Apple: Apple designs Macs, the best personal computers in the world, along with
    OS X, iLife, iWork and professional software. Apple leads the digital music
    revolution with its iPods and iTunes online store. Apple has reinvented the mobile
    phone with its revolutionary iPhone and App Store, and is defining the future
    of mobile media and computing devices with iPad.

¿Por
qué lo haces?


Future
Sin embargo, la esencia de la empresa opino que
nunca está en ese tipo de definiciones de consultor, relacionadas con lo que haces

Más allá de la actividad que realizas en el día a
día, lo que te va a diferenciar de tus competidores es ese motivo, propósito o razón
de ser de la empresa
: y esto me vale tanto para grandes marcas, como para un
pequeño negocio.

No sé qué os habrán parecido esas misiones empresariales,
pero lo verdaderamente importante no es que las enmarquen y coloquen en la
recepción de la empresa, o en los despachos de sus ejecutivos, sino que ese
modus operandi permee todas las arterias de la empresa
(su gente, sus procesos
y su comunicación externa).

Este objetivo común es lo que hace que nos mole
trabajar en una empresa: ese momento mágico en el que estamos identificados
personalmente con lo que la empresa hace y ofrece, con su “sueño”.  
Y para llegar a este objetivo común, opino que
debemos responder honestamente a la pregunta ¿por qué lo haces?

¿Por qué hacemos lo que hacemos?

¿Qué pasaría si hiciésemos esa pregunta a Gas
Natural, a Apple y a Iberia? 
Hipótesis:

  1. Gas
    Natural
    tendría la oportunidad de añadir matices a una
    misión que a mí me parece monolítica, explicitando cuáles son los motivos que
    lleva a la marca a ejercer su actividad en el mercado.
  2. Iberia
    se vería obligado a dar un paso más, y salir de esa misión cliché que cualquier
    otra línea aérea podría firmar.  Y especificar,
    cómo quiere mejorar su experiencia de moda que ello revierta positivamente en
    las vidas de sus usuarios.
  3. Apple nos hablaría de su sueño de liderar la evolución de la tecnología para que ésta sea cada vez más accesible a las personas hasta convertirse en una experiencia útil en muchos órdenes de nuestras vidas, en casi cada momento del día (trabajo, música, contenidos audiovisuales, lectura…).

¿No pensáis que sin estas reflexiones, las
misiones que hemos visto más arriba se quedan convertidas en brindis al sol?
 

¡El
por qué puede mantenerte a flote!

Estoy profundamente convencido que el reto de tu
marca siempre tiene que ver con ser capaz de responder a esa pregunta.

Me gusta mirar al batacazo más grande de mi
carrera
, del que hablé en mi primer libro, para encontrar un ejemplo.  Nuestra cadena de hostelería, que llegó a facturar
cerca de un millón de euros y contar con más de 20 empleados, cometió un error de bulto. Creo que definimos a la perfección nuestra
actividad
(ofrecer comida rápida y sana a ejecutivos en el centro de las
grandes ciudades) pero nos olvidamos de que el "por qué" era más importante todavía que ese "qué".

Realmente, sí teníamos un por qué.  Que era tan pragmático como “forrarnos
por el camino”.  Esto puede ser un por qué pero por sí sola no es una convicción que pueda guiar el cómo haces tu trabajo.

Y en ausencia de una potente convicción detrás de la actividad
(que quizá debió haber sido algo parecido a cuidar de nuestros clientes al mediodía “con el
cariño de una madre” para que comiesen igual de bien y equilibrado que en casa),
el barco se fue a pique rápidamente en
cuanto el mar se puso bravo.

Estoy igualmente convencido de que estas convicciones (de haber existido) nos
habrían permitido reforzar el valor prestado a los clientes en los restaurantes
.  Ya que en épocas de turbulencias (el negocio
se fue a pique en 2009, cuando la crisis nos estaba ya azotando con toda su
fuerza), las necesidades de los clientes se reconfiguran, al igual que la
elasticidad de los bienes que comercializas. 
La contracción en el consumo hace que lo que antaño era un producto bien
valorado, sin sustitutos perfectos y por tanto teóricamente inelástico a
variaciones de precio, se transforme en un pseudo-comodity de forma que una
gran parte de los clientes te abandonarán por cualquier oferta similar que sea
más agresiva en precio.

Eso es todo por hoy: aconsejo dedicar tanto tiempo (o más) en escarbar bien y descubrir si realmente hay un motivo para lo que haces, detrás de eso que haces…