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Ruta 2/10 para tu contenido de marca: crea un evento (J&B, Red Bull, Coronita)

Puede que no encuentres lo que buscas analizando las raíces de tu marca.  Quizá su historia te parece demasiado convencional, o no eres capaz de encontrar un filón de contenido en ninguna de sus aristas.  Quizá el producto o servicio no se presta a desarrollar una narración basada en la artesanía, el cuidado por los ingredientes…

No pasa nada, quizá puedas encontrar que esta segunda ruta, en la cual partes desde cero, te permita encontrar lo que buscas.  Se trata de crear un evento.  Sí: planificar un sarao bien distintivo y atractivo a tu target.  No se trata de generar notoriedad y ya está, ni de llenar un estadio con cincuenta mil espectadores, de hecho eso es lo de menos.  Lo que debes intentar es que ese evento te permita desarrollar tu imagen de marca hasta hacerla más estimulante para el target.

El mejor ejemplo es J&B, la marca de whisky escocés que hasta la primera edición de su evento Nightology en 2004 pugnaba por hacerse con un espacio en la mente de sus consumidores con las mismas armas que su competencia: calidad, ingredientes, método de destilación, juegos inteligentes de copy…  El primer evento, Nightology Boat tuvo lugar a bordo de un buque mercante tuneado de J&B en un astillero gallego, a bordo del cual tenían lugar una serie de fiestas rave en distintas ciudades de la costa española.  O sea, una gigantesca discoteca móvil donde se montaban unos fiestones irrepetibles. El impacto fue brutal, no sólo gracias a la inteligente campaña de revistas y exterior desplegada (para capitalizar el efecto de las fiestas no sólo entre los asistentes sino entre el público en general) sino al publicity generado.

Al Boat siguieron el Teleférico de Madrid, la fiesta J&B Nightology by Matador, la Ciudad Prohibida y el Electric Hotel, así como el J&B Party project que podéis ver a continuación.

El posicionamiento que es capaz de consolidar J&B gracias a Nightology es "reinventa la noche".  Fijaos que promesa más sencilla pero más contundente: el whisky de Diageo se asocia directamente con la noche, pero con esa noche inolvidable, llena de sorpresas que todos hemos vivido alguna vez.  El recorrido a nivel contenidos es prometedor:  fiestas "imposibles" de todo tipo (la última de ellas según podéis ver en su web, ¡en Transilvania!), ediciones limitadas de merchandising que no puedan conseguirse en ningún otro sitio, música producida en sus fiestas…  El atractivo de este filón de actividades experienciales ha llegado a tal punto que J&B brifea a estudiantes de comunicación y producción audiovisual para que produzcan sus propios spots para la marca.

La cerveza mejicana Coronita se enfrentaba a un problema diferente: la cuarta cerveza más vendida del mundo está fuertemente agredida por la sensibilización al precio del target en nuestro país (el precio de Coronita puede llegar a triplicar el de una cerveza local en el canal Alimentación), así como por el creciente peso de las marcas de fabricante en la cesta de la compra.  Lejos de la tentación de reducir sus precios, Coronita toma la ruta opuesta: aportar más valor por el mismo precio.  Y para ello desarrolla su imaginario con una serie de eventos entre los cuales destaco:

  • El Hotel Efímero Coronita Rock in río, concebido como un alojamiento efímero para los asistentes al festival Rock in Río, celebrado en Arganda del Rey, Madrid.  Se trata de dotar de glamour a la experiencia del camping en festivales.  Los residentes son unos pocos agraciados por la marca, pero la noticia, proyectada por los medios, llega a cientos de miles de consumidores.
  • El Hotel Coronita Save the Beach, (el primer hotel urbano construído íntegramente con basura procedentes de playas de distintos puntos del planeta), que se ubicó recientemente en la céntrica plaza de Callao en Madrid.  Aquí tenéis un vídeo donde su creador, a parte de decirnos que somos "basura" 🙂 nos da su propia reflexión sobre el reciclaje.

Con ambas acciones, Coronita propone que entendamos la diversión como "back to basics".  Es posible encontrar la felicidad en la compañía con los demás y el disfrute de la naturaleza: experiencias reales para gente real.  Este territorio de marca juega a caballo ganador: los consumidores, zarandeados por la crisis, reflexionamos directa o indirectamente sobre el hiperconsumismo y sus consecuencias.  Abrimos los brazos a las nuevas marcas eco-conscientes y que no se orienten únicamente al beneficio, sino a convivir de forma equilibrada con el planeta y la sociedad.  Es todo un insight que pueden explotar en fiestas en la playa (Corona Islands), proponer la exploración de destinos turísticos desconocidos, y en general, todo lo relacionado con una diversión natural y respetuosa con el medio ambiente.

Corona island

Mi tercera marca de referencia hoy es Red Bull, la bebida energética que en los primeros 90 rompe los códigos de su categoría para posicionarse no como un refresco sino como una bebida que reactiva cuerpo y mente.  Con el paso del tiempo, su segmento madura y decenas de competidores pugnan por erosionar su liderazgo: de un lado gigantes como la corporación Coca-Cola, con su marca Burn y de otro, productos locales y marcas de fabricante.  Lejos de ponerse nerviosos, los chicos de Red Bull mantienen bien arriba el listón de su autenticidad mutiplicándose en todas direcciones como el gran animador de todo aquel deporte que implique riesgo y máxima alerta de los sentidos (deportes del motor, deportes urbanos, de nieve, escalada, kite surf, deportes de velocidad sobre patines, etc, etc).  Patrocinan lo grande (como sabéis Red Bull es campeón del mundo de F1) pero también lo pequeño (deportistas y eventos locales).

Posiblemente, el evento que más ha contribuído a construir la credibilidad de la marca en este territorio sea el Red Bull x-Fighters, que ya es una tradición anual en la Plaza de Toros de las Ventas y donde 30.000 personas asisten cada año a una exhibición de motocross Freestyle que es la gran noticia de la ciudad esa noche.  Obviamente la experiencia genera un recuerdo intenso que la publicidad no conseguiría.

El mejor sitio para calibrar el potente contenido que este territorio de marca les permite crear es su web, donde veréis demostraciones de multitud de deportistas, equipaciones y merchandising, promociones, actividades relacionadas con la cultura urbana, como herramientas de sofware para Dj´s, etc.

SI CREES QUE ESTA RUTA LE CONVIENE A TU MARCA TE RECOMIENDO:

  1. Como siempre, mira hacia tu marca.  ¿Cuáles son tus activos?  ¿En qué eres diferente a tu competencia? ¿Qué perdería tu categoría si tu marca desapareciese? (No te digo lo que haría con tu marca si la respuesta es "nada"…)
  2. ¿Serías capaz de ofrecer a tus clientes -que no lo olvides, deben ser también tus más grandes fans- un evento irrepetible, intimamente ligado a tu marca y que sólo tú podrías crear? ¿Uno que supusiese un espaldarazo para tu marca?  Si no lo tienes claro, quizá te convenga hablar con un especialista en eventos.  Pero uno que sepa de branding… no un organizador de ferias y congresos ¿ok?
  3. Cuanto tengas la idea de ese evento hazte tres preguntas más:  ¿serías capaz de propagar la noticia sobre la celebración a una parte importante de tu base de clientes?, ¿serías capaz de producir sucesivas versiones cambiantes del evento? y ¿podrías explotar la idea del evento con comunicaciones digitales, incentivos, juegos, promociones…?

En la próxima entrega de esta serie, te acompañaré a descubrir cómo puedes desarrollar un contenido propio a partir del uso estratégico del patrocinio.

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5 errores que debes evitar al parir una promoción

Hace unos días hablábamos del reto que supone para la Universidad enseñar un Marketing adaptado a la realidad del mercado.  Una de las cosas que jamás me enseñaron fue a planificar una promoción.

Ya salido de la Facultad, y con una corbata al cuello, aprendí de forma intuitiva que se trataba más o menos de invertir un dinero en incentivar a los clientes potenciales (por medio de un regalo, sorteo, descuento, programa de puntos, etc) para anirmarles a adquirir nuestro producto.  Y que la cosa compensa cuando:

– El beneficio marginal (e.d., el beneficio generado por las unidades extra que hemos vendido), nos permite recuperar lo invertido en la promo.

- Y/o cuando la masa crítica de compradores post-promoción ha aumentado en relación a la que disfrutábamos previamente.  El incentivo ha servido para acercar a la marca a compradores que quizá no nos conocían y que ya permanecerán con nosotros.

Como digo, esa es la teoría.

Colhogar Y este cupón que adjunto es un botón de muestra del punto en el que suele quedarse la práctica.  Se trata de una promoción antediluviana de una marca de papel higinénico.  Me sirve para enumerar cinco errores que debes evitar cuando quieras darle un empujón promocional a tu marca.

1. Tener doscientos objetivos diferentes.  Generar notoriedad, rejuvenecer la marca, dinamizarla, fidelizar, construir una base de datos, generar prueba de producto… Para que tu cliente perciba con claridad lo que le ofreces en un hiper donde te rodean otros 50.000 productos, el primero que lo tienes que tener claro eres tú.  Si no sabes lo que quieres con tu promo, ahórrate el dinero y no la hagas.  En el año 95 participé en la primera promoción de las millas de Marlboro.  Con un único objetivo claro: combatir el problema de ocasionalidad que sufría la marca (una importante masa de consumidores fumaban Marlboro en un contexto social los fines de semana pero bajaban a una marca más económica a diario).  Coleccionando millas podías conseguir regalos que compensaban ese esfuerzo extra de comprar Marlboro entre semana.  Volviendo a esta foto, yo no sé cuál será el objetivo de esta marca, más allá del clásico "más vale vender más que menos" que decía de coña un jefe que tuve.

2. Mecánica no relacionada con el imaginario de marca.  Bombardeados como estamos de publicidad las 24 horas del día, por la cuenta que nos trae, debemos mostrar el mismo rostro a nuestros consumidores.  Siempre.  Contar siempre la misma historia, que contribuya a intensificar la relación de nuestros clientes con la marca.  Siempre.  También cuando realizas una promoción: tanto tus incentivos como la presentación de la promo debe respirar lo mismo.   Consistencia con tu posicionamiento: así te identificarán, te reconocerán, y -si el incentivo es suficientemente bueno- se acercarán a por tu producto. Si no tienes una promo que cuente tu historia tan bien como la magnífica Nightology de J&B, sigue buscando.

3. Pobre valor percibido de tu incentivo.  Recuerda que su valor no depende sólo de lo económico: no hace falta que te gastes un pastizal.  Es más, a menudo depende más de su exclusividad, de que sea insustituible y único.  Sobre este revistero, aquí unos cuantos de IKEA seguramente más chulos (cada cual que opine lo que quiera) y desde luego más fáciles de conseguir que el de la foto.

4. Ausencia de comunicación: ni Dios ve tu promo.  Si quieres un incremento rápido de ventas, no te queda otra que estimular el in-switching de consumidores de la competencia.  Si tu promoción no se ve en los medios y sobre todo en el punto de venta, si el incentivo no llega a ojos de tu público, no te comprarán. Con cada edición de Marlboro Millas imprimíamos dos millones de catálogos que distribuíamos en estancos, máquinas de tabaco, con comandos de azafatas y en encartes en prensa y revistas.  Si no tienes presupuesto como para este despliegue de artillería, no te preocupes: lucha por colocar algún PLV en el punto de venta y si eso no es posible, personaliza tu packaging, hazlo diferente y llamativo. En este caso me encontré el cupón en el fondo del retráctil de papel higiénico ¡cuando lo abrí en casa!

5. Mecánica de redención complicada o incómoda.  Pon a disposición de tus clientes una variedad de posibles maneras de participar: que puedan redimir sus cupones por medio de claves alfanuméricas por teléfono, por SMS, o en una web. Cuanto más fácil se lo hagas, más participantes tendrás y por lo tanto, más ventas.  Al igual que en el punto anterior, no sufras: puedes subcontratar un pequeño contact center por mucho menos dinero del que piensas.  Suficientemente complicadas son nuestras vidas para que en el año 2010 nos obliguen a recortar cupones, guardarlos en una lata, comprar un sobre, un sello y encontrar un buzón de correos, echar la carta, y esperar a que nos llegue el regalo.  ¿Dónde compro un sello???

A veces algún amigo me dice que soy despiadado con las marcas en este blog.  En este caso rebajaré la crítica diciendo que esta manera de hacer promociones no es exclusiva de esta marca. 

Muy por el contrario, el 90% de las promociones que he hecho en mi vida (y el 99% de las que veo en los lineales cada día) no resistirían el más mínimo análisis de retorno en la inversión, están pobremente comunicadas y se limitan a seguir los clichés típicos de su categoría en lugar de romperlos (los fabricantes de lácteos regalan tazones, los rones sortean viajes a Cuba, los bancos ofrecen baterías de cocina y la prensa deportiva pijamas del Real Madrid).

Porque con una promo es eso lo primero que queremos hacer: romper. Si no, no invertiríamos unos recursos extra para vender más.  Digo yo.

Saludos irreverentes.

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Oreo: hasta una galleta puede crear una experiencia (y muy bien)

En un post anterior hablé sobre el cono de Dale, una herramienta que utilizan los sociólogos para analizar nuestra capacidad de recuerdo en función de los estimulos que recibimos.   Básicamente, olvidamos la mayor parte de lo que leemos o vemos, y nuestra memoria es más eficiente en relación a todo aquello en lo que hemos participado/temas que hemos debatido (sorpresa, sorpresa: el boca a boca y las redes sociales) y que hemos experimentado o vivido (eventos de marca).

A menudo escucho a clientes y alumnos argumentar que sólo marcas sexy como J&B, Beefeater o Nike disponen de territorios de marca suficientemente amplios y potentes como para justificar eventos de este tipo.

Pues mirad Oreo:

Viaje secreto oreo  
Se trata de un espectáculo creado en exclusiva para la marca de galletas de Kraft por parte de Els Comediants en el cual los asistentes (los 1.000 padres y niños agraciados en un sorteo), podrán ser "actores por un día" participando en el espectáculo a través de la creación de los escenarios con un kit de herramientas que se les entregará a la entrada. 

Leo que la idea del espectáculo se inspira en el famoso ritual secreto de Oreo que sólo los niños conocen para degustar sus galletas favoritas: abrir, chupar la crema…y mojar en la leche.  Aunque este vínculo me parece un poco cogido con alfileres, creo que los señores de Kraft han sabido hacer muy bien tres cosas:

– pensar en el target y ofrecerles una diversión en familia: en definitiva, aportarles valor ahora que las "oreo de marca blanca" les están haciendo la puñeta

– atreverse a desarrollar su territorio de marca alrededor de la creatividad infantil

– construir un evento aspiracional e irrepetible que encaja con este territorio, gracias al trabajo de Els Comediants.

El evento tendrá lugar el próximo 29 de mayo en Madrid y las inscripciones pueden solicitarse en www.oreosecreto.com.

Una crítica:  el evento podría estar mejor explotado en los medios sin necesidad de invertir mucho más en publicidad (no olvidemos que el efecto beneficioso sobre la marca no abarca tan sólo a quienes asisten a los eventos: ¿cuántos habéis pisado el Nightology boat y sin embargo sabríais explicar la experiencia?) y su presencia en buscadores es mejorable.  A oreosecreto.com no llegué por los resultados de la primera página sino por un link en una nota de prensa.

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BRANDING = APRENDIZAJE. COMO MAXIMIZAR EL RECUERDO DE MARCA?

El mundo en el que vivimos es una permanente carrera por experimentar.  Por vivirlo todo: más alto, más fuerte, más intensamente… y si es posible aquí y ahora.  Hace poco leí un artículo interesantísimo sobre este fenómeno que sus autores bautizaban como Nowism.

Aplicando esta idea al mundo de las marcas:

Los servicios son experiencias que vivimos:  cada visita al dentista es diferente a la anterior, en mi bar de copas preferido nunca hay exactamente el mismo ambiente, cuando me doy un masaje para descontracturar la espalda nunca me siento igual al salir…

Los productos también son experiencias: los habitantes de los países desarrollados hemos satisfecho nuestras necesidades básicas y aspiramos a satisfacer otras de grado superior, relacionadas con la autorealización y los planos emocionales.  No bebo J&B por su sabor sino porque su imagen concuerda con mi manera de entender la noche y la fiesta. No compro el traje de mi boda en Armani porque me quede incomparablemente mejor que otro traje 500 euros más barato, sino porque es EL DÍA más apropiado para comprar Armani.  No monto una Harley porque corra más sino porque significa conducir en total libertad…

Ya me gustaría a mí montar un Harley.

Realmente somos mucho más que consumidores, somos experimentadores.  Por eso resulta paradójico que los anunciantes sigan -o sigamos- empeñados en utilizar formas inapropiadas para transmitir experiencias.

El cono de la experiencia del pedagogo americano Edgar Dale sirve para construir este argumento. Los humanos:

Somos capaces de recordar una mínima parte de lo que leemos (por eso no me acuerdo de los Reyes Godos ni de los afluentes del Tajo – lo memoricé pero no lo viví).

Somos capaces de recordar un parte mayor de aquellas imagenes fijas que vemos o sonidos que escuchamos (recuerdo algunas canciones de Torrebruno aunque fue hace mucho tiempo).

- Y recordamos una parte importante del contenido audiovisual que vemos (¿quíen no recuerda a Michael J Fox en Regreso al futuro o a un imberbe Harrison Ford en La Guerra de las Galaxias?)

– Pero lo que más recordamos con diferencia es aquello que vivimos, aquello que experimentamos directamente (partidos de basket en el colegio, un viaje fin de curso, mi año haciendo COU en Estados Unidos…, mi primer ejem…).

256px-Cono_de_la_Experiencia_svg

¿Puede un spot transmitir la exclusividad de ser invitado a un concierto privado de nuestro grupo favorito?, ¿puede una página de revistas arrancarnos una sonrisa felicitandonos nuestro cumpleaños con un regalo original?, ¿puede una cuña de radio agregar valor a nuestras vidas?

Opino que no.

¿Es inteligente seguir considerando a los clientes como "audiencia" (una especie de magma uniforme e inerte cuya atención se compra por kilos en las centrales de medios)?, ¿podemos seguir asignándoles un rol pasivo en la relación con nuestra marca marca?… o acaso no sería preferible invitarles a participar, dado que de ello se derivarán índices más altos de recuerdo y preferencia.

La publicidad es una versión deliberadamente engolada de la oferta de un anunciante, que nos llega desde los medios en distintos formatos. 

Por el contrario, la experiencia implica un contacto personal con la marca, con la que podemos interactuar y por lo tanto -si nos creemos el cono de Dale-, la vamos a recordar con más intensidad.

Saludos irreverentes.