Categorías
boca a boca innovación publicidad para recordar redes sociales

OVERPROMISING: por qué las promesas publicitarias pueden ser veneno puro para tu marca

Promesas, promesas, y más promesas  

Esto es lo que nos enseñaron a formular cuando aprendimos publicidad.  Tanto el diseño como el copy deberían responder a un mismo reto: el efectismo.  Se trataba de impactar al consumidor de la manera más rápida posible, atrayéndole con nuestros cantos de sirena.  Por aquel entonces se tomaba como un dogma que la publicidad era la única herramienta capaz de construir la  notoriedad de una marca, o de formar o cambiar percepciones sobre ella.  La estrategia de edulcorar al máximo nuestros anuncios era como una pócima mágica que servía tanto para captar nuevos clientes como para fidelizar a los clientes actuales.

En este gráfico podéis ver que frecuentemente, en el pasado el gap existente entre la promesa (ese USP monolítico que debíamos comunicar con machacona insistencia) y el valor real de la experiencia ofrecida por la marca, era gigantesco.  Poco importaba que la publicidad vendiese quimeras alejadas de lo que luego el producto (o a veces el punto de venta) iban a aportar en la realidad.  Porque vivíamos en un mundo analógico donde nuestras quejas solo podían ser escuchadas por un puñado de allegados.

BRAND VALUE BEP

La experiencia como examen de la promesa publicitaria   

Internet vino para revolucionar, como tantos otros ámbitos de nuestras vidas, el modo como nos relacionábamos con las marcas.  Las redes sociales han transformado al consumidor en un prosumer.  Un consumidor profesional.  En otras palabras, un cabroncete más informado y exigente que nunca y, por encima de todo, cada vez más inmune a las promesas de los anuncios.

Alguien que:

  1. Va a pedir a una marca que le demuestre palpablemente y a diario cualquier promesa lanzada desde sus anuncios.  
  2. Tendrá tolerancia cero a los gaps excesivamente grandes entre esas promesas y el valor real de la experiencia ofrecida por la marca (la experiencia de usar su producto, de visitar su punto de venta, de utilizar una App suya, de consumir sus contenidos, etc.)
  3. Rajará de forma inmisericorde en sus redes sociales (donde su alcance ya no es un puñado de amigos sino cientos de conocidos y millones de contactos potenciales) al menor agravio.

Este es el estado del Branding, nos guste o no a los que llevamos tiempo trabajando en esto: las marcas cada vez se construyen menos por la publicidad y lo hacen más por otros vectores como el producto, las personas y el entorno físico.

Brand Value Break Even

La única manera de empatizar hoy día con el público objetivo (con el fin de que éste nos prefiera frente a las cuatrocientasmil ofertas alternativas a su disposición) es no defraudarle e intentar entregarle al menos un valor equivalente a lo que le hemos prometido en nuestra comunicación.  Esto sería nuestro "Brand Value Break even point".

Al igual que en el break even financiero, el break even de valor de marca te permite comenzar a recuperar lo invertido en tu comunicación.  Porque si tu público se cree esa comunicación, la misma generará un ROI.  Si por el contrario tu mensaje defrauda o engaña, tendrás un ROI negativo.

Si queréis mi opinión, pienso que alcanzar este punto de equilibrio todavía es una quimera para la mayor parte de las marcas que puedas tener en mente.  Un estudio reciente de Havas nos muestra que a nadie le importan tres de cada cuatro marcas con las que convivimos.  Y pienso que alcanzar este punto es el principal reto a futuro para los que trabajamos en esto de comunicar/posicionar marcas.

Cuando hablamos de experiencias capaces de aportar valor al usuario, deberíamos considerar no sólo los eventos presenciales, sino cualquier tipo de experiencia digital (gaming como Reveal, este ejemplo clásico de L´Oreal, Apps como la de Galp Music, u otros contenidos con valor informativo o de entretenimiento).  Si el marketing de hoy y de mañana consiste en establecer y consolidar relaciones con nuestro target, y las relaciones en este mundo florecen cuando hacemos sentir especial al otro, debemos empeñarnos en conseguir exactamente esto en todo lo que hacemos: hacer sentir especial al receptor de mi experiencias, presenciales o digitales.  Entender muy bien lo que mi target necesita es la clave para poder ofrecérselo excediendo sus expectativas.  

Una pregunta para debate si queréis:  ¿qué marcas pensáis que han llegado ya a este Brand Value Break even  point o quizá para vosotros incluso lo han superado?

Saludos a todos.

Categorías
branded content innovación publicidad para olvidar publicidad para recordar

VIEJA Y NUEVA PUBLICIDAD: ENTENDER LA DIFERENCIA CON 2 IMAGENES

En publicidad tendemos a complicar innecesariamente las cosas.  Vivimos tiempos tormentosos donde:

  • La inversión en anuncios ha decrecido tanto como en ladrillo en los últimos años.
  • Los consumidores no se enteran de lo que queremos contarles porque nos dedicamos a interrumpirles, con lo cual su predisposición natural es zapearnos y mirar para otro lado.
  • "Publicidad", que debería ser un término neutro (la RAE lo define como "extender la noticia de las cosas o de los hechos" e.d. simplemente "comunicar"… ¿hay algo malo en eso?), se ha convertido en algo peyorativo, sinónimo de "propaganda" ("acción o efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores").

Y en lugar de revisar lo que estábamos haciendo mal y subrayar con claridad los deberes que conviene hacer para retomar el rumbo adecuado, nos enzarzamos en disputas:

  • Innecesarias:  ¿on u off? ¿Alguien piensa todavía que Internet es un medio? ¿No será más bien un habitat, el único habitat donde TODO el contenido, y por tanto toda actividad de comunicación, tiende a residir…?
  • Obsoletas:  ¿BTL o ATL? ¿Nos hemos dado cuenta de que estamos en el siglo XXI, que establecer contacto con un consumidor es ORO PURO, que el medio no es el mensaje, que lo que contamos y no dónde lo contamos vuelve a tener la máxima trascendencia? (esto no lo sostengo sólo yo: la idea es de Kevin Roberts de Saatchi, autor del conocido libro "Lovemarks").
  • Irrelevantes: ¿branded content?, ¿advertainment?, ¿native advertising?, ¿inbound marketing? ¿Qué mas da? Si tenemos la más remota idea de lo que el consumidor quiere, ¿por qué no invertirmos nuestro tiempo en desarrollar metodologías eficaces para ofrecérselo en lugar de sostener debates intrascendentes?

Lo que el consumidor quiere

Personalmente hace años que tengo bien claro lo que el consumidor quiere.  

Fundamentalmente dos cosas:  que no le tomemos  el pelo y que no le hagamos perder el tiempo.

Quiere que lo que le contemos en nuestra comunicación de marca sea útil.  Enséñame algo que yo no sepa o bien ofréceme entretenimiento y me pensaré si quiero ser amiguito tuyo.  Interrúmpeme con mensajes comerciales repetitivos y predecidbles, y me alejaré antes de que te puedas dar cuenta.

Imagen 1: la única publicidad sostenible

Hace unos días, volviendo de Levante con mi familia, paramos en un pueblo de la provincia de Albacete a comer.  En la entrada del bar estaba colgado este cartel de Agrohumus, un fabricante local de fertilizantes (pequeño tirón de orejas por comunicar al pie del cartel una web que está en construcción:  oportunidad perdida si vuestro target, interesado al leer el cartel, busca más información sobre vosotros).

Más allá de eso, lo que comunican es la celebración de una charla informativa sobre cómo recuperar un terreno dañado: algo que imagino 100% útil para quien trabaja la tierra.  Para asegurar el éxito de la convocatoria no la organizan solos, sino de la mano de una de las cooperativas agrarias locales.  Una charla que además se convierte en un evento de networking con los agricultores.

Agrohumus.es

Permitidme que os diga con toda claridad que esta actividad (directa, sencilla, sincera, integrada en su entorno, útil al target) debería hacernos sonrojar a todos los que trabajamos en publicidad.  

Imagen 2: la vieja publicidad

Ejemplos como éste nos demuestran con toda lucidez lo fácil que puede ser acercarnos al usuario como facilitadores en lugar de interrumpirle como propagandistas (que es en lo que realmente nos hemos convertido).

Y a pesar de eso, abotargados en nuestra propia soberbia:

  • nos preocupa más lucirnos con titulares ocurrentes que demostrar a nuestros clientes que de veras nos interesan,
  • nos preocupa más llamar la atención fugazmente que resultar creíbles a quien nos ve.

Esto es, en definitiva, lo que seguimos haciendo (foto tomada dos horas más tarde que la de Agrohumus, en la entrada de mi casa): 

Cerrajeros

De vuelta al trabajo tras unos días de descanso, pienso en la paradoja de haber encontrado una comunicación más amable al usuario, indudablemente más eficaz al anunciante (y en definitiva más moderna y sostenible!) en una zona rural de Castilla la Mancha.

Mientras el 99% de la publicidad que veo a diario en una gran ciudad como Madrid denota un absoluto desinterés por el consumidor, por su privacidad y por su tiempo.  Siendo el consumidor el único de quien al final depende que el sistema funcione si se interesa en lo que le contamos, empatiza con nosotros y en algún momento adquiere el producto o servicio publicitado.  

Y denota un desinterés todavía mayor por las marcas que pagan las facturas consiguiendo muy poco a cambio.

Saludos a todos.

Categorías
branding publicidad para recordar

Un anuncio de ROI inmediato: la apertura Media Markt Goya Madrid

El anuncio en cuestión

La semana pasada abrió en la calle de Alcalá de Madrid, el nuevo store de Media Markt: el más céntrico y uno de los más grandes (1900 metros cuadrados de superficie de ventas).  Aquí una imagen del anuncio que vimos en prensa, internet y publicidad exterior en los días previos a la apertura.

Media-markt-anuncio

Los objetivos de esta publicidad estaban perfectamente delimitados: debía causar un efecto de notoriedad inmediato.  Media Markt abriría en unos días un nuevo centro (con todas las características conocidas de la enseña: amplia variedad de productos tecnológicos a precios imbatibles) y eso debía convertirse en un notición para la ciudad.

Más gente que en la guerra

Y así es como me encontré el centro en un día laborable, apenas dos días después de la inauguración (no me habrían dejado sacar la foto dentro así que tuve que hacerlo desde la calle, desde donde no se aprecia todo el llenazo).  Durante el tiempo que estuve en el local hablé con varios empleados (completamente desbordados por la afluencia de público) y uno de ellos "culpaba" a la campaña de publicidad, que había empapelado Madrid en los días previos.

Mas gente que en la guerra

Resultado conseguido, ¿no?

Esto es publicidad eficaz

Me consta que ninguna agencia enviaría esta campaña a un festival publicitario.  Y ese es el motivo principal por el que la publicidad ha dejado de ser un canal creíble para la transmisión de mensajes desde las marcas hacia los consumidores.  

Durante décadas los publicitarios hemos perseguido más el efectismo que los resultados.  Hemos buscado más el aplauso de la profesión (¿qué son los festivales sino espacios para el autobombo?), que la relación con los verdaderos destinatarios de esos anuncios, los consumidores.

Nadie fardaría de una campaña como esta en su book, lo cual me parece un error.  Esta campaña tiene un gran mérito: el mayor mérito posible para un formato publicitario.  Conseguir transformar la actitud (el recuerdo de un anuncio) en conducta (acudir al encuentro de la marca que pone ese anuncio).  Esa es la vara de medir más exigente que puede llegar a tener la publicidad.

Cuando el anuncio se come a la marca

La ciencia publicitaria apunta que existen dos rutas para llegar hasta el consumidor con anuncios:

  • La ruta central de procesamiento donde ofrecemos al usuario información factual y verificable:  por ejemplo, "yo no soy tonto" (en Media markt se compra más barato)
  • La ruta periférica, donde la música, el ambiente o los personajes que aparecen en la publicidad, contribuyen a modelar la actitud hacia la marca anunciada.  La ruta periférica se puso de moda en los años 80, en el momento en que la oferta de producto comenzó a superar la demanda y la información factual ya no conseguía diferenciar a los anunciantes.  El problema de la ruta periférica, en los tiempos de hipersaturación publicitaria a los que hemos llegado, es que, incluso si el anuncio consigue apelar a la emocionalidad de la audiencia, normalmente es el propio anuncio el que perdura en su memoria, por encima de la marca anunciada.  Es decir, recuerdo al coche que surcaba las calles rodeado de explosiones de pintura, pero no recuerdo qué coche era.  Recuerdo a Arguiñano vendiéndonos el horno último modelo, pero no recuerdo si era de Bosch, Fagor o Teka… 

Cuando tengo diez días para convertir la apertura de mi próximo centro en épocas prenavideñas, cuando necesito petarlo de gente desde el primer momento, no puedo permitirme el lujo de:

  • Que el anuncio se coma a la marca: necesito dejar meridiánamente claro quién abre esa nueva tienda y dónde está.
  • "Jugar a los creativos": las florituras son innecesarias.  La apertura se avecina y debo transmitir el mensaje con toda la claridad posible.

El secreto de una publicidad de efecto inmediato

La clave para conseguir que una campaña consiga un efecto tan potente casi de forma inmediata es muy sencilla.  Y encierra una gran paradoja: la mejor manera de que tu publicidad desencadene una conducta orientada a la compra es que durante el resto del año no concentres tu recursos en tu publicidad, sino en tu marca.

Media Markt es una marca perfectamente nítida, que todos sus destinatarios comprenden.  Construida con gran coherencia durante años, minimizando el gap entre sus promesas publicitarias y el valor real ofrecido a pie de tienda.  Y lo es, no solo por su publicidad, sino por sus productos, por la experiencia en sus puntos de venta y por su servicio al cliente.

La marca está tan clara en la mente del usuario que cuando abren un nuevo centro no necesitan recurrir a divagaciones emocionales.  La cosa es tan sencilla como decir dónde y cuándo abrirán ese nuevo centro. Porque el usuario sabe lo que encontrará dentro, ya que la marca está posicionada de forma indeleble en su mente.

Veamos dos ejemplos más:

  • Zara es un producto 100% diferenciado (la más rápida rotación de productos con un apreciable componente de moda).  Su foco no está puesto en comunicar esta ventaja competitiva sino en mantenerla, a través de su conocido sistema JIT (Just in time), inspirado en la industria automovilística japonesa.
  • Mercadona también es diferente.  Nadie más renuncia a las ofertas, apostando por SPB ("siempre precios bajos") con un surtido limitado en profundidad pero, efectivamente, con precios imbatibles.  Del mismo modo que Zara, el foco de Mercadona no está puesto en comunicar este posicionamiento, sino en racionalizar su surtido, compras y logística para convertir ese posicionamiento en una realidad constante, en lugar de lo que suele ser para tantas otras marcas (una pose).

La publicidad no es un bálsamo mágico

No podemos pedir a la publicidad que logre por sí sola posicionar nuestra marca para así atraer la empatía y la preferencia de los clientes.  Estamos profundamente equivocados cuando pensamos que la publicidad es ese "bálsamo de Fierabrás" que servía a Don Quijote para curar cualquier herida o enfermedad.  De hecho, la publicidad es, de todos los vectores de marca (comunicación, personas, producto, entorno físico) el que hoy día resulta menos eficaz para posicionar una marca.  

Recurre a la publicidad sin complejos cuando tengas que comunicar:

 

  • Un gran lanzamiento
  • Una fantástica oferta de precio
  • Una innovación, ¡pero solo si es un auténtico breaktrough, algo que revolucione cómo el consumidor experimenta la categoría!
  • Una noticia muy importante de tu empresa que pueda afectar positivamente las percepciones de tus clientes hacia ella

 

Pero si lo que esperas es construir relaciones perdurables con tu target lanzando promesas publicitarias desde los medios masivos, espera sentado.  Si no hay una propuesta de valor proporcional en el mundo real (en la tienda, en los productos que vendes, en los servicios que prestas, en el boca a boca sobre ti en redes sociales y en la calle), nadie se creerá eso que prometes.  

Y, como la gran mayoría de los anunciantes, estarás tirando tu inversión publicitaria a la basura.

Construye tu marca todos los días del año para que cuando tengas que convocar la atención de tus usuarios en torno a una noticia verdaderamente importante, ello sepan de qué les estás hablando.

Categorías
branding publicidad para recordar

Anuncio Loterías: ¿eficacia=emocionar o eficacia=vender?

Hace unos días me hice eco (y quién no…) en este blog de la campaña más cacareada de las últimas Navidades, el spot de Loterías taaaan bonito.

Repito hoy lo que dije en ese primer post: que a mí también me parece bonito.  Dicho lo cual, me alucina que ese sea el análisis más sofisticado que podamos hacer en la profesión sobre el spot.  A diferencia de lo que muchos parecen pensar, el fin último de la publicidad no es arrancar aplausos en los festivales o lágrimas en los salones de las casas, sino espolear las ventas de las marcas que se gastan una pasta en producirlos y ponerlos en el aire.

Leo unos días después en Marketing News que el anuncio ha demostrado ser el no va más de la eficacia.  Porque un experimiento de Neuromarketing del Instituto Brain House, así lo prueba.  

Neuromarketing?

Neuromkg

Todos hemos oído hablar sobre las crecientes aplicaciones de la neurociencia al estudio de los comportamientos de consumo.  El neuromarketing utiliza técnicas de medición de la actividad cerebral ante distintos estímulos (por ejemplo, anuncios).  El estudio de las reacciones externas e involuntarias de los individuos expuestos a estímulos publicitarios no es nuevo.  Ya en los años sesenta del pasado siglo, técnicas como el taquistoscopio, el pupilómetro o las cámaras oculares fueron muy utilizadas en el ámbito de los pretests publicitarios, si bien los elevados costes de los trabajos de campo las llevaron a caer en el desuso.

La era digital ha vuelto a traer a primer plano este tipo de estudios y ya somos capaces de determinar, con un alto grado de exactitud, dos cosas:

  1. El nivel de atención que un receptor dispensa a un anuncio segundo a segundo y plano a plano.  Por tanto nos sirve para estudiar la respuesta cognitiva al anuncio.
  2. El estado emocional producido por la exposición al estímulo.  Por tanto el neuromarketing nos permite estudiar también la respuesta afectiva al anuncio.

En el caso de la investigación de Brain House sobre el anuncio de Loterías, han descubierto que el spot desencadena varios picos de gran activación emocional. Sobre todo el momento en el que "Antonio le entrega el sobre y el café; en este instante se produce un incremento de la emoción del 187% y de los niveles atencionales de un 182% sobre la media del spot". 

¿Qué es la eficacia publicitaria?

Lo primero que aprendes si estudias sobre medición de eficacia publicitaria (tuve que hacerlo hace unos años para mi tesis doctoral) es que la monitorización de la eficacia de un anuncio, debe comenzar siempre por la definición de los objetivos que que perseguimos con la campaña. Así:

  • Una campaña cuyo principal objetivo sea construir la notoriedad de la marca anunciada, será eficaz si la respuesta cognitiva (que como vemos puede medir el neuromarketing) es positiva.
  • Una campaña que persiga la eficacia emocional (disparar el likability hacia la marca anunciada), será eficaz si la respuesta afectiva (como en el caso del spot de Loterías) es favorable.
  • Y por último, una campaña que persiga una respuesta conductual (activar las ventas de la marca), será eficaz si la marca vende más.  Punto.

¿El objetivo de Loterías?

Me encantaría contar con la visita de alguien del anunciante para constrastarlo, pero asumo que una campaña donde Loterías se juega la facturación de todo el año en 30 días de venta (los que transcurren más o menos desde el estreno del spot hasta el día del Sorteo de Navidad el 22 Diciembre) no puede tener otro objetivo que no sea ese: VENDER.

Por este motivo no estoy de acuerdo en que, antes de conocer los resultados comerciales de este año, estemos catalogando a la campaña como un éxito publicitario.  Me parece una más de las muchísimas aseveraciones que se hacen en publicidad fruto del desconocimiento.

La sacrosanta "imagen de marca"

La realidad es que, ajenos a los objetivos de marketing que el anunciante establece cuando despliega su estrategia publicitario, a menudo aplaudimos o demonizamos los anuncios no por su capacidad de alcanzar o no los objetivos marcados, sino por su presunta contribución a sumarse a la construcción de la "imagen de marca".  Un cometido indefinido para el que parece que podemos tener toda la paciencia del mundo, toda la laxitud del mundo.  Si nadie nos recuerda, no importa, "estamos construyendo marca".  Si nadie es capaz de decodificar en qué somos diferentes, tampoco importa.  Y sobre todo, si no vendemos no importa, "estamos construyendo marca".

No desdeño como gran logro que es, en un mundo donde el 90% de los usuarios tiene una predisposición desfavorable con respecto a la publicidad, la buena respuesta a nivel recuerdo y afectividad que el estudio de Brain House nos muestra.  Pero el camino que le queda al anuncio para alcanzar sus objetivos no se detiene ahí.  Fijaos: un anuncio que desencadena una respuesta positiva a nivel cognitivo y emocional debería además:

  • Generar una asociación indeleble entre marca y anuncio, de modo que el liking del anuncio se convierta en liking de la marca.  La historia de la publicidad está llena de anuncios efectistas que ganaron premios en todos los Festivales habidos y por haber, anuncios que todavía se recuerdan después de muchos años… sin que se recuerde la marca que los produjo y puso en el aire.  Gran paradoja.  Si quieres un ejemplo muy sonado de este problema (procedente de "Big brother is dead"), echa un vistazo a este anuncio (Gran Premio del Festival de San Sebastian), pulsa el pause en el segundo 20 y adivina qué marca lo firmó.  Alrededor de 9 de cada 10 personas a quien les pregunto esto se equivocan.

 

  • Una vez establecida esta asociación, la respuesta emocional positiva hacia la marca generada por el anuncio debe producir una mejora en la empatía del consumidor hacia la marca, de forma que ésta se eleve en su escala de preferencia.
  • Y finalmente, cuando el usuario esté en la tesitura de adquirir un producto en esa categoría, el calado emocional de la campaña debe desencadenar una respuesta conductual.  Esto ya es para nota: una cosa es "recordar" o "gustar" (actitudes) y una muy distinta, y mucho más difícil, es provocar un comportamiento concreto: la compra.

En fin…

La moraleja de hoy (al menos para mí) es la siguiente: una cosa es que un anuncio me ponga tierno y otra muy distinta que ello termine por desencadenar en mí una conducta.  En este caso comprar un billete de Lotería.  ¿Lo conseguirán?  Esperemos al día 23 para saberlo, si es que quieren divulgar sus datos de ventas…

Saludos a todos…

Categorías
branding publicidad para recordar redes sociales

El spot de Loterías realmente es BUENA publicidad? (una visión diferente)

El anuncio de Navidad de Loterías es la pieza publicitaria que más conversación social ha generado este año.  Asumo que, con el nivel de presión contratado por Loterías, lo habréis visto un mínimo de 5 veces.  Os invito a verlo otra vez, total una más qué más da…

 

Un anuncio MUY bonito

Este es el feedback más generalizado que el anuncio ha recibido: que es muy bonito y nada más.  Por parte de la audiencia en general y (lo que más me alucina) por profesionales que de un modo u otro se dedican a esto de la comunicación.

Yo estoy de acuerdo en que es MUY bonito, pero los que trabajamos en esto tenemos la obligación de llevar el debate un poco más allá.  Los anunciantes que depositan en nosotros la enorme responsabilidad de rentabilizar sus inversiones publicitarias, entiendo que nos piden un análisis algo más profesional.  Intentémoslo al menos.

¿Cuándo un anuncio es eficaz?

El modelo que veis aquí se llama la jerarquía de efectos, ya lo he mencionado otras veces en el blog. 

El modelo de la Jerarquía  de efectos se utiliza en Psicología y Sociología para exponer las 3 fases típicas que un ser humano desencadena tras verse expuesto a un estímulo externo:

  • Fase cognitiva: el estímulo genera un recuerdo.
  • Fase afectiva: este recuerdo genera un reacción emocional positiva hacia el mensaje.
  • Fase conativa: las dos fases anteriores desencadenan un comportamiento concreto.

 

 

Jerarq efectos

Aplicado al caso concreto del Marketing, un anuncio puede ser eficaz cuando:

  1. Nivel cognitivo: por sus características, genera un recuerdo profundo e (idealmente) prolongado, no sólo sobre el anuncio (y esto es crucial en publicidad) sino sobre la marca que lo firma.
  2. Nivel afectivo:  cuando desarrolla en el receptor una corriente de empatía hacia la marca.
  3. Nivel conativo: cuando el recuerdo y el liking incitan a la compra.  Ojo: si el beneficiado de la fase cognitiva y emocional no es la marca sino simplemente el anuncio (e.d. recordamos la situación, los personajes, pero no la marca que está detrás), jamás seremos eficaces desde este punto de vista.

¿Cuál es el principal objetivo de este anuncio?

Veo por comentarios vuestros en Twitter, que casi todos (el 99%) bendecís el anuncio por su capacidad de generar “imagen de marca”.  Pero pensemos en la situación REAL de mercado de Loterías:  compitiendo en un contexto crecientemente agresivo, con una crisis de consumo que no termina de amainar y las casas de apuesta online robándole más y más cuota de mercado

¿Por qué emite Loterías este anuncio a escasos 40 días de la celebración del sorteo de Navidad?  ¿Para “construir imagen de marca”?  E.d. ¿para iniciar ese indeterminado proceso de generación de goodwill favorable que eventualmente conducirá a preferir este juego respecto a otros? ¿Creéis que tienen tiempo para convertir "Lotería Nacional" en Apple? 

Pues no. 

Lo que Loterías busca es impulsar las ventas de billetes de Lotería a toda pastilla.  Vamos, si sólo tiene 40 días para hacerlo!!!  Si lo consigue, la campaña habrá cumplido sus objetivos y aplaudiremos la eficacia del anuncio.  Si lo que consigue es aumentar las ventas de Kleenex pero no de billetes de Lotería, ¿para que nos sirve el anuncio?  Para deleteitarnos con una historía emocionante las 2 ó 3 primeras veces que lo vemos y para darnos algo sobre lo que hablar, tanto en la máquina del café como en Twitter. 

¿Pensáis que alcanzarán su objetivo?

El año pasado mantuvimos exactamente el mismo debate con el tan denostado anuncio de Raphael/Bustamante/Marta Sánchez/Caballé etc.  ¿El boca a boca (mayoritariamente positivo este año y negativo el pasado) y el éxito mediático de la campaña nos permite afirmar "lo han conseguido!"?

Deberemos esperar al 22 de Diciembre.  A que el sorteo se celebre y los responsables de Loterías (si quieren) tengan a bien compartir con nosotros sus resultados comerciales.  Aparentemente hace doce meses apenas consiguieron detener la acentuada caída de la recaudación que vienen sufriendo año tras año.  ¿Qué conseguirán este año?  

¿Puede este ejemplo clásico de publicidad emocional estimular a un gran torrente de nuevos compradores a adquirir Lotería de Navidad? ¿O es que todos estamos diciendo "Guau, pedazo de anuncio!" en lugar de "Guau, pedazo de marca, voy a comprar un billete!".

Saludos a todos.

Categorías
branded content publicidad para recordar

Powerade Beat: un ejemplo de la publicidad del futuro… que no es Red Bull

Publicidad del siglo XX

Aquí un ejemplo de lo que Powerade venía haciendo en el pasado, imagino que tanto para atraer nuevos consumidores como para fidelizar a quienes ya habían probado esta bebida isotónica.

 

Un spot:

  • de estética irreprochable y que apuesta por un territorio poco capitalizado por su competencia: el esfuerzo del entrenamiento frente al glamour de la victoria, que es el espacio en el que se posicionaría la mayoría.  
  • con una promesa clara y directa: "toma Powerade y ayuda  tu cuerpo a llegar".  Es cierto que no vende retos imposibles, no te dice que Powerade te convertirá en un Ironman, pero se queda en una mera promesa.  Es decir, la comunicación no te invita a dar un paso más para implicarte con la marca. Te cuento un beneficio tangible, aderazado por un discurso que apela a lo emocional, y me quedo ahí.

Por tanto, por mucho que la estética o el mensaje central nos parezcan acertados desde el punto de vista de un profesional de la publicidad, probablemente este esfuerzo será baldío para la marca en los tiempos que vivimos, donde solo un 2% de los 3.000 impactos publicitarios que recibimos a diario logran convocar nuestra atención.  Por la sencilla razón de que todo aquello que aparece dentro de un bloque publicitario es inmediatamente identificado por nosotros como "información de baja credibilidad".

Pasemos página…

Publicidad del siglo XXI

Y aquí lo que descubrí hace un par de días, estando todavía de vacaciones por el Norte.

 

Cuando hablamos de Branded Content, frecuentemente pecamos de miopía y pensamos que la ficción (webseries, programas TV) o la información (blogs, artículos, documentales…) son las únicas vías para ofrecer a nuestra audiencia una comunicación útil que sea bien recibida.

Error.

Muchos consideraríamos esto que propone Powerade como una promoción de libro:

  • Porque hay una mecánica de participación: acumulas puntos entrenando a nado, en bici o a pie y los acumulas sincronizando tus sesiones de entrenamiento desde distintas plataformas.
  • Porque hay unos incentivos a esta participación: los puntos acumulados pueden servirte para conseguir dorsales (los que participamos desde hace años en carreras populares sabemos la pasta que se te termina yendo en esto…), material deportivo o productos Powerade.  

Siendo puristas, no deberíamos considerar esta acción como un contenido, ya que no deriva en ningún programa que podamos ver, ni en ningún evento que podamos disfrutar. 

Mie pregunta es:  ¿y qué más da?

Es una idea espléndida que se convierte en el epicentro de su comunicación.  ¿Por qué relegar el contenido, que para muchos es la manera más eficaz de conquistar la atención de la audiencia, a un evento minoritario o a la dispersión de Internet?  En lugar de hacer esto y copar la TV con anuncios como el que encabeza este post, Powerade decide concentrar sus esfuerzos utilizando su inversión en paid media para vender lo más interesante, lo que más posibilidades tiene de generar empatía con el target: esta promo.

El punto de inflexión

Hay una triple diferencia entre ambas publicidades: 

  1. Powerade deja de ser un intruso, que interrumpe lo que estamos viendo y se convierte en un facilitador, en un "mejorador" (permitidme la expresión) de nuestra experiencia deportiva.
  2. Powerade abandona el terreno de las meras promesas y ofrece una experiencia real a la que podemos incorporarnos.  Y que podemos disfrutar en el mundo real.  Cuando muchas veces hablo de que las marcas deben abandonar las milongas y ofrecer experiencias veraces y reales, me refiero a esto.
  3. Y finalmente, Powerade te invita a que conviertas esta historia (incentivar tu experiencia deportiva para llevarla más allá), en algo propio.  Hacer tu historia propia… No hay nada más importante en nuestra comunicación que implicar al usuario.  Por dos razones:

En estos tres pilares debe residir la nueva publicidad: valor en lugar de intrusión, experiencia en lugar de promesas e invitación a la participación.  

¿A que parece sencillo?.  Y de hecho lo sería si no fuese porque trabajar con estos parámetros requiere valentía y una visión de construcción de marca a largo plazo.  Dos ingredientes que no se dan en todas las empresas…

Saludos a todos.

Categorías
branded content innovación publicidad para recordar

4 pasos para fidelizar a tus clientes con experiencias, no con promesas

El embudo de fidelidad

Cuando me incorporé a G2 (Grey Publicidad) en 2003, en una visita a su central en Londres, descubrí el modelo que más me ha ayudado a entender la complejidad de construir relaciones con clientes y la necesidad de tratar de un modo distinto a cada persona en función de su intensidad de relación con la marca.  Se trata del embudo de fidelidad, un modelo que todos conoceréis, porque ha ido creciendo en popularidad en la última década y que nos explica cómo madura nuestra relación con una marca desde que la conocemos, la preferimos, la probamos, repetimos y le otorgamos nuestra fidelidad.

Embudo

 La publicidad como “arma de destrucción masiva”

Tradicionalmente, la publicidad nos servía como un arma de fuego indiscriminado sobre los consumidores de todos los estadios del embudo.  Cuando esa marca de automóviles cuyo spot quizá acabas de ver, lanza su campaña, en algún lugar de su despacho un ejecutivo cruza los dedos para que ese anuncio:

  • sirva para aumentar la notoriedad de la marca en tu mente,
  • sirva para enamorarte (o al menos activar tu preferencia en relación a otras marcas de automóviles),
  • y también sirva para que, si ya posees un vehículo de esa marca, no tengas la menor duda de que la decisión correcta es volver a elegirles cuando cambias de coche.

¿No os parece mucho pedir?  ¿No os parece sobre simplificar –e incluso faltar al respeto al a individualidad de cada usuario- asumir que todos estamos predispuestos a decodificar/interpretar del mismo modo los mensajes de las marcas? 

Un nuevo consumidor, ¿un nuevo embudo?

Como digo habitualmente, el principal problema con el que nos enfrentamos los que trabajamos en esto, es que el consumidor ha cambiado como nunca lo había hecho desde que la publicidad se industrializa a finales del siglo XIX y a nosotros parece que nos cuesta hacer lo mismo.

Entre los muchísimos artículos sobre eficacia publicitaria que leí de cara a mi tesis doctoral, me resultó especialmente útil el modelo AMBER, explicado magistralmente por el Profesor José Martí Parreño, de la Universidad de Valencia.

Y me interesó porque es capaz de explicar con claridad cómo el embudo de fidelidad debe adaptarse la principal exigencia del consumidor en relación a las marcas: recibir de ellas una comunicación útil, honesta y no intrusiva.  En definitiva, una comunicación que aporte valor.

Amber jpg

Como veis la cosa es muy sencilla: en un mundo donde el usuario prefiere contenidos útiles y experiencias a promesas publicitarias, se trataría de transitar por estos caminos:

  1. ATENCIÓN: se trata de utilizar los canales a nuestra disposición (medios propios, pagados y redes sociales) para comunicar el mensaje de marca.  Pero siempre con un enfoque “pull” (e.d. es el atractivo del mensaje y no la persistencia en su emisión lo que lleva al consumidor a recibir el mensaje con agrado y recordarlo).  Para ello hay que echar mano de una de estas dos opciones: la información útil o el entretenimiento.  Se trata simplemente de decir “eh, estoy aquí y tengo algo interesante que proponerte, mantente cerca si quieres saber más”.
  2. MOTIVACIÓN: comenzamos a empatizar con el target, queremos ganarnos su confianza aportándole todavía más valor antes de pedirle nada a cambio.  En esta fase contar con espacios (físicos o virtuales) donde el usuario puede ir experimentando el territorio de la marca es vital.
  3. BRANDED ENGAGEMENT (que podemos traducir como compromiso con la marca y que a mí me gusta entender como una implicación, no como una mera acción mecánica consistente en pinchar en Like o tuitear en redes sociales).  Se trata (previa autorización u opt in del usuario para que nos dirijamos a él vía redes sociales, App, emailing, SMS, etc) de intensificar la relación.  La clave aquí es la calidad de la experiencia en el territorio propuesto una vez que la gente empieza a participar.  La experiencia me dice que la implicación siempre es mayor cuando (por ejemplo a través de votaciones, búsqueda de pistas en acciones transmedia, etc) le damos la oportunidad de participar activamente y así sentirse especial.
  4. RESPUESTA: se trata de estimular al consumidor por medio de incentivos y la mayor personalización posible, a que adquiera nuestro producto cuando se encuentre en la tesitura de comprar.

Espero que este modelo de referencia os estimule a desarrollar vuestros propios proyectos.  Un saludo a todos.

Categorías
boca a boca branded content publicidad para recordar

La agencia del futuro: un proveedor de contenido, no de anuncios

Volvamos a la prehistoria: "Amo a Laura"

Hoy rescato un artículo que escribí hace 4 años recordando el éxito viral de Amo a Laura para MTV.  Un contenido que generó tal eco en Internet (más de 3 millones de descargas en un momento en que las redes sociales ni siquiera existían y descubríamos el vídeo a través de un link que nos llegaba por email) que sirvió a algunos para engendrar una nueva categoría publicitaria:  "un viral".  Como si al hablar de viralidad nos refiriésemos a un formato y no a un objetivo.

 

Durante estos 4 años, la evolución de la publicidad y sobre todo, el comportamiento del consumidor que la recibe, ha confirmado plenamente lo que muchos ya apuntaban entonces: el futuro de la comunicación de marcas pasa por los contenidos "pull", nunca por los anuncios de interrupción.

El trabajo de las agencias

Decía Jeff Hicks (CEO de Crispin, Porter y Bogusky, una de las agencias más admiradas y premiadas del mundo / última agencia de la década para Advertising Age) sobre la misión de su empresa:
 
Jeff hicks
 
No habla de spots, no habla de páginas a color, no habla de rodajes en islas del Caribe, no habla de claims ni de USP´s.  Habla de contenido de valor.  Y cuando hablamos de valor en el ámbito de los contenidos, sólo podemos referirnos a dos cosas: entretenimiento o información.
 
En otras palabras, Hicks nos dice que para comunicar eficazmente, las agencias deben crear, producir y distribuir, una comunicación (permitidme la redundancia porque no quiero utilizar la palabra publicidad pero tampoco utilizar etiquetas como "Branded Content") que el consumidor sí quiera en su vida.  Porque es entretenida o bien porque es informativa.

¿Qué tiene el contenido que no tenga la publicidad?

Miremos el entorno: saturación de lineales y medios, consumidores crecientemente “contestatarios” respecto al discurso de las marcas, indiferenciación…

Los más recientes estudios nos muestran que apenas un 14% de los 3.000 nuevos productos que se lanzan cada año en Estados Unidos ofrecen alguna innovación real a los consumidores.

Es lo que se ha llamado comoditización del consumo. Las ofertas se parecen cada vez más entre ellas (los productos se vuelven commodities: pierden cualquier ventaja competitiva de índole tecnológica, de costes o de acceso a capital de la que hayan podido disfrutar) y la repetición publicitaria ya no consigue elevar el mensaje por encima del ruido existente para establecer lazos de afinidad con los consumidores.

Para romper este muro en el que nuestras marcas no dejan de golpearse, es necesario darle la vuelta a dos parámetros clave de la relación clásica entre éstas y sus audiencias:

  • Pedir permiso antes de hablar: una marca ya no puede circunscribir su comunicación a entrar en la sala de estar de sus clientes interrumpiéndoles a gritos desde la televisión – la eficacia de los mensajes de marca dependerán cada vez más de su aceptación previa por parte del destinatario.  Si quiero verlo, lo veré.  Si no, lo ignoraré y estarás tirando tu inversión publicitaria a la basura.
  • Dar antes de recibir: una marca debe tratar con generosidad a su audiencia regalándole no Aston Martins descapotables ni vacaciones en el Caribe, pero sí contenido útil.  Esto no provocará que el usuario salga corriendo al punto de venta a adquirir el producto.  Pero sin duda, a la larga conseguiremos empatizar con él.  Es lo que Risto Mejide llama "teoría del cuarto oscuro" (repito, dar en la esperanza de recibir en algún momento).

¿Qué significa entretenimiento?

Entretenimiento es una palabra amplia e imprecisa.  A menudo pensamos directamente en lo que hace Red Bull: contenidos audiovisuales, grandes programas de patrocinio que nos permitan llenar la pantalla de eventos notorios e interesantes.  En el ámbito digital, se nos va la imaginación a webseries principalmente…

Y no tiene por qué ser así.  El contenido de marca no es un formato, sino un nuevo enfoque, una manera diferente de publicitar (entreteniendo o informando en lugar de interrumpir).  Entretenimiento puede ser una webserie, pero también una canción, un videojuego, un comic, una obra de teatro, una app, un blog…   E información útil puede ser un libro, un artículo, un documental, una web…

Todos estos contenidos sirven para que una marca pueda acercarse a sus consumidores en un contexto lúdico, no comercial. Es decir, como lo haría alguien que quiere granjearse su amistad, no como un vendedor de enciclopedias puerta a puerta.

Las agencias, por sus conexiones con el mundo de los medios son las llamadas a ejercer esta función de proveedores de contenidos. De ellas depende en gran parte el reto de recuperar el amor de los clientes perdidos.  

Saludos a todos.

Categorías
publicidad para olvidar publicidad para recordar

Publicidad impactante o publicidad útil: ¿con cuál te quedas?

Hace unos días escuché a un alumno de un Máster una de las tonterías más manidas en el mundo de la publicidad.  Intentando justificar un concepto más cargado de soberbia que de realismo, repitió algo que sin duda había oído en la Facultad y nos espetó que aquello sí funcionaría debido a "el poder de la comunicación".

¿Cuál es el poder de la comunicación?

La comunicación en general, y la publicidad en particular (como forma de comunicación que es), nos sirve o nos debería servir para trasladar mensajes eficazamente desde un punto A a un punto B.  Desde un emisor hasta un receptor.  Subrayo lo de eficazmente, porque si no hay recepción eficaz, es como si el mensaje no se hubiese transmitido.

Y este es el principal problema que afrontamos los publicitarios. Que el consumidor no muestra intención alguna de "recibir" la mayoría de los mensajes (cerca del 98% según algunos estudios) que le enviamos.  

La comunicación no tiene ningún poder sobrenatural; no hace falta que llaméis a Iker Jiménez. Su capacidad para traspasar ese muro que supone la resistencia natural del usuario a recibir mensajes no solicitados, sólo depende de una cosa: de la utilidad del mensaje para su receptor.

Si el mensaje es un pestiño, en el sentido de que no le habla a él/ella, es perfectamente anticipable porque ya lo ha visto otras veces o simplemente no es el momento para recibirlo, mirará para otro lado.  Pero si es útil (e.d., si le aporta algún tipo de valor informativo o de entretenimiento), prestará atención.

Publicidad ¿útil?

En Leo Burnett uno de nuestros clientes más grandes nos insistía continuamente en que debíamos ser creativos en el uso de los medios.  Estoy hablando de los 90.  El contexto mediático estaba ya saturado, pero ni de lejos como ahora. Internet no se había convertido en refugio de esa diáspora de televidentes procedentes de los canales generalistas.  En fin, la vida de un publicitario era bastante más fácil que ahora.

Lo que esperaba recibir nuestro cliente eran propuestas como esta que me encuentro en el AVE volviendo de Barcelona.  Un vagón empapelado con mensajes de marca de un banco.  Mensajes de superioridad, casi triunfalistas, que pretenden convencerme de que sólo por ir en ese tren, pertenezco a una espcie de tribu exclusiva de ejecutivos infalibles.  Tribu a la que por supuesto también se suma la marca.

Ing

¿Utilidad para el usuario? Muy dudosa.  

Si no me hacen el viaje más ameno, si no me dan ningún tipo de información útil que distraiga mi atención del diario o la peli que voy viendo, o el Power Point que quizá tenga que terminar, ¿por qué voy a hacerles caso?  ¿Sólo porque gritan más alto y empapelan más metros de vagón?

Publicidad útil

Unas horas antes me había encontrado este cartel en otro vagón: esta vez de un tren de cercanías en Barcelona.  Se trata de una acción de co-branding entre los trenes de cercanías y la marca Freixenet: una experiencia de ocio de la que puedes disfrutar sin alejarte demasiado de tu ciudad, y a bordo del tren.

Freixetren

Nuestro cliente en Leo no lo habría admitido jamás como "un trabajo creativo en el uso de los medios".  Es un cutre-cartel de 50×70.  Pero si el efecto de una pieza de publicidad se reduce a un impacto (= un golpe) que asestamos al consumidor en la mandíbula gritando más alto o copando más metros, o repitiendo más veces un mismo mensaje, no lograremos jamás relacionarnos fructíferamente con el target.  Lo cual (no lo olvidemos), es nuestro principal objetivo en un contexto de saturación como el actual.  Esta segunda acción permite a Cercanías lograr algo inhabitual para la marca: ofrecer una experiencia de ocio única, que logra capitalizar formando parte de ella.

Me quedo con el Freixetren.  ¿Quién se sube a ese tren conmigo?

Categorías
branded content publicidad para recordar

De la promesa a la experiencia: el futuro del Branding

La publicidad que descubrimos

Eramos jóvenes e inexpertos.  La publicidad era una diva con el cutis perfecto, una diosa inalcanzable a la que adorábamos.  Currábamos embelesados por el talento del Director Creativo. Enchufábamos la tele en casa y salía aquella rubia sexy, pequeña y malísima (la Heather Locklear de Melrose Place) jefaza de una glamurosa agencia de publicidad.

Melrose

No es de extrañar que aprendiésemos (de forma más o menos implícita) que la publicidad debía construir sueños.  Utilizando promesas a modo de ladrillos.  Poco importaba que luego esas promesas se tangibilizasen o no.  Las marcas se construían desde la atalaya de los medios: lo que se contaba en tu spot era LA VERDAD ABSOLUTA e incuestionable. Lo demás no importaba.

Sin embargo los tiempos han cambiado.  El consumidor es un cabroncete.  Está mejor preparado (porque la web es su aliada), y tiene más información, es más exigente y por tanto tiene menor tolerancia a las milongas.

Por eso es imprescindible pararnos a pensar un momento cómo eso afecta a la comunicación que hacemos.  Que ha de ser más honesta, más universal (y no sólo centrada en la publicidad) y sin duda más humana/más dialogante.

Es el contexto que nos toca vivir como profesionales de la comunicación, pero también (si me lo permitís) es un gustazo vivirlo.  Porque es un contexto que, a poco que demos los pasos adecuados, nos va a permitir reconciliarnos con un consumidor en diáspora.

¿Promesas? ¿O experiencias?

Si puedo elegir, me quedo con lo segundo. No me gusta que nadie me prometa algo que no va a cumplir.  No me gusta que me engañen.  Si me tomas el pelo, casi siempre lo recuerdo.  Eso va también por las marcas.

Si no puedes cumplir lo que prometes, no lo prometas.  Planifica una experiencia excelente que supere cualquier explicación overpromise que puedas hacer sobre ella.  Y así nunca defraudarás a nadie.

La experiencia (un evento, una promoción, un performance, una actividad de cualquier tipo…) se vive y se recuerda.  La promesa, sin una culminación, se olvida y no contribuye a dibujar la marca que la emite.  Si caso contribuye a desdibujarla.

¿Mensajes?  ¿O historias?

En un contexto de sobresaturación imparable, aquellos mensajes monolíticos e unidireccionales que los copys acuñaban, pronto dejaron de resultar eficaces.  Porque nuestro target (aquel magma informe al que llamábamos audiencia) comenzó a taparse los oídos.  Y cuando tuvo a su alcance un mando a distancia, decidió hacer zapping para huir.

Por eso, muchos años después, estamos aprendiendo que un mismo mensaje repetitivo difícilmente mantiene el interés del target.  Estamos aprendiendo que se necesita una marca atractiva (bien construida), con un territorio fértil donde cultivar historias (no mensajes), hasta ir ofreciendo al consumidor un hilo narrativo que va evolucionando.  Porque esa es la manera de implicar a la audiencia, como un día lo hizo "Lo que el viento se llevó", como "Star Wars", como "Star Trek", como tantas y tantas historias de la que hemos disfrutado.

ADN territ contenido

¿Clientes? ¿O comunidades de fans?

No todos somos iguales.  No somos clones.  Tenemos distintas necesidades y perfiles.

Nos relacionamos con aquellas marcas que nos aportan valor (soluciones a nuestros problemas, utilidad en la complejidad de nuestro día a día) y esquivamos aquellas que nos interrumpen con convencionalismos y lugares comunes.

Las marcas son, al mismo tiempo, medios que pueden conquistarnos con su contenido e integrantes de nuestra sociedad, que pueden ser tan merecedores de boca a boca positivo como cualquiera de nosotros.

¿Monólogo? ¿O diálogo?

¿Acaso podemos construir una relación sin escuchar antes de hablar?  Pues eso es lo que hemos hecho durante el último siglo de historia de la publicidad.

La bidireccionalidad del ámbito digital ha venido como llovido del cielo, como solución a esa falta de diálogo. No utilizar las posibilidades que el medio digital nos ofrece es cerrarnos la puerta a la posibilidad de equilibrar la relación.  No se trata de ser más cool, sino de ser más inteligentes. Sin relación no hay ventas, ni ahora ni menos todavía en el futuro.

¿Qué esperan los consumidores de las marcas?

Nada.

La afirmación no es mía, sino de Dani Calabuig, responsable Creativo en Draft FCB y uno de los tipos a los que más lúcidamente he oído hablar sobre comunicación de marca en los últimos tiempos. 

Las marcas en sí mismas no entretienen, las historias que nos ofrecen, sí pueden entretener.  Una promesa no entretiene: su materialización sí puede hacerlo.

Saludos a todos.