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Las 5 MILONGAS MÁS COMUNES de los expertos en «EMPRENDIMIENTO»

Hoy he decidido rescatar un post de hace unos meses que esta vez no iba sobre publicidad sino sobre emprendimiento.  Porque como empresario que soy (microempresa pero empresa al fin y al cabo), suelo leer mucho de lo que cae en mis manos sobre emprendimiento, start ups, modelos de negocio, etc.

Y he de decir que la mayor parte de lo que leo es decepcionante.  La literatura de desarrollo empresarial muestra poderosas analogías con la de desarrollo personal, y como ésta, está habitualmente repleta de clichés, promesas vacías y banalidades. No sé si alguna vez habéis llegado a la conclusión de que algunos libros no son más que una copia de otros, y la única innovación que aportan es un título diferente.

Por mi propia experiencia como empresario (tuve una primera empresa que cerró, como cuento en "Game Over"), hay cinco grandes milongas que aparecen en este tipo de libros de forma recurrente:

1. Si quieres alcanzar el éxito, visualiza el éxito

Gran patraña donde las haya. 

Desde luego que para ejercer cualquier actividad con un mínimo de garantías, primero tenemos que poner en orden nuestra casa (cómo estamos por dentro), pero esto no equivale a buscar el karma en posición de loto, sino a descubrir qué tipo de vida queremos llevar y si nuestro proyecto profesional encaja con ese modelo.

No podrás visualizar el éxito si nunca te has planteado qué es para ti el éxito (“tu éxito”).

2. El éxito es un éter en el que flotan billetes de 500 euros, fama y poder

Depende.  Quizá para ti no. (Comparto contigo que para mí tampoco).  

Si consideras por un instante que todos vamos a morirnos, es fácil reconocer en cadena que:  1. el tiempo es el regalo más valioso que tenemos y que: 2. mi proyecto de vida no puede consistir en una carrera asfixiante en la que sacrifico mis días, uno tras otro, en pos de un objetivo que jamás alcanzaré.

Y no lo alcanzaré porque en el momento que trinque los billetes de 500 euros, querré más billetes de 500 euros.  En el momento en que de mí dependa un departamento de 20 personas, aspiraré a dirigir uno de 50.  En el momento en que me entrevisten en TV gallega, ansiaré ser entrevistado en TVE.

E.d. si somos totalmente sinceros con nosotros mismos, el éxito no puede ser un objetivo sino un viaje continuo.  El éxito es lo que haces cada día, en tu actividad profesional pero también en tu ámbito personal.

3. Cualquiera puede convertirse en emprendedor.

Falso. 

Cualquiera puede convertirse en empresario (titular de una empresa).  Cualquiera puede montar una empresa orientada a permitirle ejercer su profesión (panadero, publicista, electricista, abogado…) por su cuenta y sin jefes.

Pero convertirse en emprendedor es algo muy diferente.  Según la RAE un emprendedor es quien acomete acciones dificultosas o azarosas.   Es decir, un tipo como Bear Grylls el de “Superviviente”.  

Superviviente
No es que para ser empresario tengas que comer orugas, nadar entre tiburones o dormir en la copa de un árbol, pero sí atesorar las cualidades para convertirte en un pionero en terra incognita (el mercado al que decidas lanzarte).

Porque eso es exactamente un empresario en nuestros días, un gladiador sobre un suelo tan poco firme que parecen arenas movedizas. 

4. La ilusión lo puede todo.

Falso.

La ilusión puede ser tu peor enemigo por dos razones:

  • Porque si no la controlas, la ilusión puede hacer que te tires desde un quinto piso pensando que puedes volar.  Y no es el caso: yo lo hice una vez y me estampé sobre el suelo.  Ilusión sí, pero limitada por el más sincero realismo.
  • Porque la ilusión nunca viene sola.  Igual que cuando abrimos un huevo la clara viene acompañada de la yema, la ilusión siempre viene acompañada del temor

POTENCIAL EXITO

El temor a fracasar y a ser señalado por todos los demás como un inútil.  El mismo temor que te mueve a seguir adelante cuando en tu fuero interno sabes que el juego se ha acabado y deberías batirte en retirada.

5. Un empresario nunca se rinde

Afirmación muy socorrida para vender libros o arrancar aplausos de una audiencia pero escasamente ajustada a la realidad.

No pasa nada por batirse en retirada.  Hace un par de años leí un libro fantástico de Seth Godin titulado The Dip sobre este mal endémico del mundo empresarial: nadie quiere equivocarse, nadie quiere reconocer que su barco se hunde y este pavor al error y al fracaso a menudo ejercen como un lastre personal, empresarial y hasta social. Recuerda la gestión de nuestro último gobierno, el escándalo de Bankia, los desplomes de Martinsa o de Spanair, la sonrojante situación de los clubes de fútbol…

La clave del progreso en cualquier ámbito de la vida consiste en reconocer un error cuando lo cometemos.  Nuestra vida es como un videojuego en el que cada día vamos haciéndonos más expertos: sin error, y sobre todo, sin el aprendizaje que se deriva del error, la especia humana no conocería el progreso y no podríamos ascender al siguiente nivel del videojuego.

No pasa nada por abandonar un proyecto o una empresa cuando llega el momento de hacerlo.  Eso no nos convierte en peores profesionales ni nos invalida para otros proyectos futuros.

Resumiendo

No dejes que esos libros te marquen el camino por muchas copias que hayan vendido. Todos quieren mostrarte lo que debes hacer, pero eso es imposible.  Tu camino solo puedes encontrarlo tú mismo:

  • ¿Qué eres feliz haciendo hasta el punto de que admitirías trabajar gratis en ello?
  • Objetivamente, ¿podrías ganártela vida haciéndolo?
  • ¿Esa actividad te permitiría equilibrar tu vida laboral y personal o terminarías colapsando? (no es coña, a mí me ha pasado)
  • Si ya lo tienes, lánzate.  Pero no confíes en tu ilusión, ni en tu perseverancia, ni en tu trabajo duro: ninguno de esos ingredientes te garantizan la receta perfecta.  Confía en tu capacidad para tomar muchas decisiones y quizás equivocarte todos los días.  Y en tu lucidez para aprender de ello porque ese es el principal activo de un emprendedor en un contexto de cambio continuo como el actual.

Mi opinión es que es vital buscar ese camino: ese modelo de negocio sostenible, compatible con nuestra propia vida y con nuestro entorno:

  • Vital para ti si el trabajo que estás desempeñando en este momento no te hace feliz.
  • Vital para el país en el que vivimos, porque ni los bancos ni las grandes multinacionales ni el gobierno de España ni el de la Unión Europea van a sacarnos de ésta.  Solo pueden sacarnos 500.000 nuevas PYMES y autónomos que sustituyan a los 500.000 que el tsunami de la crisis se llevó.

Saludos a todos.

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12.10.2012: El día que explotó la burbuja publicitaria

12.10.2012

Ese día, que quizá recordéis, los aficionados al fútbol nos enfrentamos con una circunstancia que nadie esperaba: por primera vez desde 1984 un partido de clasificación para el Mundial (el que enfrentaba a España contra Bielorusia en Minsk), no podía verse en ninguna de las cadenas nacionales.

A lo mejor te preguntas si esto es noticia.  Lo de menos es si te gusta o no el fútbol.  Hoy me he acordado de esto, no por aquel partido en sí, sino porque lo sucedido marcó un antes y un después en el debate sobre la explosión de la burbuja publicitaria.  

Incapaces de rentabilizar el coste de los derechos de emisión, las televisiones se vieron obligadas a incumplir la ley: una ley originada para favorecer los derechos de los aficionados.  Esa (excéntrica) Ley vigente desde 1997 protege su derecho a ver estos partidos de "interés general".  

La versión de las cadenas

Como si regurgitasen un discurso pactado previamente (suele suceder en mercados dominados por una pequeña oligarquía de empresas), los tres grandes grupos de TV argumentaron que no retransmitirían el partido porque el propietario de los derechos (la empresa alemana Sport Five), pedía una cantidad de dinero que en ningún caso podría haber sido "rentabilizada" con ingresos publicitarios, en la "actual coyuntura económica".

Estas tres últimas palabras son el quid de la cuestión.  Porque hace escasos meses sí se pagaban esas cantidades (se habla de entre 800.000 y 1,4 millones de euros) e incluso superiores por partidos de Selecciones y de Champions League.  Las cadenas echan la culpa de los sucedido a una caída temporal en el flujo de ingresos publicitarios.  Yo lo veo de otra manera: me recuerda claramente a la burbuja del ladrillo.

El ladrillo y su burbuja

Nos han contado esta historia muchas veces.  Probablemente, el que ha conseguido hacerlo de una forma más amena y lúcida es Alex Sailó.  Por si no lo habías visto:

 

Cuando una burbuja revienta siempre hay dos partes implicadas:

  • La especuladora: en este caso la "pandi" de Ayuntamientos, constructoras y promotoras y Cajas de Ahorros.  La ley abre la puerta a la cosecha de enormes beneficios para las tres partes.  Las expectativas son espléndidas: como si la inyección de dinero en el sector jamás fuese a detenerse.  Más pisos, mas hipotecas, más deuda: todo ello justificado por el dudoso aval de una promesa eterna de inflación de los precios de la vivienda.  
  • El que paga la factura: el consumidor, alentado por la permisividad de las instituciones bancarias y esa promesa de grandes plusvalías.  Cuando la solvencia de los bancos comienza a agrietarse en medio de tal orgía de crédito dudoso, el sector de la construcción colapsa, arrastrando a cientos de miles de trabajadores que pierden sus propios trabajos, dejan de consumir… el flujo de dinero en la economía se estanca.

La TV y su burbuja

  • La parte especuladora: cadenas de TV, Liga de Fútbol Profesional/UEFA y Clubes alimentan un modelo consistente en inflar los precios de los derechos televisivos sobre el fútbol. Más partidos, vendidos a precios cada vez más elevados, dejan márgenes cada vez más jugosos por el camino, siempre que el que paga las facturas lo siga haciendo.  En medio de esta agonía que llamamos crisis , muchos demonizan a los futbolistas por el dinero que ganan al final de esta cadena de sablazos.  Discrepo: la culpa no es de ellos sino de quien les hace creer que un salario de diez millones de euros anuales es proporcional al negocio que generan, lo cual es una gran mentira.
  • El que paga la factura: el anunciante, hasta el momento dispuesto siempre a pagar por colocar su marca en los partidos de mayor audiencia. Aunque no existan pruebas de que esta inversión me sirva para vender más coches, chorizos o cervezas.  Y aunque sí existen signos cada vez más palpables de que el consumidor rechaza y esquiva los anuncios.

Como digo, el discurso "oficial" de las cadenas es echarle la culpa a la crisis, entendida como una "depre" conyutural y pasajera del que paga las facturas.  

El fin de esta "otra" burbuja

La realidad es muy distinta.  

Es cierto que no se puede rentabilizar un partido que cuesta un millón de euros retransmitir.  Pero no porque los fabricantes estén en modo ahorro.  Sino porque se acumulan las evidencias de que insertar su marca durante 20 ó 30 segundos en un bloque publicitario que por definición, los aficionados no están interesados en ver, no les reporta un retorno en su inversión.

Cuando digo este tipo de cosas en reuniones o en debates, armado con los argumentos de una tesis doctoral repleta de evidencias al respecto, la respuesta más habitual que oigo de las cadenas es: "seguiremos haciendo lo mismo porque siempre nos hay funcionado; tenemos que salvaguardar nuestro modelo de ingresos".  

Entiendo que no son buenos tiempos para la televisión y puedo empatizar con ello.  Pero veo contadísimos signos (y solo en parte de las teles) de que hayan comprendido que la burbuja de la hiper-inflación publicitaria ha reventado por completo (no de forma coyuntural, sino definitivamente), que deben ajustar sus estructuras de costes y desarrollar un nuevo modelo de ingresos apostando por formatos que los anunciantes sí puedan rentabilizar.

Respetar el dinero de los anunciantes y el tiempo de las audiencias es una misma cosa.  Si las televisiones no consiguen (es su trabajo, no el mío), diseñar un nuevo modelo que lo tenga en cuenta, no veo otro futuro para ellas que privar a la audiencia de los contenidos que quieren ver, avivando la intensidad de su diáspora hacia Internet.

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¿A quién llamo para que me ayude a desarrollar un Branded Content?

Partner
Branded Content y el efecto panal

En esto del contenido de marca se está empezando a producir el "efecto panal".

A poco que os deis un garbeo por la nube, veréis que está que hierve de artículos, nuevas empresas, proyectos y case studies relacionados con el Branded Content.  Es normal: el ruido en Internet no es más que un signo externo de que el debate sobre el futuro de la publicidad está más candente que nunca.

Atraídos por el zumbido, un montón de moscas de todos los colores se acercan revoloteando.   La mayoría con mensajes grandilocuentes y promesas de eficacia inmediata.  También es normal: nadie opta por un perfil bajo para vender sus servicios, sino por una pose comercial lo más agresiva posible.

Ya que vender publicidad se ha vuelto imposible, vamos a vender contenidos.  Los que antes se autodenominaban "agencias de ideas", ahora se definen como "empresas de contenidos".  Pero te contarán exactamente la misma película.

¿A quién llamo?

Quizá recae en tus manos la responsabilidad de gestionar la comunicación de una empresa, o de una marca, o quizá de una línea de productos.

Entiendes que para dinamizar tus mensajes y con ello (eventualmente) el ADN de tu marca, te convendría encontrar una historia que contar.  Una historia que evolucione con el consumidor, en lugar de circunscribirse a un único mensaje estático que termina resultando obsoleto para éste.  Entonces tomas tu agenda de teléfonos y observas el abanico de agencias con el que trabajas.

La mala noticia es que probablemente no todos tus partners de comunicación actuales puedan ayudarte a encontrar ese contenido capaz de desarrollar tu territorio de marca:

  • ¿Tu agencia de publicidad de siempre?.  Yo primero me preguntaría las ganas y la capacidad real de cambiar de adaptación qeu tienen. Porque desarrollar contenidos para una marca es la labor más opuesta que puedas imaginar a desarrollar publicidad:  el reto ya no es reproducir un mensaje "push" donde cuentas lo que tú quieres como marca sino encontrar qué tipo de programa quiere ver la audiencia para así poder ofrecérselo ("pull") con tu marca perfectamente integrada en su interior.  Escribir copy es como escribir poesías.  Escribir historias de marca es como escribir una novela, nada que ver.
  •  ¿Tu agencia de Social Media?  Es posible que dominen el medio on line pero ¿saben de Branding?  ¿Crees que entienden la esencia y la promesa de tu marca y la naturaleza de sus relaciones con el target?  Por otro lado, ¿dominan las oportunidades de difusión de contenido que te ofrecen los medios tradicionales? No olvides que si tienes un buen contenido, lo último que te interesa hacer es relegarlo a Internet donde conseguir elevados niveles de cobertura es muy complicado.
  • ¿La productora que habitualmente realiza tus anuncios o la que produce los festivales musicales que patrocinas?  ¿Sabes realmente quienes son?  ¿Cuántas veces les has oído opinar sobre la estrategia de comunicación que tu marca necesita? ¿Les ves algún atisbo de la vocación de servicio a la que estás habituado por parte de tu agencia?
  • ¿La cadena de televisión donde concentras tu inversión publicitaria?  ¿Te imaginas lo que te contestarán cuando les digas que quieres producir un contenido por cuyo espacio en antena no les vas a pagar ni un euro?
  • A tu agencia de medios quizá le veo más opciones: están más cerca de las oportunidades de comunicación que los medios ofrecen continuamente y tienen la mejor información sobre el consumidor. 

El tipo de partner que te recomiendo

  1. Una empresa que no tenga nada que perder. E.d. que no esté más preocupada de proteger su facturación que de emprender este nuevo camino apasionante, pero arriesgado, consistente en utilizar el contenido para buscar ese Océano Azul que te permita diferenciar a tu marca, asegurando su rentabilidad y su viabilidad futura.  Oi decir esto a Avi Savar, de Big Fuel en la primera edición de Branducers.
  2. Que entienda de medios on y off line.  Entender de medios no equivale a comprar anuncios en una parrilla televisiva.  Eso lo puede hacer cualquiera que lleve unos años dedicándose a esa labor.  Entender de medios significa tener el pulso del tipo de contenidos que necesita un medio para competir.  Y el know how para desarrollarlos.
  3. Que entienda de entretenimiento: que sepa tocar las teclas necesarias y explote las oportunidades que puedan surgir para conseguir la colaboración de un artista, un celebrity, desarrollar un nuevo programa ensamblando distintos elementos, etcétera.
  4. Que entienda que la creatividad no consiste en ceder las riendas a la subjetividad de un "creativo", sino en trabajar en equipo armados de información hasta llegar a la solución perfecta para la marca.

En opinión de Avi Savar, la mejor opción que tienes es trabajar con una agencia de tamaño medio con gente suficientemente senior al frente, que entiendan de publicidad y de contenidos, pero que al mismo tiempo sean capaces de complementarse con partners de primer nivel (buenas productoras, guionistas, periodistas, celebrities, influencers…).

Un saludo a todos.

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¿En qué fallan las agencias? 5 caminos hacia la nueva publicidad

Renovarse o morir

El modelo de negocio de las agencias de publicidad está llamado a reorientarse profundamente.  Renovarse o morir.

Reset

El creciente desinterés de los consumidores en los anuncios es consecuencia de la fragmentación de las audiencias y la llegada de nuevos dispositivos tecnológicos que nos permiten "autoprogramar" aquellos contenidos que queremos ver, donde y cuando queremos verlos y frecuentemente, libre de interrupciones publicitarias.  La tozuda persistencia en un modelo basado en eso: en interrumpir y en repetir, nos hace darnos de cabeza con la desconfianza de los anunciantes, más necesitados que nunca de justificar el ROI de cada céntimo que invierten en comunicar sus marcas. 

Una parte de la profesión (gente tan prestigiosa aquí como Toni Segarra, o en Estados Unidos como Jeff Hicks de Crisping, Porter y Bogusky), está convencida de la necesidad de un profundo cambio de orientación. Que lleve a la publicidad a convertirse en algo que el usuario quiera recibir e incluso busque proactivamente (como lo hace con los contenidos), en lugar de algo que aborrece y desea esquivar.

¿Qué buscan realmente los anunciantes?

Engagement

El estudio de Grupo Consultores "Content Scope 2013" (una encuesta realizada entre 142 ejecutivos de Marketing, pertenecientes a los top 800 anunciantes según el ranking Infoadex 2013) en el que tuve la oportunidad de participar hace unos meses, nos aporta algunas claves.  

  • El 81% de los encuestados piensan que el "engagement" es el principal objetivo para el que los contenidos de marca ofrecen una respuesta eficaz.  En este sentido, deduzco que los anunciantes comienzan a ser cada vez más conscientes de la las limitaciones de la publicidad, capaz de generar picos de notoriedad para sus marcas, pero ineficaz a la hora de generar engagement.  Y cuando hablo de engagement no lo hago en un sentido táctico: las marcas no ganan nada con coleccionar followers o likes en redes sociales.  De hecho ambas cosas requieren muy poco esfuerzo y son más bien gratuitas.  Hablo de engagement en un sentido estratégico: engagement es involucrar a tu audiencia hasta el punto de convertir a tus clientes en fans de tu marca.
  • Casi 3 de cada 5 de estos anunciantes declaran haber realizado acciones de Branded Content.  Pero casi un 40% de ellos no cree que esas iniciativas sean importantes en la estrategia de la marca.  Paradójico: ¿contar la historia de la marca de la que el usuario debe enamorarse no es estratégico?  Entonces, ¿qué es estratégico?
  • Sin embargo, observo que existe un gap gigantesco entre la percepción que los marketinianos tienen sobre el carácter intrusivo de la publicidad tradicional, y la percepción que tienen los consumidores.  Me explico: el 41% de los anunciantes opinan que el consumidor tolera bien la publicidad.  Enmis propias investigaciones, he detectado que tan sólo un 5% de los individuos lo hacen.  Mucha diferencia, ¿no?
  • Por último, existe una gran confusión respecto al modelo de agencia a la que recurrir. Agencias "creativas" (me pregunto qué agencia puede dedicarse a esto sin aplicar la creatividad a su trabajo…), compiten con agencias de medios, incluso lo hacen con productoras o medios (carentes ambos del know how necesario para asesorar a la marca en el ámbito de la comunicación).  Y si me permitís añadirlo, veo menos espíritu de colaboración del que me gustaría: simplemente porque cada cual prefiere ocultar sus carencias (las agencias de publicidad no saben de entretenimiento y las productoras no saben de branding) en lugar de paliarlas con la ayuda de un partner.

En definitiva, percibimos la necesidad de apostar por una publicidad no intrusiva (sea lo que sea eso…), pero de momento nos limitamos a hacer pruebas con gaseosa.  No vaya a ser que por dejar de concentrar los recursos en lo mismo de siempre, si no nos va del todo bien, nos quedemos con el trasero al aire.  Más vale lo malo conocido…

¿Y qué les estamos ofreciendo realmente? 

Hace un par de años tuve la ocasión de palpar estas realidades en dos proyectos de reposicionamiento de dos agencias que me pidieron ayuda.  En aquel momento realizamos un análisis del sector, identificando un amplio grupo de 55 agencias a las que estudiamos a fondo.  Las conclusiones a las que llegamos en nuestro intento por encontrar ámbitos de especialización y diferenciación entre las agencias fueron estas:

1. De espaldas al consumidor.  Si la comunicación del futuro es exogámica (su epicentro debe residir en el consumidor y no en la marca), en casa del herrero, cuchillo de palo.  Porque la comunicación de las agencias es mayoritariamente endogámica: yo, yo, yo, mis proyectos, mis clientes, mis soles o leones, pero ni media palabra sobre cómo palpo lo que el target quiere cuando desarrollo una campaña.

2. El síndrome del hombre orquesta.  En la era de la micro-segmentación, la mayor parte de las agencias no apuestan por la especialización en ámbito alguno.  En lugar de buscar labrarse un poisicionamiento diferencial en un ámbito concreto, se convierten en médicos de cabecera que entienden de todo, que saben de todo, que pueden aportar valor en todo.  Y  eso ya nadie se lo cree.

3. Relacionado con lo anterior, la comunicación de las agencias estudiadas muestra mensajes difusos que no ayudan a clarificar en qué son realmente buenos: hay tantas ofertas que éstas terminan compitiendo entre sí.  En un mundo sobresaturado de ruido, la publicidad de las propias agencias no hace sino sumarse a ese gran estruendo publicitario.

4. ¿Dónde están las personas?  En un negocio de servicios que se nutre fundamentalmente de dos cosas: los procesos y la calidad profesional de las personas, no vimos ni media palabra sobre los equipos. ¿Quiénes son?  ¿En qué son buenos? ¿Qué tipo de know-how podemos aportar a los clientes?

5. ¿Dónde está nuestra generosidad?  En un mundo sobresaturado de información donde estamos hablando de la importancia que tiene ofrecer contenidos de valor en lugar de promesas comerciales, las agencias nos olvidamos (una vez más) de lo que predicamos, y soltamos discursos vendepeines en lugar de ser generosos compartiendo lo que sabemos.

Algo de autocrítica, por favor? 

Reviso estos hallazgos y pienso en que necesitamos grandes dosis de autocrítica: 

  • Para hablar menos de nosotros y de los premios que ganamos y más del consumidor a quienes nos dirigimos.  Blogs como el admirado (y con razón) ETC de Territorio Creativo, nos demuestran que la mejor manera de vender es demostrar un know how, compartiendo contenido útil con generosidad y sin miedo.
  • Para especializarnos: nadie puede ser todo para todos.  Ni en gran consumo ni en publicidad. Cherchez le creneau, decían Ries y Trout en "Posicionamiento".  Busquemos el hueco: con un sector publicitario en profunda reconstrucción, es el mejor momento para buscarlos, identificarlos y capitalizarlos.  Me gusta, por ejemplo, WayToBlue, una agencia centrada en la comunicación en los sectores de cinematográfico y de videojuegos con la que he trabajado recientemente.  Me gusta Millenium,una una agencia británica especializada en individuos de más de 50 años.  Me gusta Buzz Marketing Group, fundada por una joven empresaria a los ¡veinticuatro años!: a través de un ejército de más de diez mil chicos y chicas desplegados por todo Estados Unidos, ofrece a sus clientes un altavoz permanente de las conversaciones entre chicos de 18 a 25 años.  Y ya que estamos, aunque tenemos un montón que mejorar también me gusta mi empresa, Pop UP!, la única que en España atesora 15 años de experiencia real en Marketing por un lado y música por otro. 

Eso es todo por hoy, gracias por estar ahí.

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El futuro del Branding: 90% estrategia, 10% contenido

Menuda marca, menudo anuncio

Hace más de cincuenta años, un viejo publicitario de Chicago llamado Leo Burnett, dijo aquello de “intentemos que la gente diga ¡guau, menuda marca! en lugar de ¡guau, menudo anuncio!”. Como precursor que era, ya entonces Leo Burntett se rebelaba contra la inclinación de la mayor parte de la profesión publicitaria hacia el efectismo (lograr un impacto rápido con los anuncios, entendiendo que llamar la atención era necesario y suficiente para activar la preferencia de los consumidores).

Leo

Eran otros tiempos.  Las marcas lo eran en un sentido meramente comercial y no necesitaban llegar al corazón de los consumidores: sólo a su mente.  Para ello bastaba con lanzar anuncios desde el altavoz de los grandes medios.  Estos medios no estaban saturados ni se habían multiplicado por mil, Internet no existía y llamar la atención de esta manera era un trabajo relativamente fácil. 

Construir una marca = destacar en una fiesta

La mala noticia con la que tenemos que lidiar quienes trabajamos hoy día en comunicación, es que construir una marca se ha vuelto mucho más difícil.

Porque para hacerlo ya no basta con parir un claim feliz y vociferarlo desde los medios.  De hecho, las marcas se construyen cada vez menos desde las promesas publicitarias (porque la publicidad es la herramienta en la que menos interesado está el consumidor), y más sobre las realidades (su producto y las experiencias que ofrece la marca, tanto en el punto de venta como en eventos y en el ámbito digital).

¿Qué harías para relacionarte con el resto de invitados en una fiesta?  ¿Vociferar desde la puerta lo interesante y atractivo que eres?  ¿O entrar a fondo en la fiesta, contando tu historia? (una historia que, si quieres tener éxito, ha de ser relevante para quien va a escucharla).

Si eres una marca y tu fiesta es el mercado en el que compites:  ¿cómo puedes destacar en ella cuando estás rodeado por cientos de invitados aparentemente iguales que tú?

La respuesta es la estrategia de marca

El boom del contenido como palabra clave de moda en Internet, en las escuelas de negocio, en las agencias y en los departamentos de Marketing está generando muchísima confusión.  Muchos pseudoexpertos en Content Marketing (ese híbrido de content curation, SEO y actividad social), nos prometen que sostener una conversación permanente con una tribu de usuarios en Internet es todo lo que necesitamos para construir una legión de clientes fieles.

Falso. 

En una fiesta, si hablas mucho sin haber pensado primero lo que tienes que decir, habitualmente la cagas.  En el mercado, si planteas acciones de content marketing sin pensar primero cuál es ese posicionamiento diferencial que te va a permitir capitalizarlas, habitualmente la cagas.

El contenido no es la respuesta a nuestros males: a nuestra falta de credibilidad y de empatía con el target, al carácter borroso de la mayoría de las marcas con las que convivimos (según un reciente estudio del grupo Havas, no nos importaría que el 70% de las marcas desapareciesen).

La respuesta es la estrategia de marca.  Sin una marca bien posicionada, no hay manera posible de contar una historia atractiva que interese, active y llegue a fidelizar a la audiencia.

De la estrategia de marca al contenido

Algunos creen que porque los anuncios están pasando de moda, las agencias de publicidad están pasando de moda.  Estoy en completo desacuerdo.

Las agencias sólo necesitan reconvertirse del mismo modo que la publicidad necesita reconvertirse.  Pero el que debería ser su principal valor de cara a los anunciantes (no esas falsas nociones de creatividad efectista, sino la estrategia) va a ser más relevante que nunca en el futuro. 

Este es el único camino que yo veo para posicionar una marca en un contexto de ruido e indiferenciación:

Beefeater_cartel

  1. Diseñar la estrategia de tu marca: el contenido de Beefeater es excelente porque su posicionamiento basado en las raíces de un Londres ecléctico y aspiracional es excelente.
  2. Apostar por una comunicación no intrusiva basada en ese posicionamiento.  Y no generalizo si digo que lo que interrumpe (lo que va dentro de un bloque publicitario o tras el artículo que lees en una revista) es el anuncio; lo que entretiene o informa es el contenido.  Por lo tanto, si tus raíces están en el Londres de Carnaby Street, el nacimiento del pop, etc., no te limites a recordarlo como un mantra.  Desmenuza esta historia en tantas piezas (tantos episodios) como puedas: eventos, apps, promociones, ediciones limitadas de producto, etc. 
  3. Velar obsesivamente por la consistencia de esa comunicación.   No quiero invitados esquizofrénicos en mi fiesta.  No quiero marcas contradictorias o difíciles de entender en mi vida.  Quiero contar una historia inequívocamente mía, transmitir con nitidez unos mismo valores en cada punto de contacto con el consumidor.
  4. No conformarnos con impactar: aprovechar las oportunidades que nos brinda lo digital para ofrecer al consumidor sucesivos punto de contacto.  Cada punto de contacto debe ser una mano tendida para que el consumidor avance hasta el siguiente: una promoción on pack debería dirigirnos a una web o una página en Facebook que nos permita transmitir mejor el ADN de nuestra marca.  Y no podemos permitirnos el lujo de que un usuario visite nuestra web sin que ella le propongamos nuevas experiencias que intensifiquen aún más nuestra relación. 
  5. Apostar por la creación de contenido útil íntimamente ligado a esa estrategia: porque es el contenido, debidamente amplificado en medios pagados el que puede canalizar miles de visitas a nuestros medios propios y terminar cascadeando en una fuerte corriente de boca a boca positivo a través de medios ganados. Recordemos una vez más que el boca a boca no es un medio, sino un fin que aspiramos a conquistar con nuestra actividad de comunicación: y es más fácil que la gente hable de un contenido (que le informe o entretega) que de un anuncio (que habitualmente le interrumpe).

Saludos a todos.

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I AM TOGETHER: consumir juntos para lograr mejores precios

Ayer tuve la ocasión de asistir a la presentación en Madrid de "I am together" (gracias por la invitación Jesús Oliver).

I am together es el nuevo proyecto de Darius Fullanet, un ejecutivo y empresario de largo recorrido que me pareció un tipo interesante y lleno de sentido común. La cosa tiene que ver con crowdfunding y la posibilidad de conseguir buenos precios asociándonos, no para conseguir una cena en un restaurante (como es el caso de los Groupon, etc) sino para disminuir el impacto de las facturas más gordas a las que todos nos enfrentamos mes a mes (electricidad, combustible para el coche, seguros, etc.).

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¿Cómo funciona I AM TOGETHER?

El vídeo lo cuenta con total claridad.

 

I AM TOGHETHER lanzará un nuevo reto el día 1 de cada mes.  El primer reto, en el que ya podéis participar si queréis, consiste en comprar entre todos 5 millones de Litros de combustible con un descuento directo de 0,13€ por litro (esto es un 10% de lo que te gastas en carburante). El día 21 julio a las 0:00h se cerrará el plazo de compra.  El reto se culmina con éxito si se alcanza esa cifra antes de llegar a esa fecha.  En ese momento, te envían una tarjeta monedero VISA como esta con el importe reservado y una tarjeta de descuento de la red de Estaciones de Servicio adheridas al reto.  Esta tarjeta puede ser recargada cada mes con el importe que desees para disfrutar de los descuentos al instante.

Cards

Si el reto no se alcanza, se devuelve íntegramente su reserva al usuario.

A este primer reto seguirán otros, siempre relacionados con las principales partidas de gasto del hogar.

Un proyecto a favor de tendencia

Subirse a caballo ganador siempre es un acierto para una start up.  En este caso, veo dos fenómenos que juegan muy a favor de esta iniciativa:

  1. El auge del crowdfunding en España con cerca de 20 millones de euros recaudados en distintos proyectos el pasado año.  España, por nuestro carácter sociable y la gran penetración de las redes sociales entre los internautas, es un hábitat óptimo para este tipo de plataformas.   Estos patrones de comportamiento son aceleradores del boca a boca y potencian la notoriedad y la participación en los proyectos.
  2. La crisis, instalada no sé si más en nuestras mentes que en nuestros bolsillos, que provoca que todos (de un modo u otro) busquemos activamente formas de sacarle el máximo partido a nuestros euros.  Como apunta Fullanet, I AM TOGETHER es una idea 100% pragmática, ya que nos ofrece la posibilidad de ahorrar dinero, no en utensilios inservibles o en una cena esporádica, sino en las facturas que más nos afectan en el día a día. 

Por estos dos motivos y por la ilusión que se percibe en la iniciativa, les auguro mucho éxito.  Les seguiremos de cerca.

Un saludo a todos