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Campañas publicitarias de bancos: ¿la reputación se puede recuperar con anuncios?

Un tuit del siempre inquieto @Fernando_Rivero a raíz de este artículo de Marketing News me da combustible para escribir este post, dedicado a los bancos y esta nueva oleada de inspiración publicitaria que parecen estar viviendo.

La reputación de los bancos españoles, bajo mínimos

Uno de los impecables estudios de Reputation Institute, el RepTrak, nos indica que los bancos están a la cola de las empresas mejor valoradas.  Hasta el punto de que la población española, según el CIS, considera a "los bancos" como el séptimo problema en orden de importancia entre los que existen actualmente en España.

Esta crisis de confianza, consecuencia de prácticas en relación a las cuales el consumidor se siente perjudicado y desprotegido, incluso comienza a provocar el éxodo hacia nuevos modelos de banca ética.

Durante un tiempo los bancos han permanecido alejados de los focos publicitarios.  Pero parece que esta primavera varios de ellos han decidido mover ficha…

¿Promesas publicitarias para recuperar la confianza perdida?

Permitidme que utilice sólo dos ejemplos.

Primero, el de CaixaBank:

 

He aquí la promesa:  "porque no sólo somos un banco, somos CaixaBank".  

Os propongo un ejercicio.  Volved a darle al play y ahora cerrad los ojos: ¿si alguien os hubiese pedido crear un copy bien cargadito de emoción para intentar apelar a la fibra sensible del consumidor, no habríais propuesto exactamente eso?, ¿no es en el fondo el mismo mensaje que la mayor parte de los bancos llevan lanzándonos desde hace décadas? y en definitiva, ¿no vale este mensaje para cualquier banco?

Segundo, Bankia:

 

Que nos dice: "es el momento de dar cuerda entre todos y volver a empezar… pero esta vez desde los principios".  Toda una promesa publicitaria.  

Hace menos de dos años escribí este artículo a colación de esta marquesina de Bankia, pintarrajeada por algún cliente agraviado.  Esta campaña no solo generó pintadas sino también una acerada contra-campaña en redes sociales al grito de #quieroserpersona, toda una declaración de intenciones en contra de la ética del banco.


Hazte bankera

Desde entonces las cosas en ese banco han ido a bastante peor.  Si la opinión pública está ahora mucho más en contra de Bankia que hace 2 años: ¿qué les lleva a pensar que el consumidor aceptará mejor esta nueva campaña?  ¿Que no les pintará antifaces a sus protagonistas?  ¿Que no la ridiculizará en redes sociales?  Y, lo que es peor ¿qué les lleva a pensar que invertir el dinero que no tienen en fuegos de artificio publicitarios mejorará su imagen pública?

¿Que esta nueva campaña es mejor?  ¿Qué es más "creativa"?  ¿Que toca más esa fibra emocional de la que hablábamos antes?

La estrategia publicitaria del banco se resume perfectamente con la ayuda de este gráfico:  "soy un gran amante, soy un gran amante, soy un gran amante…", ¿qué creéis que está pensando ella cuando le escucha decir eso?  ¡Demuéstramelo!


Advert gif
Señores publicitarios, señores anunciantes: los tiempos han cambiado.  La única publicidad en la que un consumidor está interesado hoy día es aquella que proceda de una marca interesante, fiable, amiga.  Una publicidad que le aporte valor, no mensaje egocéntricos/interesados … Y desde luego, no procedentes de una marca que (al menos de momento) no quiero en mi vida.

La manera de conseguir que yo sí te quiera en mi vida, que yo sí te abra mi puerta no es aporreándola, sino ganándote mi confianza de nuevo.  Con paciencia.

¿O hechos contrastables?

Hace unos días tuve la oportunidad de desayunar con un ejecutivo de Marketing de otro de los grandes bancos:  BBVA.

En este caso la política de comunicación por la que han decidido apostar para combatir el distanciamiento del consumidor es diametralmente opuesta.  Mi conocido me contó algo que yo desconocía y es que BBVA está apostando por iniciativas encaminadas a combatir el paro como:

  • El apoyo a las contrataciones:  gracias a la iniciativa "yo soy empleo" una PYME de menos de 250 trabajadores puede contratar a un desempleado y conseguir una subvención de hasta 3.000 euros.  El objetivo es incentivar unas 10.000 contrataciones.  Por lo que sé, el banco no pretende sacar pecho con esto.  Hasta hace unos días, en que han comenzado a contar esta inciativa por medio de cuñas en radio, la única vía de comunicación eran las redes sociales del banco y el eco de los medios.
  • La formación: una amplia oferta de cursos gratuitos en materias con las Finanzas, la gestión Comercial o la Dirección.

Esto es el Branding: la chica ya piensa "entiendo que eres un gran amante", no como consecuencia de lo que él haya prometido, sino porque ella misma ha tenido la oportunidad de constatarlo.


Branding gif
Fuente ilustraciones: Dries de Schepper

Volviendo al RepTrak, entre sus hallazgos nos hablan de la necesidad de que, en las adversas circunstancias actuales, las marcas "trabajen más que nunca en crear, consolidar y potenciar el vínculo emocional con sus clientes" y "…continuar y profundizar las relaciones de confianza con el conjunto de sus grupos de interés".

Hablamos por tanto de construir relaciones equilibradas (y por tanto de diálogo), de sinceridad, de transparencia.  Los autores del RepTrak no dicen nada de que forzosamente haya que invertir en publicidad para conseguir alcanzar ese estado de empatía a la que toda marca aspira.

Esto es mucho más fácil de lo que parece, lo complicamos los que trabajamos en esto, porque nos interesa seguir "vendiendo anuncios".  El Branding es relación.  La publicidad (o más concretamente, la publicidad basada en la repetición de mensajes egocéntricos) simplemente es retórica.

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El último reto de Rato: ¿cargarse la marca Movistar?

Erase una vez Telefónica

Erase una vez una marca gigantesca, pero con problemas.

Heredera de una empresa pública, burocrática, conservadora y hasta casposa.  Debía competir en el mercado de la telefonía con marcas internacionales, cosmpolitas, jóvenes y dinámicas como Orange y Vodafone.  Y con marcas low cost, transparentes, sencillas y nítidas, como Yoigo, Amena…  

Esta guerra no le iba demasiado bien.  Según el último dato oficial publicado (CMT), en los últimos 24 meses había perdido la friolera de 2.800.000 clientes.

Esa marca era Telefónica.  Y hoy pretende ser Movistar y "transformar a sus clientes en fans" (César Alierta dixit).

Para ello:

  • Invierte más de 100 millones de euros anuales en publicidad, según Infoadex.
  • Patrocina el principal equipo ciclista español, varios equipos del mundial de motos, teatros como el Real de Madrid, el Liceu de Barcelona y el Palau de Les Arts de Valencia, espacios culturales como el Museo del Prado o el Guggenheim y muchos proyectos más de ámbito regional y local.
  • Apoya a jóvenes empresarios a través de su iniciativa Wayra (más de 5 millones euros de inversión).
  • Intenta sacar el cuello el agua con productos innovadores como Movistar Fusión con el fin de fidelizar a sus clientes (el reto siempre pendiente) y desprenderse de esa reputación de ser los más caros, pero no los mejores.

Simultáneamente, su incomprensible Consejo de Administración liderado por el mismo Alierta (por razones que ni siquiera la prensa económica logra entender), decide contratar al ex-Ministro y ex-máximo responsable de las cuentas "maleables" de Bankia (entidad primero rentable, a las 24 horas en quiebra, luego expulsada del Ibex 35 y ahora nacionalizada) Rodrigo Rato, por el módico salario de 200.000 euros anuales.  

No pretendo juzgar a Rato, sino exponer los hechos y sus consecuencias para la marca Movistar.

Rato retratado en las Redes Sociales

La indignación por el nombramiento provoca inmediatamente que el nombre de Rodrigo Rato, así como los de Bankia y Telefónica se conviertan en TT´s en Twitter.


Rato 1
Foto: www.teleafonica.net

Escuchar a una marca con auriculares

El modelo en el que los marketinianos siempre hemos creído (porque era el que más nos convenía) se parece a escuchar música con auriculares.

El consumidor está expuesto a un montón de ruido desde que se levanta hasta que se acuesta.  Pero pensamos que sólo escuchará, y sólo incorporará al posicionamiento que la marca tiene en su mente, aquellos mensajes "oficiales" que nuestra marca controla: los anuncios, los eventos, los patrocinios, la actividad en redes sociales…

Y pensamos que lo demás simplemente lo ignorará.  

O escuchar a una marca con sonido ambiente

La realidad es que el ruido que nos rodea no se puede eliminar con unos auriculares.  En una sociedad con tal vorágine de comunicación, el posicionamiento de una marca no solo es consecuencia de la versión oficial de ésta que su propietario quiere dar.  Sino que se ve afectado por todo lo que hay alrededor, incluida cualquier noticia que nos llegue procedente de los medios o de otros consumidores.

Como la noticia del nombramiento de Rodrigo Rato.

Veo este anuncio e intento decodificar el tipo de valores que Movistar quiere proyectar: juventud, dinamismo, participación, alegría, en definitiva: una marca social con la que los usuarios se relacionan con total normalidad.  Tiene sentido.

 

Pero no funciona si al minuto siguiente recibo estímulos que construyen en la dirección contraria, como el nombramiento de Rodrigo Rato.  Porque entonces lo que me llega es una marca falsa o esquizofrénica (no sé lo que es peor) que quizá no quiera en mi vida… porque tengo alternativas mejores.

Pienso en el nombramiento de Rato y me imagino la alegría con la que habrá recibido la noticia la gente de Marketing en Movistar (ironía).  Porque los valores que esta noticia proyecta son los propios de una organización interesada que vive de espaldas a quien debería ser su único epicentro: el consumidor.

Señor Alierta:

(Extensible a todos los demás responsables de haber tomado la decisión de contratar a Rodrigo Rato): TODO COMUNICA, no sólo los anuncios que su marca paga por producir y airear.  Apúntese a un curso de Branding, llámeme y yo le recomiendo varias Escuelas de primer nivel.  O llame a su gente de marca (que seguro que saben bastante del tema) antes de tomar decisiones de este tipo.


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NOVA GALICIA: el valor de una marca procede de los hechos, no de las palabras

Esta foto que veis la saqué en el escaparate de una oficina de Nova Galicia en Mugardos (La Coruña) donde como cada verano estuve unos días
visitando a mi padre. 

Mi relación con esta marca siempre se vio dominada por el recuerdo de acompañar a mi padre cada verano a esa misma oficina a sacar dinero durante las vacaciones (en la era pre-cajeros automáticos).  Era el banco de la tierra, el "nuestro", que siempre estaba ahí cuando regresábamos.


Novagalicia

Más recientemente, esta imagen de marca se ha visto teñida como consecuencia de los hechos que todos conocéis.

Hechos:

  1. Un banco en quiebra técnica que ha de recurrir a
    papá Estado para permanecer abierto
    . Me habría encantado cuando tuve que cerrar mi primera empresa que el Estado me hubiese rescatado.  Es obvio que si debes 200.000 euros tienes un problema.  Si debes 2.000 millones, el problema lo tienen tus acreedores.
  2. Un banco que además ha estafado a sus propios clientes
    ofreciendo productos de ahorro de dudosa liquidez a ciudadanos incapaces de
    calibrar su riesgo.

"Palabras de amor,
palabras…"
: (Gerardo Diego)

En un intento de rectificar su trayectoria, el banco empapela sus oficinas con este cartel que dice:

  1. Que son solventes.  ¿Entonces por qué les rescatan?
  2. Que solo venden productos claros.  ¿Se refieren a las participaciones preferentes con las que han estafado a 45.000 gallegos?
  3. Que serán austeros y transparentes.  ¿Tan austeros como en el abono de pensiones a sus Directivos?
  4. Que apoyan las empresas gallegas.  ¿Algún ejemplo, por favor?
  5. Que atienden las necesidades de las familias
    gallegas.  ¿Algún ejemplo, por favor?
  6. Que siguen reduciendo las comisiones.  No soy cliente de este banco, pero la
    tendencia generalizada en las antiguas cajas es la contraria: compensar la caída de ingresos procedentes del crédito con una escalada imparable de comisiones.  Permíteme compartir contigo que por ejemplo,
    Cajastur nos cobra un promedio de 300 euros mensuales en comisiones.  Obviamente, dejaremos de ser clientes suyos en breve.
  7. Que reinvertirán en Galicia: no hay duda que
    quien es rescatado porque no tiene ni para pagar devolver los depósitos de los
    clientes en fuga, está para invertir en su tierra…
  8. Que el cliente es el centro de sus decisiones:  indudable (ver punto 2).
  9. Que flexibilizarán los préstamos de los clientes
    con dificultades: (ver punto 5).
  10. Que aspiran a convertirse en el mejor banco
    nacido de una caja.   ¿Ser el mejor banco
    de la nueva banca donde Bankia (hoy en la UVI) era el primer
    banco de la nueva banca?

En un mundo hipercomunicado donde el cliente puede disfrutar
de una voz tan potente como cualquier marca gracias a Internet, esta clase de
milongas sobran. 

Empapelar sus oficinas con este tipo de mensajes no sólo es una pérdida
de tiempo y recursos sino que, en mi opinión, esta acción recrudece las connotaciones
profundamente negativas que en estos momentos afronta la banca y este banco en particular.

Recomendaciones a los
gestores de la marca

  1. Descolgad todos estos decálogos que nadie se cree y pedid perdón a los clientes.  Cierto que su  nueva cúpula directiva ha pedido perdón en una rueda de prensa, pero una rueda de prensa no es un punto de contacto con el consumidor.   Donde hay que pedir perdón es en las interacciones diarias con los clientes.  Y con hechos, no con palabras. Pensar que la publicidad en el siglo XXI sirve por sí sola para reposicionar una marca equivale a no tener ni la más remota idea de en qué consiste la relación marca/consumidor.
  2. Un hecho contrastable sería, por ejemplo, devolver a todos los estafados lo que es suyo. ¿O tendrán que esperar a que la Justicia dé la razón a los estafados uno por uno?
  3. Tomad medidas ¡de verdad! para apoyar a las
    PYMES y  a las familias con problemas
    y,
    de nuevo, utilizad los canales a vuestra disposición para comunicarlo.  Si la gente no las conoce, es como si las medidas no se tomasen.
  4. Solo cumpliendo los 3 puntos anteriores sería
    posible comenzar a reposicionar esta marca

    Y ello partiendo de la humildad, la asunción de los errores, y el
    derecho de todo aquel que se equivoca a tener una segunda oportunidad. Ser "el mejor" es una promesa generalista que suena más a brindis al sol que a meta creíble/alcanzable.  Para recuperar la confianza de los gallegos, hace falta una visión mucho más centrada en los valores perdidos, y en la verdadera esencia de un banco profundamente arraigado en Galicia.

Porque es cierto que los humanos nos equivocamos, sólo una marca humana/cercana/confiable/que apoye sus promesas con hechos contrastables merece el perdón de sus
clientes cuando la ha cagado.

P.S. Por si alguien se siente agredido por este artículo, aclaro para gente que no está familiarizada con lo que debatimos en este blog, que está escrito desde la perspectiva del Branding (no formo parte de ninguna asociación de clientes agraviados).  El Branding estudia la relación entre las marcas y las personas.  Y esta relación no se construye sólo desde la vertiente publicitaria sino en el resto de ámbitos (el producto, el punto de venta y las personas).  Por eso he tocado esos ámbitos.