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Heineken Crack the Case: conviértete en 007

Me ha llamado la atención un banner que he encontrado ¡en una página de traducciones inglés-español! que me ha conducido a la home de Heineken.

Allí, me he encontrado con esto: 



Crack the case

El reto consiste en seguir una serie de pistas por Madrid para localizar una maleta. 

En la página existen dos links más: uno para registrarte (unirte al "Intelligence service") y otro con una serie de mapas y pistas para ayudarte a completar la misión.

Los ARG (alternative reality games)

Hace unos meses Antonio Castelo (alma mater de Papanatos) me habló de los ARG, cómo él los entendía y la utilidad que les veía para potenciar la visibilidad de una marca y el engagement con los fans.  En aquel momento consideramos un ARG dentro de la campaña de promoción de uno de nuestros grupos en Pop UP Música.  La idea era utilizar el mundo real como una plataforma transmedia más, con la ventaja de que en una actividad real, a diferencia de los medios tradicionales y casi siempre de los digitales, los acontecimientos dependen de las decisiones y acciones de los participantes.  El reto, suficientemente accesible como para incitar a la participación y suficientemente oculto como para gratificar la pericia de unos pocos ganadores, es como una tarea de arqueólogo: descubrir un objeto oculto siguiendo una serie de rastros.

Al ver este caso de Heineken, me vienen a la mente estas reflexiones:

  • Que una marca, aunque adolezca en un momento dado de un territorio propio con el que construir su contenido, siempre puede enriquecerlo asociándose con un contenido de referencia para los fans: en este caso la película 007.  (Para los que no lo hayáis visto todavía, recientemente he publicado en este blog un e-book -gratis ;)- que apunta 10 rutas diferentes para desarrollar una línea de contenido propio).
  • Que no tiene por qué hacerlo de un modo pasivo (product placement), sino que puede servirse de esta asociación para elaborar su propia historia a medida.
  • Que la mejor manera de capitalizar esta historia es hacerla real, llevarla a la calle de modo que los consumidores puedan participar en ella.  En mi último artículo decíamos lo mismo del proyecto Red Bull Stratos, cuando una marca supera el test de la realidad, se hace mucho más potente que cuando la miramos con escepticismo desde el otro lado de los bloques publicitarios.

Lo digo abiertamente, me encanta.  Me parece una notable aportación de valor a los consumidores: entretenimiento en estado puro (para quien quiera participar, obviamente) con un nivel de involucración presumiblemente altísimo y en tiempo real.  Pero asumo que se encontrará con grandes obstáculos para llegar a un nivel de ejecución excelente.

Tres grandes retos de los ARG

  • La logística: las marcas siempre han concentrado sus recursos en los medios (producir un único anuncio e invertir para difundirlo a través de los medios).  Cuando tu anuncio es una acción a pie de calle donde esperas que el boca a boca lo genere el propio consumidor, debes concentrar tus recursos en la producción: la experiencia debe ser fantástica, nada puede fallar.  No es sencillo encontrar proveedores que entienda esta complejidad y sean capaces de responder a ella.
  • La participación: tanto rollo para… nada si no llegamos a un mínimo umbral de notoriedad y de participación.   Partir con una masa crítica de seguidores en redes sociales como la que disfruta Heineken, seguro que les ayuda: la marca cuenta con más de 8 millones de followers en Facebook.  Y aquí lo tenéis: la actividad en primer plano.
  • El feedback: como en toda acción de comunicación, pretendemos llevar de la mano al consumidor hacia la parte derecha del embudo de fidelidad.  Cuando ponemos en marcha una acción de este tipo, es imprescindible que el hilo narrativo se desencadene, en otras palabras, que éste vea la acción en todo su conjunto.  Frecuentemente, en este tipo de acciones a pie de calle, los consumidores sólo vemos una parte de la historia, y su desenlace (ganadores, premios…) suele perderse en el olvido, con lo que el efecto de la acción sobre la fidelización del consumidor no es completo.

El futuro del entretenimiento en el engagement del consumidor

A menudo explico a mis alumnos de Publicidad, o en debates o charlas, que este camino realmente no es difícil de encontrar.  

Lo que ocurre es que buscamos case studies en el mundo de las marcas, y la mayoría son pocos y casi todos "con gaseosa" y un alcance limitado.  

Te invito a buscar más allá.  Observa el mundo del cine (¿recuerdas el proyecto de la bruja de Blair y su poderosa fórmula de mezclar la realidad con la ficción hasta que parecían una misma cosa?), el de los videojuegos (como el clásico Majestic o I Love Bees creado como apoyo al lanzamiento de Halo2, para Xbox) o la televisión (la americana me refiero,… en España no hemos llegado a esto todavía….: como Push, Nevada, la serie co-producida por Ben Affleck donde el descubridor del misterio detrás de la ciudad ficticia que se mostraba en la serie, ganaba un millón de dólares).

Me gusta lo que está haciendo Heineken.  Y estaré pendiente de los resultados.  

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Colaboración entre marcas y grupos musicales: del patrocinio al branded entertainment

LO DE SIEMPRE: PATROCINIO (y PUNTO)

El póster que veis a continuación es uno de tantos ejemplos del tipo de patrocinio que ha servido como modelo de relación entre marcas y artistas/eventos musicales en el pasado.  La cosa funciona así:

  1. Un artista o festival necesita ingresos extra, bien para potenciar una gira, bien para lanzar un nuevo trabajo o minimizar el riesgo inherente a la venta de entradas.
  2. Se dirige a la marca con un plan pre-diseñado con equis mil impactos (calculados en general desde el desconocimiento de las métricas de branding que manejan las marcas) y le propone poner su logo en el disco, cartel de gira o evento a cambio de una aportación económica.  Tal cual.
  3. La marca acepta la propuesta diseñada por otro, que difícilmente encajará con su estrategia de comunicación, desembolsa la pasta y su logo engrosa una ristra como la del ejemplo.  ¿Tú eres capaz de ver los logos de esos patrocinadores?  ¿Y su propuesta de valor a los fans dentro del evento?  Yo no…

Festival
 

LO NUEVO: BRANDED ENTERTAINMENT

El tipo de colaboración en la que creemos en Pop Up Música tiene el enfoque inverso:

  1. Una marca quiere comunicarse con sus consumidores actuales y/o potenciales por medio de una comunicación "pull" (que éstos deseen ver).  Para ello necesita un ingrediente básico: el entretenimiento.
  2. La marca nos brifea respecto a sus valores, su estrategia de comunicación y su core target.
  3. Elaboramos un plan de creación y difusión de contenido de entretenimiento a medida para la marca con a) un contenido diferenciado y susceptible de generar un potente buzz  y b) un plan de difusión que nos dé suficiente cobertura (presencial, online, en medios masivos…).
  4. Con esto el contenido es inequívocamente de la marca:  encaja como un guante con su esencia y territorio y les hace que no tengan que competir por la atención de los fans con una larga de lista de co-patrocinadores.

Un ejemplo, del que ya os he hablado alguna vez en el blog:  los Desconciertos para Verti Seguros.  Se trata de una gira de cinco conciertos irrepetibles por la geografía española.  Los aspectos diferenciales respecto a cualquier programa estándar de patrocinio de conciertos son tres:

  1. Los conciertos son únicos: escogemos dos artistas consagrados que nunca hayan tocado juntos y les pedimos que hagan justamente eso.  Tocar juntos.  El pasado 29 de septiembre arrancaron la gira Ariel Rot y Sidonie en la Sala Penélope de Madrid.  El próximo 24 de noviembre les seguirán Amaral y Coronas en la sala La3 de Valencia.
  2. La marca no pone entradas a la venta: sólo se puede asistir por invitación participando en su Facebook, pero ofrecemos la posibilidad de verlo on line en ese mismo canal.  En este punto el patrocinio se convierte en contenido de entretenimiento y como tal, puede ser amplificado exponencialmente por los fans, sin un esfuerzo extra de la marca. 
  3. Para favorecer el engagement de los fans, los artistas realizan interacciones con estos durante el concierto:  invitan a los internautas que les siguen on line a decidir la siguiente canción que van a tocar, cómo van a comenzarla y otras sorpresas.  Incrementar la implicación/participación de los internautas estimula el recuerdo y las probabilidades de que viralicen el contenido.

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Seguiremos en esta misma línea, porque es la única en la que creemos y la única que nos parece honesta para los fans y para las marcas, que al final son las que pagan la fiesta.

Los demás, que hagan lo que les dé la gana.  Saludos a todos.

 

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Si quieres atraer a tus clientes, siéntate a jugar con ellos.

Ultimamente me encuentro con muchos artículos sobre comunicación de marca efectuada en un contexto de entretenimiento.  Parece que lo que más obsesiona a sus autores es encontrar la etiqueta más apropiada para aplicar a estas campañas.  Como si no pudiesen llamarse publicidad… Sino Advertainment, Branded entertainment, Funny Marketing… la lista es interminable.

Esto de la comunicación en un contexto de entretenimiento no es una cosa de ayer.  De hecho, lleva rondando la cabeza de los publicitarios desde que en 2004, Burger King lanzó el microsite Subservient Chicken, un trabajo de la prestigiosa agencia norteamericana Crispin, Porter y Bogusky. Un actor oculto bajo un cutre-disfraz de pollo obedece las órdenes que le quieras dar desde un cuadro de diálogo a pie de página.  

Se trataba de un microsite dirigChicken03ido a fomentar el consumo de la nueva hamburguesa de pollo TenderCrisp, un producto que se prepara al gusto del cliente, es decir, “el pollo como tú lo quieras”.  La campaña hizo furor: unos días antes de su lanzamiento, el Director Creativo de la agencia envío a veinte amigos una versión no definitiva de subservient chicken.  Al final del día, el sitio había tenido un millón de visitas.  Cuando la campaña finalizó, los visitantes totalizaban catorce millones.  Las unidades vendidas del Tender Crisp aumentaron en torno a un 10% cada semana desde el inicio de la campaña, convirtiendo a este producto en el más exitoso sándwich de pollo jamás comercializado por Burger King.  Es más, el éxito de esta acción motivó a los mandamases de Burger King a confiar en la ruta del humar por la que ahora circula su comunicación de marca.

Si en su día no viste esta campaña o lo hiciste pero la habías olvidado, probablemente te estés preguntando si realmente podemos llamar a esto publicidad.

Mi respuesta es que le llames como te dé la gana. 

Intenta venderle una idea como esta a un cliente tuyo o ponla en marcha si trabajas para tu propia marca.  ¿La diversión que aportas a tu target hace que miles de clientes se congregen alrededor tuyo y eso termina por beneficiar a tus ventas?  ¿Puedes conseguir eso en un contexto de sobre-saturación publicitaria donde nadie te oye por más GRP´s que compres? ¿Qué más da cómo le llamemos?

Invitar a los clientes a jugar con nosotros nos da tanto miedo como llamar publicidad a todo aquello que no se parezca a un spot, una página a color, una valla 8×3 o un banner.  Nos da miedo porque supone transformar nuestra profesión en algo muy diferente a lo que ha sido hasta hoy.

Nadie diría que subservient chicken es una producción a la altura de merecer el rango de publicidad.  Pero estaremos de acuerdo en que Subservient era un contenido útil que la marca Burger Kig nos ofrecía de modo gratuito.  Está ahí para hacernos reír sin pedirnos nada a cambio. Para sorprendernos y empatizar con la marca.  Si consiguen eso (parece fácil…), será más fácil que viralicemos el contenido y el guiño que la marca nos ofrece, nos lleve a acercarnos un poco más a ella.

El propio CEO de Crispin, Porter & Bogusky, Jeff Hicks declaraba que “la tarea de la agencia es lo contrario a interrumpir (a los consumidores): crear contenido que les divierta, contenido de tal valor y utilidad que los consumidores no querrían prescindir de él.”

Subservient chicken y todas las campañas parecidas en las que trabajamos y trabajaremos cada vez más, orientadas a entretener al público objetivo con el enfoque de aportar utilidad (para generar pull) en lugar de interrumpir (push), son la publicidad del futuro.

Si no queremos decir que la publicidad está muerta, porque suena muy fuerte, al menos no intentemos protegerla colgando etiquetas inútiles a este nuevo enfoque de comunicación, para preservar el halo de glamour de la vieja publicidad.  ¿Se trata o no de poner en contacto a marcas y consumidores?   Entonces hablamos de lo mismo.

¿Qué opinas tú? ¿Estarías dispuesto a participar gustosamente o pagar por una campaña de este tipo?