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Si es simplemente «publicity», deja de llamarle «Branded Content»

Un par de veces entre semana compro la prensa de la tierra (La Voz de Galicia) para enterarme de lo que sucede por allí.  Hace unos días las páginas de La Voz me arrojaron dos impactos de marca completamente diferentes entre sí que me permiten hacer una reflexión sobre las noticias/notas de prensa/redaccionales que las marcas suelen enviar a los medios.  Y lo que éstos finalmente publican.

¿Por qué lo llamamos Branded Content cuando queremos decir publicity?

El publicity de toda la vida era un juego muy sencillo (encillo de explicar; no tanto de ejecutar).  Consistía en paquetizar nuestra información de marca (un lanzamiento, una promoción, una colaboración con un celebrity, un redaccional sobre nuestras raíces…) y enviarla a los medios haciéndola lo más atractiva posible de modo que éstos accediesen a publicarlo sin coste como parte de su contenido editorial.  El publicity se integraba dentro del contenido de la revista o periódico con total normalidad, es decir, no se advertía a los lectores que la fuente de la cual procedía la noticia o artículo, era una marca.  

Este es el primer impacto de Vaughan en el periódico (si hay alguien que no le conozca, hablamos de Richard Vaughan, el empresario que en los últimos años ha dinamizado como ningún otro el aprendizaje del inglés en España):

Publicity vaughn

Como podéis ver esto no es otra cosa que publicity: de hecho es un pedazo de publicity, una página entera.  En líneas generales, siempre nos hemos dado con un canto en los dientes si éramos capaces de lograr una columna o una pequeña nota de prensa.

Como puedes ver ampliando la imagen, el texto nos "vende" las características del sistema de aprendizaje de idiomas de Vaughn y las razones por las cuáles nos conviene seguir uno de sus cursos.  En suma, hablamos de un texto comercial.  Puede interesarnos o no, pero estaremos de acuerdo que no se trata de un contenido de valor informativo sobre el aprendizaje del idioma inglés (el ámbito de este artículo).

La utilidad convierte al publicity en contenido

Unas páginas más adelante, descubro una segunda reseña de Vaughan en el periódico.  En esta ocasión se trata de una ficha con la que puedo practicar (directamente del periódico y sin necesidad de entrar en ninguna web ni hacer ningún tipo de gestión adicional) el inglés básico que necesito para hacerme entender una fiesta.  Hay un preámbulo gramatical, una serie de frases clave y una parte de vocabulario.

Ficha

Fijaos dónde radica la diferencia: precisamente en la utilidad.  Si la ficha me sirve para conocer palabras que no conocía, incluso para refrescar cosas que había olvidado, eso equivale a decir que es un "microcurso" de idiomas en sí mismo.  Es decir, es un contenido por el que yo estaría dispuesto a pagar en otras circunstancias. ¿O no pagaríais muchos de vosotros por un profesor particular o por una telesesión donde os enseñasen eso mismo?

¿No es sencillo entenderlo así?:

  • Si lo que cuenta la marca es de utilidad para la audiencia, es un contenido.  Tan útil o entretenido para un lector como la sección de Deportes, Local o de Sucesos de ese mismo periódico.  Como el contenido procede de una marca, podemos llamarle "contenido de marca"  (o si os empeñáis "Branded Content").
  • Si la marca se limita a contarnos una novedad, una oferta o una noticia suya, que es importante para el fabricante pero no lo es tanto para nosotros, de modo que no llegaríamos a pagar por conocerla, entonces hablamos de publicity, de una simple reseña de marca.

¿Por qué entonces preferimos complicarlo?

Hacer un mal uso de las palabras puede tener consecuencias bastante más graves de lo que parece. Cuando al publicity de toda la vida le llamamos Branded Content estamos añadiendo más confusión a un ámbito ya de por sí bastante repleto de definiciones erróneas, opiniones confusas, debates y opinadores irrelevantes.  

Y esa confusión contribuye a ralentizar la necesaria transición hacia una comunicación publicitaria no intrusiva.  Necesaria e inevitable, porque es el consumidor quien nos la exige.  ¿Quiénes somos nosotros para darle al consumidor lo contrario de lo que nos está pidiendo?  ¿Pensamos que acaso vamos a sobrevivir así?

Señor Vaughan: excelente iniciativa la de "regalar" una muestra de su producto, permitiendo a sus clientes potenciales experimentarlo, en lugar de hablar de él por medio de promesas publicitarias, en cuyo caso solo podrían imaginarlo.

Saludos a todos.

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¿Cómo conseguir una campaña de tele en prime time sin pagar ni un duro?

Deja de pagar por espacio en los medios.  En 4 sencillos pasos:

  1. Piensa en una idea que te permita comunicar tu marca en un contexto de entretenimiento.  Hace años Gillette parecía obcecada en una escalada con Wilkison para ver quien conseguía añadir más hojas a las maquinillas (primero fue la maquinilla de doble hoja, luego la Match 3 de Gillette, luego la Quattro de Wilkinson y luego la Proglide).  El resultado esperado en una pugna tan irrelevante fue que el consumidor terminó por aburrirse y se acabaron viendo beneficiadas las maquinillas desechables. El valor de una marca tan grande como Gillette no puede depender del número de cuchillas en su maquinilla, sino de apropiarse de un territorio propio que sea reconocible, apropiable y narrable en un contexto de entretenimiento. Este territorio es "stop al hombre lija" (ya os hablé sobre este concepto hace unos meses): las chicas están hartas de que las pinchemos con nuestra típica barbita de varios días. Siempre me ha parecido un hallazgo por su contenido en ironía, un componente habitualmente ajeno a los anuncios.
  2. Desarrolla tu propio contenido de marca. Lo del hombre lija puede dar para mucho:  un club de fans (mira su Facebook), una mini-serie, etcétera.
  3. Y cuenta tu historia poco a poco para provocar el engagement de tus clientes.  Esto es lo que habrás oído llamar storytelling
  4. Si tienes todo lo anterior y tu contenido es capaz de ofrecer un gran valor como entretenimiento, seguro que eres capaz de detectar alguna oportunidad para multiplicar la audiencia de tu historia.  Aquí está la oportunidad de Gillette: la noticia número 1 en los informativos estos días, el próximo clásico Madrid-F.C. Barcelona, vivido por dos de sus protagonistas: Arbeloa y Busquets.

 

Me encanta: tiene todo lo que el mundo de la comunicación en el que trabajamos necesita:  divertimento real, frescura, imaginación…

Y ha salido en los telediarios de TODAS las cadenas grandes esta semana… sin que Gillette pague ni un duro por ese minuto.  Normal: todas tienen espacios deportivos que duran un mínimo de media hora y necesitan rellenarlo con todo el contenido orginal que pueden. 

Por su parte, el consumidor se traga el corte con los ojos abiertos como platos:  ¿pasaría eso con un spot?  Y otra pregunta: ¿pensáis que se comparte más un vídeo como este o bien un spot?

Gracias a Gillette por mostrarnos lo fácil que parece hacer esto: aunque en la realidad no lo sea tanto.  Saludos a todos.

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Abercrombie: el peligro de tener una marca exitosa pero vacía

Parir una marca mirando mi propio ombligo

Me encuentro un artículo en El País sobre la próxima apertura de la primera tienda de la marca de moda Abercrombie & Fitch en Madrid.

Abercrombie lona
A menudo pienso que mucha de la gente que trabaja en moda debe creer realmente que los consumidores somos gilipollas:

  • Que para engatusarnos basta con elegir al modelo/la modelo más macizo/a, sacarle una foto, pegarle el logo encima y empapelar nuestra ciudad de carteles.
  • Que atraer la atención con un sugerente desfile de torsos desnudos es todo lo que se necesita para consolidar la relación de la marca con sus fans.  Recurro a una cita del gran Leo Burnett que ya he utilizado otras veces en este blog:  "si quieres resultar notorio, sal a la calle con un gorro de plumas; serás notorio, pero también serás ridículo".
  • Que lo que verdaderamente importa en moda no es apostar por marcas que aporten beneficios racionales y emocionales reales al consumidor (marcas nítidas que éste quiera incorporar a su repertorio, porque le ayudan a definirse y a significarse en su grupo de referencia).  Lo que importa es imponer el criterio visionario del diseñador:  él decide cómo ha de ser el producto, la comunicación, el punto de venta. Y mágicamente, como en el flautista de Hamelin, los consumidores acudimos a su llamada y le seguimos como ratas hipnotizadas.

¿Hacer marketing sin entender lo que significa?

Además, en este caso el responsable de las relaciones con inversores de Abercrombie, se despacha a gusto diciendo: "consideramos que nuestro marketing es la experiencia en la tienda".

Alguien debería explicarle que la experiencia en la tienda puede ser una estrategia de comunicación o incluso de engagement, pero que el Marketing es un sistema de gestión, un modo de dirigir la empresa, orientándola a la satisfacción de necesidades de los clientes.  El Marketing no sólo tiene que ver con comunicar: tiene que ver con gestionar.

Puedes pegar un petardazo, pero si tu marca esta vacía, tus clientes se irán con el siguiente en pegar otro petardazo

Una marca sostenible debe prestar toda su atención a dos tareas:

  1. La de captación, para llenar las tiendas de consumidores y
  2. la de fidelización, para evitar que esos consumidores se arrojen en los brazos de la siguiente marca que abra una tienda repleta de modelos más macizos todavía.

No me consta que Abercrombie haga una apuesta nítida por un territorio de marca propia.  Ni mucho menos que sea capaz de generar un contenido útil y potente que emane de este territorio.

Es un notable problema que se da en nuestras vidas cotidianas:  la imagen que damos no tiene por qué coincidir con lo que los demás perciben.  Y lo que importa es lo que los demás perciben, no lo que nosotros creemos comunicar desde nuestra subjetividad.  Con las marcas sucede lo mismo: no dudo que sus diseñadores tengan meridianamente claro en su cabeza cómo quieren posicionar esta marca que llega a Madrid en medio de un gran estruendo de publicity.

Pero lo importante no es lo que esté en sus cabezas, sino en nuestras cabezas.


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Aplauso para Pikolín: ¡esto sí es una marca con contenido!

Acustica

Viendo el Telediario de Cuatro, me encuentro con un breve reportaje sobre un experimento a cerca del efecto del ruido sobre el sueño.  Un voluntario se somete a un experimento en el que debe intentar conciliar el sueño en una de las zonas más ruidosas de Madrid (Nuevos Ministerios). Su cama está en un pequeño espacio tuneado con logos de Pikolín hasta arriba.

Calculo que este contenido habrá llegado fácilmente a un millón de televidentes en toda España, (y llegará a más en cuanto salga en los Telediarios de las otras cadenas), de modo suave y no intrusivo.  Un doctor explicaba los efectos del ruido sobre el descanso así como la metodología del estudio. 

Este experimento sucede a uno anterior en el que Pikolín insonorizó un edificio real de Madrid al objeto de demostrar las ventajas para el sueño de un entorno acústico soportable.

Se trata de la "campaña por la salud acústica" un inteligente acción con la que Pikolín consigue:

  • Desarrollar sus raíces de marca en el terreno de lo emocional.  Una marca de colchones hoy día ya no puede sostener su ventaja competitiva en un atributo racional de tipo tecnológico.
  • Subrayar su expertise como empresa que te permite conciliar el sueño en las mejores condiciones posibles.
  • Asociarse con una tendencia emergente como la eco-consciencia, un filón de futuro para las marcas que sepan aproximarse a él creíblemente y sin parecer oportunistas.
  • Y sobre todo, dotarse de un contenido interesante y útil: la mejor prueba de ello es que los saturadísimos Telediarios donde todo el mundo quiere entrar sin pagar, le den cabida a Pikolín.

En este link podéis ver todo el histórico publicitario de la marca, que ha evolucionado desde un posicionamiento centrado en aspectos técnicos (2006: firmeza adaptable) a uno claramente emocional (primero "el colchón solidario" en 2007 y ahora centrado en lo medioambiental).

Bien planteado, un diez para Pikolín y un ejemplo interesante para que muchas otras marcas aprendan.