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Porsche: Ad killed the brand star

Parafraseando la famosa canción de The Buggles, acabo de encontrarme un anuncio que de un plumazo puede matar la estrella de su marca.

Aquí el spot (de Porsche):

 

Cierto que la industria automovilística americana está patas arriba pero no sé si ello justifica perder los papeles y:

– Unirse al inagotable desfile de spots de coches predecibles y monocordes que saturan nuestras teles cada noche.  Hace unos meses colgué en este blog una herramienta mágica para parir titulares publicitarios de coches en sólo unos segundos. Aquí lo tienes.

– Cargarse de un plumazo el halo de exclusividad de la marca con la misma historia de familia feliz que utilizan la mayoría de los coches.  Sólo que con familia de clase alta en vez de clase media. 

– Matar moscas a cañonazos: que alguien me explique cómo puede ser rentable anunciar un coche en un medio masivo como la tele cuando tu target (por renta) será el top 2 o máximo 3% de la población.  No lo veo salvo en canales micro-segmentados de proveedores de cable.

Porsche es un mito, un icono cuyos valores de marca se acentúan en la discreción, la distancia de los grandes medios, el elitismo, el acceso limitado.  Cuantos menos Porsches vemos por la calle, más nos impacta cuando de repente nos adelanta uno.  Cuanto menos nos desmonten nuestro mito con publicidad convencional y no solicitada, más inalcanzable, y por lo tanto más deseable, nos parecerá este coche.

No es consumismo exacerbado.  Es el atractivo de lo exclusivo. 

El hecho de que un anuncio lo vean muchos miles de personas no equivale a que genere intención de compra en esos consumidores y mucho menos que desencadene esa compra.

Algunos preferirán acudir a una premiére en su ciudad para ver de cerca a Scarlett Johansson sobre una alfombra roja.  Yo casi prefiero imaginármela tan guapa como la vi por primera vez en Match Point.

Saludos irreverentes.

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Huye de las agencias que te ofrezcan campañas 360º

Brujula Leo en Slogan Magazine un artículo conciso y pertinente sobre el término "360º".  Me gustaría desarrollar el asunto mirando hacia la oferta comercial que las agencias de publicidad hacen a sus clientes.

Esto de "360º" alude al objetivo de conseguir que una campaña publicitaria se haga omnipresente, impactando al target desde la mayor variedad posible de medios.  Fue acuñado en los años 80 por el publicitario británico David Ogilvy y todavía sigue siendo utilizado por la agencia que él fundó.

Las idea de publicidad 360º se fundamenta en nociones sobre la comunicación de marcas que también datan de los 80.  El impacto publicitario (GRP´s = cobertura x frecuencia) se construye a base de identificar al target e impactarle repetidas veces con la misma campaña desde la tele, la radio, la prensa, el medio exterior…  Se supone que la notoriedad publcitaria se construye de modo acumulativo: 3 impactos generan un recuerdo superior al tiple del recuerdo generado por un sólo impacto, ya que van generando un poso en la memoria.  E.d.: cuantos más medios mejor, cuantos más pases mejor, cuanta más presencia mejor.

Cuanto más ruido mejor. Incluso si el medio o la campaña o ambos, son irrelevantes para el target.

Te recomiendo que la próxima vez que una de esas agencias deseosas de solucionar de un plumazo el problema de tu comunicación y al mismo tiempo teletransportarte a una nueva era de multiconectividad y éxito inmediato, consideres:

1. Que no te conviene pagar por una agencia que se limite a adaptar un anuncio propio o que les viene de fuera y chutarlo en todas direcciones.  Necesitas una agencia que desarrolle la historia de tu marca, que cree contenido, lo divulgue y  sepa consolidar las relaciones resultantes con los clientes.

2. Que no tiene sentido orquestar una campaña multimedia por el mero hecho de estar en todas partes.  Gran parte de los medios están seriamente saturados.  Si estás en todas partes, sólo multiplicarás la ineficacia de tu inversión.

3. Que la ominipresencia de tu marca probablemente causará el efecto contrario al deseado: hastiar a tu público.  ¿O es que a ti te gusta que tu pareja te deje una nota en la cocina después de haberte echado una charla sobre el mismo tema 5 minutos antes?

4. Que el foco obsesivo en los medios es un hábito del pasado y también un error.  Las campañas publicitarias 360º se basaban en la interrupción y la repetición.  Que es justo lo que no quieres que haga tu marca.  Si quieres atraerles, pide permiso a tus clientes para contactar con ellos y favorece su invocluración paulatina y natural con tu marca.

5. Que el medio ya no es el mensaje.  Tu historia es tu mensaje.  Así que centra tu esfuerzo en hacer esa historia creíble, relevante, memorable e involucradora.  Piénsalo: ¿realmente tienes una historia que contar?

6. Que tus clientes no son sólo audiencia pasiva y desinteresada que consume anuncios.  Tus clientes también son emisores.  Así que no olvides considerarles como tales y facilitarles la tarea de redistribuir el mensaje.

Saludos irreventes.

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5 errores que debes evitar al parir una promoción

Hace unos días hablábamos del reto que supone para la Universidad enseñar un Marketing adaptado a la realidad del mercado.  Una de las cosas que jamás me enseñaron fue a planificar una promoción.

Ya salido de la Facultad, y con una corbata al cuello, aprendí de forma intuitiva que se trataba más o menos de invertir un dinero en incentivar a los clientes potenciales (por medio de un regalo, sorteo, descuento, programa de puntos, etc) para anirmarles a adquirir nuestro producto.  Y que la cosa compensa cuando:

– El beneficio marginal (e.d., el beneficio generado por las unidades extra que hemos vendido), nos permite recuperar lo invertido en la promo.

- Y/o cuando la masa crítica de compradores post-promoción ha aumentado en relación a la que disfrutábamos previamente.  El incentivo ha servido para acercar a la marca a compradores que quizá no nos conocían y que ya permanecerán con nosotros.

Como digo, esa es la teoría.

Colhogar Y este cupón que adjunto es un botón de muestra del punto en el que suele quedarse la práctica.  Se trata de una promoción antediluviana de una marca de papel higinénico.  Me sirve para enumerar cinco errores que debes evitar cuando quieras darle un empujón promocional a tu marca.

1. Tener doscientos objetivos diferentes.  Generar notoriedad, rejuvenecer la marca, dinamizarla, fidelizar, construir una base de datos, generar prueba de producto… Para que tu cliente perciba con claridad lo que le ofreces en un hiper donde te rodean otros 50.000 productos, el primero que lo tienes que tener claro eres tú.  Si no sabes lo que quieres con tu promo, ahórrate el dinero y no la hagas.  En el año 95 participé en la primera promoción de las millas de Marlboro.  Con un único objetivo claro: combatir el problema de ocasionalidad que sufría la marca (una importante masa de consumidores fumaban Marlboro en un contexto social los fines de semana pero bajaban a una marca más económica a diario).  Coleccionando millas podías conseguir regalos que compensaban ese esfuerzo extra de comprar Marlboro entre semana.  Volviendo a esta foto, yo no sé cuál será el objetivo de esta marca, más allá del clásico "más vale vender más que menos" que decía de coña un jefe que tuve.

2. Mecánica no relacionada con el imaginario de marca.  Bombardeados como estamos de publicidad las 24 horas del día, por la cuenta que nos trae, debemos mostrar el mismo rostro a nuestros consumidores.  Siempre.  Contar siempre la misma historia, que contribuya a intensificar la relación de nuestros clientes con la marca.  Siempre.  También cuando realizas una promoción: tanto tus incentivos como la presentación de la promo debe respirar lo mismo.   Consistencia con tu posicionamiento: así te identificarán, te reconocerán, y -si el incentivo es suficientemente bueno- se acercarán a por tu producto. Si no tienes una promo que cuente tu historia tan bien como la magnífica Nightology de J&B, sigue buscando.

3. Pobre valor percibido de tu incentivo.  Recuerda que su valor no depende sólo de lo económico: no hace falta que te gastes un pastizal.  Es más, a menudo depende más de su exclusividad, de que sea insustituible y único.  Sobre este revistero, aquí unos cuantos de IKEA seguramente más chulos (cada cual que opine lo que quiera) y desde luego más fáciles de conseguir que el de la foto.

4. Ausencia de comunicación: ni Dios ve tu promo.  Si quieres un incremento rápido de ventas, no te queda otra que estimular el in-switching de consumidores de la competencia.  Si tu promoción no se ve en los medios y sobre todo en el punto de venta, si el incentivo no llega a ojos de tu público, no te comprarán. Con cada edición de Marlboro Millas imprimíamos dos millones de catálogos que distribuíamos en estancos, máquinas de tabaco, con comandos de azafatas y en encartes en prensa y revistas.  Si no tienes presupuesto como para este despliegue de artillería, no te preocupes: lucha por colocar algún PLV en el punto de venta y si eso no es posible, personaliza tu packaging, hazlo diferente y llamativo. En este caso me encontré el cupón en el fondo del retráctil de papel higiénico ¡cuando lo abrí en casa!

5. Mecánica de redención complicada o incómoda.  Pon a disposición de tus clientes una variedad de posibles maneras de participar: que puedan redimir sus cupones por medio de claves alfanuméricas por teléfono, por SMS, o en una web. Cuanto más fácil se lo hagas, más participantes tendrás y por lo tanto, más ventas.  Al igual que en el punto anterior, no sufras: puedes subcontratar un pequeño contact center por mucho menos dinero del que piensas.  Suficientemente complicadas son nuestras vidas para que en el año 2010 nos obliguen a recortar cupones, guardarlos en una lata, comprar un sobre, un sello y encontrar un buzón de correos, echar la carta, y esperar a que nos llegue el regalo.  ¿Dónde compro un sello???

A veces algún amigo me dice que soy despiadado con las marcas en este blog.  En este caso rebajaré la crítica diciendo que esta manera de hacer promociones no es exclusiva de esta marca. 

Muy por el contrario, el 90% de las promociones que he hecho en mi vida (y el 99% de las que veo en los lineales cada día) no resistirían el más mínimo análisis de retorno en la inversión, están pobremente comunicadas y se limitan a seguir los clichés típicos de su categoría en lugar de romperlos (los fabricantes de lácteos regalan tazones, los rones sortean viajes a Cuba, los bancos ofrecen baterías de cocina y la prensa deportiva pijamas del Real Madrid).

Porque con una promo es eso lo primero que queremos hacer: romper. Si no, no invertiríamos unos recursos extra para vender más.  Digo yo.

Saludos irreverentes.

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Un gran evangelista para ING Direct

Gracias a Teresa, ex-compañera de G2, me encuentro en facebook con este clip.

En el 2004 leí "Creating Customer Evangelists" de J Hubba y B Mc Connell, dos consultores americanos interesados en los procesos de fidelización de clientes.  Establecen una analogía entre el modelo de evangelización "puerta a puerta" de las primeras comunidades cristianas, y su aplicación a la difusión de productos, servicios o ideas.

A partir de ahí el término evangelista se ha generalizado para definir a un consumidor que nos hace el favor de correr la voz sobre nuestra oferta desinteresadamente.  A mayor fidelidad del evangelista a la marca, y a mayor ascendente del mismo sobre su audiencia, mayor el impacto de sus recomendaciones.

El caso concreto de Isma que acabas de ver, cumple cuatro de las condiciones que según los dos autores, favorecen la difusión de ofertas por parte de los evangelistas:

  1. Generar feedback de tu audiencia.  Su página facebook es un creciente foro de comentarios sobre su idea.  Porque es divertida, original, y en el fondo representa un sueño, algo que todos tendemos a abrazar fácilmente, aunque sea el sueño de otro.  Además, la perfecta simbiosis de su mensaje con los valores de la marca hacen que éste alcance una credibilidad muy alta.
  2. Facilitar la propagación de la recomendación.  Las Redes Sociales permiten correr la voz con sólo un click de ratón.
  3. Construir tu propia comunidad de seguidores para correr la voz.  Yo mismo estaré pendiente de si ING le ofrece o no un trabajo.  En mi opinión el banco tiene ante sí una excelente oportunidad de capitalizar este excelente historia y demostrar su agilidad en Internet 2.0.  En esta época si no post-publicitaria, casi, el interés de un contenido depende mucho de su autenticidad. 
  4. Crear una causa: en este caso, generar ruido alrededor de la orginalidad de Isma para solicitar un puesto de trabajo en ING y  la demostración que hace de su pasión por esa marca.

Le auguro un prometedor recorrido al vídeo (que ya tiene 3.000 visitas en Youtube) y un gran futuro a Isma.  Dentro o fuera de ING Direct.

Saludos irreverentes.

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Lineales cosméticos que me recuerdan a los vídeos de The Cure

Esta foto la tomé hace unos días mientras esperaba a que mi santa decidiese lo que iba a comprar.  O sea, media mañana.  Es un lineal de máscaras de pestañas (¿se dice así?). 

IMG_0126 Cuando trabajaba en Nivea tuve la ocasión de participar en varios proyectos de gestión de categorías de cosmética masculina.  La idea era presentar el surtido de la manera más clara y atractiva posible para:

– facilitar la compra al permitir una mejor identificación y comprensión de los productos,

– hacer la compra más disfrutable,

– e indirectamente, potenciar la rotación.

No consigo comprender el oscuro propósito que ha llevado a los diseñadores de este mueble a convertir la experiencia de compra de cualquier mujer que se aproxime a él, en un tormento.

Se dice que hasta dos tercios de las decisiones de compra las tomamos en el punto de venta.  Llegamos a la tienda con una idea de lo que necesitamos, y un listado de finalistas en nuestra cabeza, ordenados por grado de preferencia.

Estaremos de acuerdo en que, a menos que las clientas estén unidas a esta marca por un cordón umbilical de inquebrantable fidelidad, al ver semejante maremagnum es más que probable que muchas de ellas den un par de pasos laterales para visitar los lineales de la competencia.

Es bien fácil buscar alternativas: la competencia está a mano, no hay que hacer ningún esfuerzo extra para alcanzar sus productos.  En ese singular "momento de la verdad" donde se toma la decisión de compra, que es donde debemos desplegar la mejor de nuestras versiones, es donde esta marca falla.

Experimentar una marca supone realizar un balance en nuestra mente de todos los impactos que nos han llegado de ella:  los positivos suman y los negativos restan.  La publicidad cuenta en este balance, sí, pero también las opiniones de nuestros allegados, el tipo de personas que observemos adoptar el producto alrededor nuestro, y por supuesto la presencia del producto en el punto de venta.

Es poco inteligente causar el impacto más negativo a escasos segundos de jugarnos las cartas con nuestra competencia.

Esa foto me recuerda a un claustrofóbico vídeo de The Cure, donde los miembros de la banda tocaban "Never Enough" encajonados en un mini teatro de títeres.

En fin, ellos sabrán si quieren que sus clientas vuelvan a por más o huyan despavoridas.

Saludos irreverentes.

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Ponche Caballero o la Noche de los Muertos Vivientes

Hace 6 años trabajaba como Director del departamento de cuentas de g2, la agencia de publicidad no convencional del grupo Grey (por cierto, qué respiro produce trabajar hoy en algo que sí puedo explicar a cualquiera en cuatro palabras). 

Uno de los clientes recién llegados al grupo, Ponche Caballero (marca propiedad de Bodegas Caballero de Puerto de Santa María, Cádiz), encargó a la agencia una campaña de tele para rejuvenecer la marca.  Vamos, para vender más ponche con coca-cola en las discotecas.

Estas son las credenciales tradicionales del producto: licor para señores maduros, para tomar solo, con hielo o encarajillado. 

Incluyo deliberadamente este spot para ilustrar que los propietarios de la marca parecen ignorar que han pasado 40 años desde entonces.  Muchos "señores maduros" la diñan o por prescripción médica dejan de beber cajarillos, y hay que recuperar ventas desde la parte más joven de la base de clientes.  A alguno le pareceré un bruto pero es la puñetera realidad del mercado. 

Como leo en una conocida revista de marketing, la nueva y enésima campaña modernuqui de Ponche Caballero pretende seguir:

"un nuevo posicionamiento … relevante al target joven y rupturista con la línea tradicional de comunicación de la marca, aunque sin que ésta excluyera al consumidor tradicional y mantuviera su vinculación con el origen español del producto".

O sea:  tradicional pero joven.  Conservador pero rupturista.  Español de siempre pero cosmopolita y dinámico.  ¿?????  Vaya reto para una agencia de publicidad, ¿eh?

Veo en la tele a Chenoa en el nuevo anuncio de Ponche Caballero, y me vienen a la mente todas sus predecesoras:  las trillizas, Azúcar Moreno, Paulina Rubio…  La fórmula es siempre la misma: negar la evidencia de que el producto ha entrado en su fase de declive y subvencionarlo con fuertes inversiones publicitarias a ver si engancha a los jóvenes de una vez.

La_noche_de_los_muertos_vivientes-450114330-large Es toda una reedición de la noche de los muertos vivientes, la peli de George A Romero. La creencia de que la publicidad, en el año 2010, es como un elixir mágico que puede insuflar vida a cualquier producto maduro/moribundo es una estupidez

Porque no funciona así:

– Los productos eternos no existen. 

– Porque los humanos somos mortales, volubles, envejecemos y nuestros gustos evolucionan constantemente.

– Por ello los productos son concebidos, nacen, se desarrollan, se estacan e inevitablemente, maduran y desaparecen.  Esto se estudia en el ciclo de vida del producto en todas las Universidades.  Como todos los directores de Marketing muestran prestigiosas carreras y Másters en sus currículums, asumo que ese día faltaron a clase.

– Los muertos vivientes no recobran su juventud necesiariamente aunque los saquemos a pasear por la tele.

Un producto como Ponche Caballero podría ser perfectísimamente rentable durante años, dirigiéndose a una base decreciente de consumidores maduros.  Opino que es un buen producto, diferenciado, consistente (botella, marca, imaginario, distribución) con un elevado nivel de ventas (está entre las 10 bebidas espirituosas más vendidas del país) y me jugaría un carajillo a que el consumo de sus heavy users no bajaría si dejasen de hacer publicidad. 

Hoy he tomado esta marca como ejemplo, pero ahora extrapolo a cualquier otra.  Me parece una obsesión enfermiza despilfarrar el dinero que un fabricante podría invertir en desarrollar nuevos productos con los que equilibrar su portafolio, en airear publicidad predecible e inocua al consumidor.

He visto comportamientos de este tipo cada vez que me he topado con un fabricante que depende mucho de una sola marca.  En concreto me sucedió con una marca de tabaco de las gordas. El riesgo de cagarla es máximo cuando no puedes diversificar.  En ese contexto, invertir en publicidad parece una opción menos discutible puertas adentro que lanzarse al agujero negro del I+D.  Sin nuevos productos entre los que dividir su riesgo, nuestra tabaquera se limitaba a jugar con sus campañitas año tras año mientras las ventas se debatían en una lenta agonía.

Pensaba en incrustar también el spot de Chenoa dentro de este artículo, pero mejor os ahorro 30 segundos de vuestro tiempo, que tendréis mejores cosas que hacer.

Saludos irreverentes.

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EL CLIENTE ES EL NUEVO GRAN HERMANO

Recupero -más resumido- este post que escribí hace más de un año en este mismo blog.  Se me ocurrió al ver esta simpática pintada en un centro de depilación junto a mi casa.
 

Hace años escribí mi proyecto fin de carrera sobre Calidad Total
 
La verdad es que era un coñazo.  Hablaba de conseguir, a base de prevención, minimizar el riesgo de equivocarnos al vender nuestro producto o prestar nuestro servicio, provocando así la insatisfacción en un consumidor.  Por aquel entonces (estamos hablando de los 90) se estimaba que un cliente airado rajaría su descontento a un promedio de quince personas.
  
Quince clientes potenciales que posiblemente ya nunca se acercarán a nosotros.  O peor aún, quince clientes actuales -en los que por lo tanto ya hemos invertido recursos-, que como consecuencia de la gran rajada, no volverán a comprarnos.  Recuerdo que por aquel entonces ese número de criticadores me parecía todo un gentío.
 
Pero en una entrada reciente hemos como un frikivídeo colgado en youtube puede recibir en solo 24 horas ¡un millón de visitas!  Causando que los cimientos de la marca agraviada (en este caso Domino´s Pizza) se tambaleeen.  Este es el poder que tenemos los consumidores en este momento de nuestra historia.
  
En el caso de los serivicios, el riesgo aumenta enormemente. Una lata de Nestea garantiza la misma experiencia de usuario en el 99,99% de los casos, no importa quién, dónde o cúando se consuma.
 
En servicios, sin embargo, la cosa cambia. Es en el momento de la verdad, en esos minutos críticos que pasamos en un restaurante, en un centro de estética o una clínica dental, donde nos formamos una imagen duradera sobre la marca. La reputación de ésta, recae por lo tanto en manos de múltiples variables que no siempre están bajo el control directo de su propietario: una caída del suministro eléctrico, una mala contestación del recepcionista, un descuido del personal de limpieza, y todo el castillo del servicio al cliente se desmorona…

A propósito de clientes airados, la foto de cabecera. Obsérvese la perfecta integración del mensaje con la gama de colores que usa la marca.
 
Seguro que los propietarios de este centro de depilción llevan meses, incluso años, dando lo mejor de sí mismos para aumentar su masa crítica de clientes y capear la que está cayendo.
 
Nunca sabremos si la pintada procede de un vándalo anónimo, o de un cliente airado por un momento esporádico en que el servicio no estuvo a la altura de sus expectativas.
 
Parafraseando un trozo de 1984, la novela de George Orwell, hoy casi más famosa por un programa de TV: "big brother is watching you".  Por la cuenta que te trae, si la reputación de tu marca está en tus manos, no la cagues.
 
¿Qué opináis?  Ahora que la atronadora publicidad que la tele escupía sobre nosotros parece herida de muerte, por la saturación, el desinterés y la fragmentación de audiencias, ¿es el cliente el nuevo Gran Hermano?
 
Saludos irreverentes.
 
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El libro re-work o la tentación de creerse el rey Midas

El mito griego del rey Midas nos hablaba de un rey que convertia en oro todo lo que tocaba, hasta que tuvo que pedir ayuda a los dioses para revocar su hechizo y poder alimentarse sin que su comida se transformase en el dorado metal.

El fin de semana pasado me leí Re-work, un libro con excelente críticas en Amazon.  La versión en español la acaba de editar Empresa Activa con el título "reinicia".

Es uno de estos libros yanquis donde a veces la rápida exposición oculta una cierta farta de rigor en la argumentación.  Rework

En mi opinión los autores del libro, co-propietarios de 37signals, un exitoso fabricante americano de software cuya fórmula mágica es la descentralización con equipos pequeños y dinámicos y tele-trabajo, han decidido -autocontemplándose, entiendo- que tienen la fórmula del rey Midas para transformar a toda empresa en oro puro.  Aplicando su propio modelo de negocio, naturalmente.

Repaso alguno de los ingredientes de esta "fórmula mágica", que los autores aderezan con frecuentes  "fucking", "shit", etc. supongo que para sonar más contundentes…:

No se aprende de los errores sino de los éxitos.  Mmm… va a ser que no.  Basta pensar en la evolución de la especie humana y entenderemos que nuestro tatarabuelos de los cavernas distinguieron las plantas y frutos comestibles de los que no lo eran perdiendo individuos por el camino.  Y  más adelante los navegantes para cruzar el océano, y la NASA para encontrar el camino del espacio…  Aquí tienes algunos ejemplos que respaldan mi argumento.

– Evita plantearte estrategias de salida para tu negocio: ¿alguien se casa pensando en el divorcio?  Pues sí: teniendo en cuenta que el 75% de los matrimonios americanos terminan en divorcio, aunque quieras mucho a tu mujer te conviene pensar bien si te casas en gananciales o en separación de bienes.  No tener claro qué harías si te va mal es inconsciente.  Porque si te va mal ya no tendrás la lucidez como para maniobrar y encontrar una salida airosa.  Dicho lo cual, entiendo que opinen de esta manera, porque aparentemente nunca les ha ido mal.

– No copies porque eso te convertirá en un segundón.  Sin ambages: me parece una solemne tontería.  El mundo del arte, la ciencia y la empresa está lleno de ejemplos de personas y organizaciones que alcanzaron el éxito tomando prestada y mejorando una idea ajena.  ¿Qué tal el ipod como ejemplo?

– Haz todas las tareas que puedas tú mismo.  ¡Ya!: ponte a fregar y al mismo tiempo planifica tu futuro como un gurú.  Mi reto como empresario es el opuesto: pretendo rodearme del mejor equipo que mi estado financiero actual me permita reclutar, porque de lo bueno que sea mi equipo depende la rápida expansión de mi negocio.

En el lado positivo:

El libro tiene una base de pragmatismo que me parece muy acertada para empresas de pequeña estructura.  Asi, recomienda no sobreplanificar e ir tomando pequeñas decisiones cada día con agilidad, conscientes de los riesgos, pero sin camuflar con aquello de "tengo que darle una vuelta a este proyecto" la falta de agallas para avanzar.

Recomienda encontrar un equilibrio entre la vida profesional y personal.  Todos sabemos que nuestra motivación y rendimiento bajan cuando trabajamos demasiadas horas.  Aún así, ¿por qué está tan asentado en nuestra cultura que el empleado del mes es el que más horas le echa?

– Subraya la importancia en un mundo hiperconectado de dar respuesta en el acto a cualquier consulta de un cliente.  Tengo tantos mails pendientes de respuesta (de universidades, empresas de sofwtware, tiendas, proveedores de telefonía, incluso algún famoso blogger que va de amigovirtualdetodoelmundo…) que me daría para escribir media docena de artículos.  A lo mejor un día publico un listado de los interfectos… Cuando alguien me dice que no tiene tiempo para contestar a sus clientes (o a un proveedor, o a un colega, me da igual) me pregunto por qué se cree más importante/ocupado que el emisor del mensaje, que sí tiene tiempo.  Todos tenemos trabajo.  Y todos tenemos tiempo: es cuestión de saber administrarlo.

En suma, un libro algo fatuo (bonita palabra que jamás uso pero que ayer me recordó Igor), que nos cuenta un modelo de negocio idóneo para el éxito empresarial.  Soy escéptico: hace más de 50 años que se publican libros sobre el éxito en los negocios, y sin embargo todos los días caen decenas de empresas.  Porque las empresas trabajan con clientes muy diferentes en contextos muy diversos, y se orientan a satisfacer necesidades cada vez más complejas y cambiantes. 

Esto de gestionar una empresa tiene más de arte impredecible que se masteriza poco a poco cada día, que de ciencia.

Saludos irreverentes.

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Hasta BIC tiene contenido de marca. ¿Lo tienes tú?

Me gustan las marcas que tienen la suficiente humildad como para bajarse de su pedestal publicitario y mostrar su lado humano.

Me acaba de llegar un información de BIC que me ha sorprendido favorablemente.  En su site www.littlebicworld.com echa mano de su propia historia y nos hace recordar lo iconográfica que es esta marca.  Con su inconfundible jingle, reproducido en esta nueva web en distintas versiones.

Para sortear el riesgo de ser visto como un mero ejercicio de "revival publicitario", BIC nos ofrece algunas sorpresas:Foto boli

– puedes importar una imagen y convertirla a una estética de trazos de boli azul, y llevarla a tu facebook: no es que eso te lleve a enamorarte de BIC de golpe, pero sí es una buena idea para viralizar entre tus amigos la posibilidad de hacerte un retrato a mano alzada en lo que se dice dos clicks.  Estoy guapo como un cerdo, que diría Jorge Martínez.

– si te sientes más creativo, la web contiene un concurso de clips donde puedes presentar tu propia versión del jingle de BIC y optar a un abanico de regalos de Apple.  Me parece quizá demasiado complicado como para que se dispare la participación, dicho lo cual van a tener una colaboración con Buenafuente en breve, lo cual sin duda amplificará el alcance de la acción.

Hay una estrategia que parece subyacer en esta nueva etapa de la marca y es el cada vez más recurrente "menos es más".  Resumo: nos estamos comiendo una crisis más grande que un caballo y como consumidores deberíamos aprender algo por el camino.  Entre nuestras opciones como consumidores se abre la posibilidad de comprar mejor, de manera más inteligente, de apostar por aquellos productos que prescinden de lo superfluo, aquellos que nos dan valor por el dinero que pagamos, y además, por su sencillez, contribuyen a un mejor uso de nuestros recursos naturales.

Si os fijáis, es la misma estrategia que emplean las grandes low cost como Ikea, MediaMarkt, RyanAir, Easyjet… (hace meses desarrollé este tema en otro post de este blog) sólo que trasladada a algo tan aparentemente simple y prosaico como un boli BIC.

Razón de más para que aprendamos de una estrategia así: si ellos pueden desarrollar contenido alrededor de un boli de plástico, tú también puedes.

Saludos irreverentes.

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¿Qué haces tú para superar la pereza de la vuelta al cole?

Pereza Esto de la depresión post-vacacional de la que se habla cada mes de Septiembre me parece una exageración parida por Telediarios faltos de noticias. 

En mi caso, tengo la suerte que desde que me dedico a hacer lo que me gusta (me produzca más o menos…) ya no me deprimo sea 1 de Enero, 2 Febrero o San Fermín.

No me deprimo pero sí me atenazo porque se dan de leches a) el volumen de trabajo atrasado y proyectos urgentes y b) la falta de inercia del motor, lastrado por el sol, la sidra y los recuerdos de los amigos a los que hacía tiempo que no veía.

¿Qué hacéis vosotros para superar la tentación de pulular por Internet en lugar de ponerse a currar?

Os cuento lo que intento hacer yo:

Recuperar la rutina: intento empezar y dejar de trabajar a la misma hora cada día.  Así lo que queda en medio (el trabajo), no se ve desplazado por lo demás. Sólo he dicho intento eh.  Soy español, no alemán. 

– Ya sentado en mi escritorio, cada mañana me hago un listado de lo que tengo que hacer, ordenado por prioridades.  Un listado pequeño: si te pones 200 tareas será imposible que las priorices y por lo tanto todas se volverán urgentes, e.d. tu listado no valdrá para nada.  A medida que voy completando las cosas, las voy tachando.  Es de perogrullo, pero me hace sentir más aliviado.

Empiezo por las tareas que más me gustan (y que sean productivas, obviamente: e.d., no vale "ponerme a leer en la terraza"), lo que sé que no me va a costar hacer.

– Dentro de cada tarea, y eso es especialmente importante en las que menos te gustan o te cuestan más, intento hacerlo de principio a fin, e.d. no parar para meterme en otras cosas.  Todos tenemos una curva de rendimiento cuya pendiente se modera cuando hacemos multitasking.  Cuanta más atención dediques a una sóla cosa, más probable es que la termines antes.

Si necesitas algo de un tercero, no saltes sobre él/ella inmediatamente.  Si es alguien con quien tratas a diario, anótate lo que quieres tratar y sigue trabajando (si la duda no te lo impide).  Quizá encuentres que debes hablar nuevos temas con esta persona y los incorpores a tu lista.  Así la interrumpirás (y te autointerrumpirás menos).  Reduce drásticamente el número de llamadas telefónicas y la duración de cada una.

– Las llamadas telefónicas y las reuniones también tienen su curva de rendimiento: mejor una sola reunión de planificación de 1 hora (después de los 5 inevitables minutos de cháchara sobre Mourinho, la economía, el Mundial de basket o cómo ha aumentado la barriga del jefe durante las vacaciones) que 4 reuniones de 20 minutos para apagar fuegos que ya están ardiendo. 

Apago el teléfono móvil (si puedo).

Cierro el Outlook después de chequearlo a primera hora.

Duplico la dosis de cafeína y de caramelos de menta: esta última frikada es por un mítico profesor de Ciencias que tuve en el colegio y que justo antes de enfrentarse a nosotros se zampaba un caramelo de eucalipto.  En fin, son vicios legales y que me ayudan a mantenerme alerta.

Hago deporte: y esto sí que no es una milonga.  El ejercicio físico libera endorfinas que lejos de agotarte, disminuyen tu ansiedad y te hacen rendir mejor en el resto de actividades.  No trabajes ni un minuto más de lo necesario estos primeros días: sal a la calle y respira. 

¿Qué haces tú?

Saludos irreverentes.